Etiqueta: Gramática

Los pronombres de objeto en el estándar se organizan según la función, así se diferencia entre el complemento directo (lo/los, la/las) y el indirecto (le/les): coge a la niña > cógela y dale pan. En "cógela" el LA es complemento directo (CD) y se refiere a la niña. En "dale pan" LE también se refiere a la niña pero decimos LE porque es complemento indirecto (CI), mientras que "pan" es el CD. Lo que se da es el pan (CD), y la niña recibe indirectamente esa acción de dar el pan, por eso decimos que ahí la niña es un complemento indirecto. El pronombre de objeto sustituye al objeto, en vez de decir "niña" decimos LA o LE según su función. Sin embargo el castellano tiene una extraña peculiaridad, que en vez de usar el pronombre para sustituir al nombre, como es lo suyo, podemos también usar el pronombre y además el nombre al que supuestamente debería sustituir (da pan al niño > dale pan > dale pan al niño). En el castellano estándar esto no influye para la elección del pronombre, pero veremos luego que para el dialecto de nuestra zona sí supone un cambio. En cualquier caso, la regla estándar de elegir pronombre según su función (CD vs CI) no se puede aplicar a nuestro dialecto porque aquí se aplica una regla diferente que explicaremos a continuación. La clave para nosotros no está en la función sino en el género (si el complemento es masculino, femenino o neutro) y el número (si es singular o plural). De entrada funcionaría como en otros idiomas, como por ejemplo el inglés. Este asunto necesita, no obstante, un estudio más pormenorizado que el que nosotros hemos realizado, para asegurarse de que se captan todos los detalles del uso en nuestra zona. Además, el uso de estos pronombres átonos en nuestra comarca encaja más o menos con el uso que los estudios describen para la zona castellana de Ávila y limítrofes (Salamanca, este de Cáceres, oeste de Toledo y oeste de Madrid), según el cual se usa LO para palabras incontables (vino, leche, agua...) y para los contables se usa LE/LOS para el masculino y LA/LAS para el femenino, independientemente de si es CD o CI. Pero aunque esa regla deja su influencia en el uso del Campo Arañuelo, lo que hemos encontrado nosotros tiene unas reglas diferentes y más complejas, aunque somos conscientes de que explicando el mismo fenómeno desde unos parámetros diferentes tal vez las diferencias sean más pequeñas. Veamos a continuación cómo funciona nuestro paradigma. NEUTRO: lo, los FEMENINO: la, las No importa la función (CD o CI) ni la naturaleza del objeto (persona, animal o cosa), sólo el género y el número (SG o PL), como cualquier sustantivo. Sin embargo la cosa se complica cuando llegamos al MASCULINO, porque aquí además del género y el número sí es relevante la función (CD, CI). Pondremos entre paréntesis las formas poco usadas: /CD-sg: le (lo) /CD-pl: los (les) /CI-sg: le /CI-pl: los/les Para que se entienda mejor, vamos a transformar eso en oraciones sencillas referidas a uno o varios niños: /CD-sg: cógele (menos frecuente: cógelo) /CD-pl: cógelos (menos frecuente: cógeles) /CI-sg: dale un cacho pan [no es posible *dalo un cacho pan] /CI-pl: dalos un cacho pan o dales un cacho pan. (los más mayores parecen optar casi sólo por "dalos")FEMENINO (la niña) Cógela, dala un cacho pan. NEUTRO (eso/esos de ahí) Míralo / Dalos un pedrancazo.Esta peculiaridad del comportamiento inestable del masculino en peraleo podría indicar que estamos en una fase de transición y, si las fuerzas de la regularización triunfan, con el tiempo podríamos llegar a un paradigma totalmente regularizado en LE-LES para masculino, sea complemento directo o indirecto. De hecho entre los mayores el uso de LES es mínimo, pero es mayor entre los más jóvenes lo mismo para el CD que para el CI. La educación y los medios de comunicación, sin embargo, nos hacen pensar que con el tiempo será probablemente la regla del estándar la que se imponga en este asunto como en todos. Por supuesto la influencia del estándar también es un elemento que está creando interferencias entre los hablantes del dialecto, lo que hace más complicado estudiar las normas de uso cuando profundizamos en detalles, pero aun así hemos encontrado dentro de la propia dinámica de nuestro dialecto casos en los que esas reglas cambian claramente el uso del femenino pero también del masculino. Es un terreno que también hay que investigar con más detalle, pero vamos a lanzar ahora nuestras conclusiones preliminares: Es posible que influya si el pronombre va delante del verbo o si se coloca clítico detrás, habría que verlo más despacio. También vemos que el género y hasta el número a veces cambian o vacilan por influencia del sujeto, en lugar del objeto al que representan, y más aún porque siendo pronombre de objeto indirecto, a veces se le hace concordar con el complemento directo de la oración, y este tipo de influencias o errores creemos que son más fuertes cuanto más cerca físicamente estén del pronombre según el orden de la frase. El hecho de que la frase en castellano se pueda ordenar de formas tan diversas hace que una misma frase, incluso si es corta, pueda decirse de varias formas y el pronombre de objeto puede quedar cerca o lejos de ciertos elementos que lo influyen, haciendo más o menos probables los cambios o las interferencias, por ejemplo: Dale a tu madre las patatas, las patatas dáselas a tu madre, dale las patatas a tu madre, a tu madre dala las patatas, a tu madre las patatas dáselas, las patatas a tu madre se las das, etc. Esta variedad de órdenes parece ser otro factor que podría explicar por qué en unos casos los entrevistados están de acuerdo en el pronombre y en otros casos hay dudas o te ofrecen dos alternativas posibles. Aun así podemos ver ciertas reglas generales que suelen cumplirse, aunque luego veamos factores, como este mencionado, que pueden crear confusión ante otra forma en algunos casos.Parece que en general se cumple la regla de que si el objeto al que se refiere (sea directo o indirecto) es femenino, usamos LA o LAS si es plural, pero hay una clara excepción a esta regla: si en la misma frase aparece el pronombre de objeto indirecto y también el nombre al que supuestamente sustituye, entonces usamos LE, LES aunque sea femenino (dale a tu madre esto/ le = a tu madre). No es imposible usar también ahí LA, LAS, pero es poco frecuente. Con el masculino ocurre lo mismo, en este caso se prefiere LE, LES (dales a tus hermanos), aunque en el plural no sería imposible decir LOS y según el orden de la frase se preferiría el singular LE como veremos a continuación. Sin embargo no está muy claro que esto pueda ocurrir igualmente con el neutro "eso/esos", tal vez por la dificultad de pensar en un ejemplo con esa construcción.Otra peculiaridad es que en esta construcción, si el verdadero objeto va detrás del pronombre entonces el pronombre va en singular y no en plural (dile a los novios, dale/dala a las muchachas pan, dale esto a las gatas), aunque en algunos raros casos han optado por usarlo en plural (diles/dilos a los novios). Por lo poco que hemos podido ver, parece que esos escasos usos en plural son más frecuentes si el objeto es una persona, menos si son animales y menos aún si son cosas. Como rareza, hemos encontrado un caso en el corpus en donde lo usan en singular a pesar de que el objeto estaba delante del pronombre y no detrás, pero parece ser un caso aislado. También noten que en estos casos de complemento reduplicado las probabilidades de usarlo en singular o plural (o incluso usar el Le o no) cambian mucho si en lugar de ese orden dado (pronombre seguido del verdadero objeto) usamos otro: dale a las muchachas pan, mejor dale pan a las muchachas, a las muchachas las das pan mejor, a las muchachas pan dalas to lo que quieran. Podría influir también si el complemento directo va delante o detrás del indirecto. Señalar también el uso del llamado "leísmo de cortesía", que consiste en usar siempre LE/LES cuando nos referimos a alguien, hombre o mujer, a quien estamos tratando de usted (Le traigo esto a usté / Doña Carmen, Doña Manoli, les espero a la puerta la escuela). Con el masculino parece que sí se cumple, con el femenino no estamos tan seguros, nos faltan datos y ciertamente sí podría usarse LA/LAS aunque sea en fórmulas de respeto. En fin, que este asunto merece un estudio intenso por sí mismo, aunque aquí creemos haber localizado los rasgos generales y los puntos que necesitan más investigación. También se ve claro que aunque haya reglas más o menos complejas, también hay en muchos casos un margen de variabilidad que muestra claramente que estamos ante un sistema inestable, aunque no caótico como algunos piensan. El paradigma de estos pronombres es importante porque el laísmo, el leísmo y el loísmo, en diferentes versiones, está extendido por todas las tierras castellanas, pero no existe en las tierras de habla o influencia asturleonesas (Asturias, Galicia, León, Zamora, Salamanca, Cáceres occidental y Badajoz occidental), hasta el punto de que muchos lingüistas utilizan este marcador para delimitar la división entre las hablas de origen castellano y las de origen o influencia leonesa. A nosotros el actual paradigma nos identifica como castellanos. Al igual que ocurre en el castellano estándar, si tenemos dos pronombres de tercera persona, uno como objeto directo y el otro como indirecto, se sustituye el directo por "Se". Da un cacho pan → Dale / Da a él → Dale / Da un cacho pan a él → *Dálele → Dásele.
Puñado, Montón
Cantidad grande de algo que cabe en un puño o en ambas manos juntas (aumentativo de "puñao").
De lo que (expr.)
Expresión usada para introducir frases en las que se reprocha a la persona que nos solicita un favor algo que esa misma persona no hizo por nosotros con anterioridad. También se usa sin que haya una petición de por medio, tan sólo para reprochar algo que no se ha hecho.
Pa qué (no) (expr.)
1- ¿Por qué...? (para pedir una explicación). 2- ¿Por qué no...? (para pedir un favor). 3- ¿Qué tal si...? (para hacer una sugerencia). 4- ¿Por qué no...? (para hacer un ofrecimiento).
Excepto, salvo, Menos
Rato ha (expr.)
Hace mucho rato.
En reondo (expr.)
Alrededor.
Lejano, Lejos, Distante, Apartado, Distanciado
Se
Cuando el pronombre "se" se usa con otros pronombres personales, en nuestro dialecto, como en muchas otras zonas rurales de España, se usa un orden invertido con respecto al estándar, de modo que en vez de decir, por ejemplo, "se me cae", lo normal era decir "me se cae". Sin embargo con la 3ª persona (le, la, lo, les, las, los) se usa el mismo orden del estándar (se le cae).
Al + infinitivo, Mientras, Cuando, Donde, Adonde, Después
En el estándar sólo se reconoce como preposición (según dice mi padre...) y como adverbio de modo (según hacían los romanos), pero no como conjunción. Sin embargo en Peraleda y en otras zonas de España conserva un antiguo uso de conjunción temporal, a veces mezclado con un uso de adverbio de lugar. Este uso arcaico se conserva con bastante vitalidad en provincias como Zamora, Salamanca, Álava, Cáceres, Navarra y suponemos que en algunas otras, y en ciertos sitios se usa pero a nivel muy coloquial. Sin embargo, en otros sitios sonaría totalmente extraño. Podría considerarse una preposición, que forma una subordinada sustantiva en función de término de preposición, según la Nueva Gramática, o también podemos considerarla más tradicionalmente una conjunción introduciendo una subordinada adverbial de tiempo que, en ocasiones, puede ser simultáneamente de lugar. Los usos adverbiales y preposicionales recogidos por la RAE son en peraleo muy raros, lo normal es usar "según" en el sentido recogido en esta ficha. Al final de cada ejemplo pondremos el equivalente que podría tener en el estándar, para que quienes no conocen este uso puedan comprender la idea.
No siendo (que) (expr.)
1- Usado en peraleo para hacer una excepción (Me gustan las naranjas no siendo las guasi→ excepto las guasi). Con este sentido funciona como preposición y va seguido de un sustantivo, verbo o ciertos adverbios. 2- Para establecer una finalidad negativa a modo de precaución, como equivalente a "no vaya a ser que", "no sea que", "por si acaso" o "para que no" (Envítala, no siendo que se vaya a enfadar→ invítala para que no se enfade; invítala, no sea que se enfade; por si acaso se enfada, etc.). Con este sentido funciona como conjunción y va uniendo oraciones.
Sin embargo, No obstante
So
1- Palabra muy frecuente para introducir un insulto de modo que quede enfatizado. 2- Voz para parar las caballerías (lo contrario de "arre").
Medio-
Prefijo que se usa para indicar que una acción se lleva a cabo de forma muy ligera o suave.
Al sopié (expr.)
Junto a, al lado de.
Cuando un verbo transitivo tiene como complemento directo una oración subordinada sustantiva introducida por "que", y esta subordinada a su vez tiene un complemento directo (CD), nuestro dialecto admite el orden estándar (verbo + [que... CD]), que es el más usado, pero también un orden invertido en donde el CD de la subordinada se usa detrás del verbo de la principal (por ejemplo: "comprendo lo tuyo que te preocupe" = comprendo que te preocupe lo tuyo). Este orden tan peculiar lo hemos observado en algunas frases, pero se necesitaría un estudio más amplio y detallado para entenderlo mejor y ver si es una norma general o sólo se usa bajo ciertas condiciones, como creemos, pues hay casos en los que claramente no es posible (por ejemplo no puede decirse *"el médico me dijo vitaminas que tomase", muy probablemente porque "dijo vitaminas" no encaja demasiado bien como fragmento, mientras que "comprendo lo tuyo" si es perfectamente normal). En la frase, por ejemplo, "Me pidió patatas que comprara", podría tratarse, efectivamente, de una alteración del orden normal de la frase (Me pidió que comprara patatas), o podría ser una especie de añadido posterior, donde el hablante dice "Me pidió patatas", y luego añade la idea de que quería que las comprase, en cuyo caso más que un cambio de orden se trataría de una elipsis del pronombre (Me pidió patatas, que LAS comprara) o un caso de lo que los ingleses denominan "afterthought".
-ísimo, super
Tal que (expr.)
Expresión multiusos utilizada para situar en lugar, tiempo, modo, etc.
También
Todavía, Aún
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