Etiqueta: Gramática

Luego de (que), Luego, Después
1- Dispués (adverbio): después, luego (también se puede decir "endispués"). 2- Dispués de (preposición): Después de. 3- Dispués que (conjunción): Después de que. 4- La forma "dispués que" también puede usarse con el sentido de "¡y encima...!", para expresar que nos parece el colmo de la injusticia.
E
De
Esta preposición tiene tres variantes: E, DE o nada (vaso de vino, vaso e vino, vaso vino). En español E es la variante de la conjunción copulativa Y delante de palabras que empiezan por I-/Y-, pero en peraleo la conjunción copulativa es siempre Y (España y Italia). Sin embargo, la preposición De a veces pierde la D- inicial, como suele pasar en nuestro dialecto, con lo cual queda reducida a E (Una botella e vino). Incluso es más frecuente que desaparezca del todo (Una botella vino).
Mi, etc.
Mi, tu, su, etc. Sobre el uso del posesivo con el artículo en todo el Campo Arañuelo sólo podemos avanzar un borrador, pues sería conveniente un estudio más exhaustivo para poder establecer una explicación más pormenorizada. Con los datos que tenemos lo que sí podemos afirmar es que, en general, sigue un patrón parecido al que vemos en el castellano del siglo XIV en lo básico. Es decir, se usa esporádicamente, mucho menos que el posesivo sin artículo; lo vemos sobre todo con la primera persona, y más del singular (el mî, la mî...) que en el plural (las mîs, los nuêstros...), tiene un uso enfático y emotivo, es decir, cuando el hablante utiliza el artículo con el posesivo está o bien marcando firme su dominio sobre lo poseído (la nûestra cocina), o bien añadiendo a la posesión una fuerte relación afectiva (los mîs niños) o ambas cosas. El posesivo en nuestro dialecto está en una situación gramatical muy parecida a la del castellano medieval, pues el español moderno usa el posesivo como un actualizador y por tanto no puede ir nunca con otros actualizadores (artículos, demostrativos y posesivos), pero en "el mî helmano" tenemos aparentemente dos actualizadores juntos (el + mi). Lo que ocurre es que el posesivo peraleo, como el medieval, está en la zona intermedia entre el adjetivo que fue y el actualizador que será, de modo que podemos verlo usado como adjetivo (la GRAN casa→ la MÎ casa) y también como actualizador (LA casa→ MI casa). Encontramos, no obstante, un ejemplo que no encaja ni con la función de adjetivo ni con la de actualizador: "los mis dos niños". Si fuera actualizador debería ser "MIS dos niños" (como en: LOS dos niños), y si fuera adjetivo debería ser "los dos MIS niños", siguiendo el orden de los adjetivos antepuestos (los dos BELLOS niños), tal como vemos en la Edad Media: "...fizo cuenta que matando a él y tomando a los dos mis hijos..." (Amadís de Gaula, c. 1490). Sin embargo, el orden que hemos encontramos en el corpus peraleo es: "los mis dos niños" (con el posesivo sin acentuar). Provisionalmente diremos que podría tratarse de un cruce de influencias entre las reglas del estándar moderno y las reglas del peraleo, que han creado una construcción mixta donde la forma "mis dos niños" simplemente añade el artículo "los + mis dos niños" ignorando que con ello debería también cambiar de función morfológica y pasar de actualizador a adjetivo, con su consiguiente cambio de orden. No obstante, esta singularidad nos avisa de que tal vez haya en la construcción peralea más de lo que nos parece ver. Otro rasgo importante es el acento. Algunos especulan sobre si los posesivos llamados "átonos" (mi, tu...) frente a los tónicos (mío, tuyo...) iban o no acentuados a finales de la Edad Media cuando se usaban aún junto al artículo. Pues bien, si el peraleo nos pudiera servir como "fósil medieval" del castellano en este caso, vemos que los posesivos supuestamente "átonos" muy frecuentemente se acentúan (está en tû casa), aunque también pueden usarse sin acentuar, pero cuando van con artículo se acentúan siempre (está en la mî casa). Esto es importante porque los posesivos iban acentuados cuando eran adjetivos y sin acentuar cuando pasaron a ser actualizadores, lo que indica que el posesivo peraleo todavía actúa en gran medida como un adjetivo antepuesto, y por eso puede tomar artículo. Veamos ahora varios ejemplos medievales que muestran el mismo uso del posesivo que el peraleo: "Yo só pan de vida que desçendí del çielo; e el pan que yo dó es la mi carne, e quien come la mi carne e beve la mi sangre, avrá vida perdurable e en mí mane e yo en él". (Sermonario medieval, c. 1400-1500). "El ayre que çerca los nuestros cuerpos por todas partes lo atraemos por la espiraçion". (Visita y consejo de médicos, Estéfano de Sevilla, c. 1400).
Mucho, Mogollón
Gran cantidad de alguna cosa.
Cuando, Si, Al + infinitivo, Después, Mientras
Esta construcción tiene dos funciones: A- Expresa una relación temporal entre dos acciones (= cuando). B- Expresa una idea condicional (= si). Dentro de este marco podemos especificar varios usos típicos. 1- Relación temporal entre dos acciones donde la acción indicada por el gerundio ya estaba en marcha cuando la otra sucede o empieza (En cortando la encina me picó una ovispa = cuando talaba/estaba talando la encina... / En viniendo pa casa espenzó a llovel y me puse gimiendo de agua). 2- Podemos usar el gerundio compuesto para hablar de que la acción del gerundio ya había finalizado cuando sucede la segunda acción (En habiendo cortao la leña mos pusimos a preparal la lumbre = después de cortar la leña empezamos a preparar la hoguera). 3- Puede también referirse a dos acciones paralelas, que ocurren a la vez. En ese caso la acción del gerundio es una acción continua, un fondo, mientras que la otra acción puede también ser continua pero más frecuentemente consiste en una serie de repeticiones. Se usa sobre todo para hablar de hábitos o situaciones habituales (En viviendo en Madrid iba yo mucho al Retiro = Cuando vivía en Madrid solía...). 4- Usado para formar condicionales, equivale a la conjunción "Si" (En habiendo jambre no hay plato malo = si hay hambre...). Pero con esa misma idea también lo podemos traducir por "cuando" (Cuando hay hambre...), o "cada vez que, siempre que" (Cada vez que hay hambre...). 5- Este uso condicional era frecuente para hacer sentencias de sabiduría sobre la vida (En teniendo amigos no jade farta dinero) y como buena sentencia, también era muy normal dejar sobreentendida la oración principal cuando es fácil adivinar a lo que nos referimos (Tú no te preocupes por el vestío de la boda, prenda, qu'en habiendo perras...). Como el gerundio es una forma impersonal, para saber quién realiza la acción tenemos que atender al sujeto de la oración principal (En saliendo de casa el muchacho se cayó = ¿quién sale? el muchacho = cuando el muchacho salió de casa, se cayó), pero si el sujeto es diferente del de la principal y no queda claro, lo metemos tras el gerundio (En llegando yo a la plaza pasó Tomás con el carro > yo llegaba y Tomás pasó). Para saber a qué tiempo y modo verbal equivale (presente, futuro, subjuntivo...) también hay que mirar al verbo de la oración principal (En pelando las patatas se cortó = pasado: cuando pelaba las patatas se cortó / En pelando las patatas no te cortes = subjuntivo: cuando peles las patatas no te cortes). Aunque esta construcción raramente se usa para negaciones, se puede negar colocando "no" bien acentuado antes del gerundio (En no queriendo trabajal, nenguna paga parece güena). El orden natural para esta construcción es el principio de su oración, aunque sea la subordinada, en cuyo caso va detrás de la conjunción (Tú siéntate, bobo, qu'en habiendo pa comel...). Si no empieza su oración, se interpreta como un orden alterado (En na plaza, en llegando a los portales, han puesto una cucaña = En llegando a los portales han puesto una cucaña en na plaza).
A pesar, Además
1- Además de todo lo dicho. 2- A pesar de ello.
Desde
1- (adverbio de tiempo) Desde. 2- (adverbio de espacio) Desde.
Después, Luego
En lo/la
Cuando la preposición EN va seguida de la L del artículo determinado, con mucha frecuencia la L se asimilaba y se integraba a la N anterior, de modo que teníamos las siguientes contracciones asimiladas: en lo = eno / en la = ena / en los = enos / en las = enas.
Cuanto más, Cuanto menos
Para mostrar progresión directa o inversa con respecto a otro elemento que aumenta o disminuye.
Entre, Ínterin, Entremedias, Mientras, Mientras tanto, Por medio de, En medio de, Rodeado de, Entremedio
1- Entre dos lugares o cosas (espacio); entre dos sucesos o momentos (tiempo). (entremedias: adverbio / entre, entremedias de: preposición). 2- En la locución "por entremedias de": entre dos cosas o, más frecuentemente, entre más de dos cosas. (preposición de espacio). 3- Mientras tanto (adverbio de tiempo, simultaneidad). 4- Ínterin: rato o período corto de tiempo que ocurre entre otras dos cosas. (sustantivo). Vamos ahora a explicar más detalladamente estos cuatro usos. Acepción 1a, como adverbio → El español a veces usa también "entremedias" y, ya raramente, "entremedio" (hay dos puertas y entremedio una ventana). Esta segunda forma no se usa en peraleo, que diría siempre "entremedias" (Hay dos puertas y entremedias una ventana). El español prefiere de todas formas decir "entre ambos" o "entre los dos", forma ésta también común en peraleo. Se usa también para el tiempo (Me levanté, desayuné y entremedias me lavé la cara). Acepción 1b, como preposición (entremedias de) → Me s'ha caío entremedias de estas dos sillas / Había que aplaudir entremedias de los discursos. También se puede usar, aunque menos que en español, la preposición "entre" en este caso (Tiene una jaza entre los dos caminos). Acepción 2, como preposición de espacio (por entremedias de) → Casi siempre lo usamos cuando está entre varias cosas, más de dos, con la idea de en medio de o rodeado por (Se escondió por entremedias de aquellos árboles). Acepción 3 → Aunque no es muy frecuente, a veces se usa como adverbio de tiempo no para indicar lo que ocurre entre dos momentos, sino lo que ocurre mientras otra cosa está ocurriendo: entre tanto, mientras tanto, mientras (Se jué andando a Valparaíso y entremedias se iba comiendo el bocaíllo). Acepción 4 → Como sustantivo, necesita un determinante, normalmente "esas" (Salía de casa y en esas entremedias llegó Antonio). En peraleo no se admite la locución "*de entremedias de". Nunca se usa como adjetivo en peraleo.
A lo mejor, Quizás, Tal vez, Puede que, ¡Increíble!
1- Expresa posibilidad, mostrando al mismo tiempo sorpresa o disgusto por algo que no debería suceder. 2- Usado como exclamación ("¡Escapaz!") indica sorpresa o incredulidad ante algo que se anuncia para el futuro.
Se puede usar el gerundio para formar una oración condicional, en cuyo caso no se usa la conjunción SI. Veamos algunos ejemplos:Se usa sobre todo en oraciones negativas:- Esas tíralas. No siendo más grandes no me valen. = Si no son más grandes no me valen.También es posible en oraciones afirmativas:- Habiendo jambre, a na se l'hacen ascos. = Si hay hambre no se hace ascos a nada. En ambos casos es posible anteponer al gerundio la preposición EN:- En no siendo más grandes no me valen.- En habiendo jambre, a na se l'hacen ascos.La diferencia es que en las negativas es más frecuente la forma sin EN y en las afirmativas es más frecuente la forma con EN, de modo que las formas más frecuentes serían:- No siendo más grandes no me valen.- En habiendo jambre, a na se l'hacen ascos.La construcción afirmativa puede también coincidir con la que existe en el estándar, pero en ese caso no expresaría una condición sino un modo:- Trabajando mucho tendrás pa comel.sentido peralêo: = Si trabajas mucho tendrás para comer.sentido estándar (y también posible en peralêo): = ¿Cómo tendrás para comer? pues trabajando mucho.Esa ambigüedad del peralêo en este caso pudiera ser de siempre o pudiera ser un fenómeno moderno debido a una incorporación más reciente llegada del estándar.En las formas negativas en donde ambas oraciones (la principal y la subordinada) son negativas, esta ambigüedad no existe porque siempre se interpreta de modo condicional:- No trabajando no vas a llegar a na. = si no trabajas no llegarás a nada.Sin embargo si sólo la subordinada es negativa pero la principal es afirmativa, entonces encontramos en peralêo la misma ambigüedad que vimos antes:- No trabajando vas a cabrear al mayoral.sentido peralêo: = Si no trabajas vas a cabrear al mayoral.sentido estándar (y peralêo) = la manera en la que cabrearás al mayoral es no trabajando.
Olerá, Olería
El futuro del verbo golel es: goldré o goleré, goldrás o golerá, goldrá o golerá, etc. El condicional es: yo goldría, goldríe o goldrié; tú goldrías, goldríes o goldriés, etc.
Tener que, Deber (de)
1- Expresa obligación (He de irme a trabajal). Equivale a: Tener que, deber. 2- Expresa deducción positiva (Estos melones han de ser forasteros, qu'aquí no hay de esos chiqueninos). Equivale a: Deber de.
Actualmente, Ahora
Este año; en la actualidad.
Hubieran
Hay dos maneras de formar el imperativo plural en nuestro dialecto (veamos las tres conjugaciones): 1- quitái, comí, partí.2- quitáis, comís, partís. A finales de la Edad Media vemos que la -d- de la 2ª persona del presente plural se vocaliza en -i- (amades > amáis / queredes > queréis). En nuestro dialecto vemos la misma vocalización de la D también en la 2ª persona del plural del imperativo (quitad > quitái / comed > coméi / partid > partí). Las formas 2 puede que sean formas híbridas por influencia del estándar, o derivadas de una evolución diferente en donde la D segrega una -i- pero no desaparece, aunque luego pasará a aspirarse (igual que una S final), por eso las escribimos como S para que la pronunciación sea más reconocicle. Otra característica reseñable es que en nuestra zona no se utilizaba el infinitivo en función de imperativo plural, como sí está extendido en el habla popular de buena parte de España, incluida Ávila (Venga, callarse todo el mundo). Incluso hoy sigue siendo aquí raro ese uso. Sí que se usa, y usaba, la forma de infinitivo, con R, cuando añadimos el clítico -os (poneros aquí, veros a la calle, sentaros en na silla, callaros), pero nunca ocurre con el más dialectal sufijo -sus (ponisus, veisus, sentaisus, callaisus). Cuando añadimos pronombres enclíticos (pegados al verbo) es más frecuente usar las formas número 1 (sin aspiración final): - quitaime (quitadme), comilo (comedlo), partiles (partidlos). Asímismo, como en el estándar, podemos formar el imperativo con una locución con la preposición "a", lo cual era y es muy frecuente (venga, a comer, a sentarse, a callarse). Y también como en el estándar, el imperativo negativo se forma con el subjuntivo (cogíle, no le cojáis). ---- Algunos creen que las formas 1 (terminadas en -i) son puramente leonesas, pero como hemos visto podría tratarse también de una evolución dialectal natural dentro del castellano medieval. En cualquier caso, estas variantes ya las encontramos en el suroeste de Ávila, así que lo más fácil es suponer que nosotros heredamos ambas formas directamente de allí, pues de allí procede nuestro dialecto.
Hasta
Je
Se
Forma descuidada del pronombre personal o reflexivo: Se.
191 entradas
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10