En Peraleda no se usaba la palabra "tienda", sólo "comercio". La palabra "tienda" llegó de fuera ya por los años 60, y no se generalizó hasta finales del s. XX.
Sin embargo, cuando empezaron a celebrarse mercadillos semanales en Peraleda, Navalmoral y otros pueblos, a los puestos se les llamó "tiendas", pues así se había nombrado este tipo de puestos de venta desde los romanos (porque se tendía encima una tela para protegerlos del calor o la lluvia). Pero no duró mucho la palabra "tienda" para referirse a las de los mercadillos, pues aunque hoy aún se use así a veces, se ha generalizado mucho más hablar de "puestos", tanto para las tiendas de los mercadillos como para las que vienen en las fiestas de los pueblos. En ambos casos el Ayuntamiento asigna a cada vendedor (que ya no tendero) un puesto (lugar donde ponerse) en la zona.
Los puestos de las ferias, como pasaron luego a ser más sofisticados en forma de casetas metálicas, pronto comenzaron a denominarse así: "casetas".
Formas apocopadas del presente del verbo tener (ties = tienes / tie = tiene / tien = tienen), usadas a veces en el habla descuidada.
1- Recipiente, por lo general pequeño y cilíndrico, donde se tienen plantas para ornamentar.
2- Conjunto formado por el recipiente y la planta (o incluso sólo la planta que está en la maceta).
1- Oficial de graduación inmediatamente superior al alférez e inferior al capitán.
2- Persona que ejerce el cargo o ministerio de otra, y es sustituta suya (como en teniente de alcalde).
1- Juego grupal muy frecuente en Peraleda. Era una variante compleja del escondite en la que se recorrían las calles del pueblo.
2- Expresión que se utiliza para comunicar al resto de un grupo que es hora de marcharse.
Personaje con el que se asustaba a los niños para que no se fueran solos por el campo. Se le describía con aspecto de vagabundo que vaga por los caminos y secuestra a niños que andan solos metiéndolos en un saco para llevárselos. En un intento infantil por intentar comprender para qué quería este señor a los niños, a veces se le ponía en relación con el Tío del Sebo o el Tío de la Sangre, suponiendo que secuestraba a los niños para vender su sangre o su manteca.
Personaje mitológico con el que se amedrentaba a los niños. A los niños se les decía que les iba a rajar para extraerles el sebo o grasa del cuerpo para hacer ungüentos y perfumes. Es un personaje conocido por toda España y Sudamérica. Se utiliza como argumento para amedrentar a los niños (y jovencitas) y obligarlos a que regresen a casa temprano y tengan cuidado de no hablar con hombres extraños. Es similar al Tío del Saco, y al igual que éste, en Peraleda solía acechar por los caminos, no por las calles del pueblo.
Personaje mitológico con el que se amedrentaba a los niños para que no fueran solos por el campo, pues supuestamente les sacaba la sangre.
Persona, especialmente niños, que son muy hiperactivos y no paran, de modo que agotan y hartan a todo el que tienen alrededor.
Juego infantil consistente en que los participantes van saltando sobre la espalda de otro que está doblado sobre sí mismo hacia delante, llamado "el burro". A medida que van saltando se van colocando delante en la misma posición para que los otros sigan saltando por encima, formando así una cadena sin fin.
(dicho de una cosa o de una persona) Atraer la voluntad o el afecto de alguien.
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.