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Muñeca sin manos ni piernas que se llevaba en Carnavales, normalmente pinchada en lo alto de un palo largo, y que se usaba como excusa fingida para pedir dinero por las casas.
Una perrita pa mi churumbel, que no tiene ni manos ni pies. (dicho)
Expresión usada en Carnavales para ir pidiendo por las casas.
En Carnavales los niños -y los adultos- se disfrazaban de gitanos (así se decía, pero en realidad era el traje regional) e iban en panda por las calles pidiendo dinero. Se llevaba un palo largo y atado o pinchado en la punta se ponía un churumbel, que era una muñeca a la que se le quitaban los brazos y las piernas, y se iba diciendo esta retahíla: "Una perrita pa mi churumbel, que no tiene ni manos ni pies".
Con esto se pretendía imitar a aquellos gitanos que iban por las casas pidiendo con un niño pequeño cogido. Los gitanos llaman a los niños churumbeles, o así creíamos, y al añadir nosotros "que no tiene ni manos ni pies" lo que pretendemos es, jocosamente, dar más pena, y de paso sacar una rima con churumbel.