Unto, Ungüento, Crema, Potingue, Untable, Pomada
Cualquier materia que pueda extenderse o untarse.
Usted
El tratamiento de usted era, hasta los años 1980-90, mucho más extendido que en la actualidad, y se consideraba ofensivo no usarlo con los siguientes colectivos:
Personas que tuvieran al menos unos 10 años más que el hablante.
Personas de categoría social claramente superior al hablante.
Profesiones consideradas muy respetables (maestro, sacerdote, médico, político, etc.).
Desconocidos (excepto en interacciones entre menores de 25-30 años).
Padres, tíos y abuelos (aunque a partir de aproximadamente los años 50-60 del siglo XX ya se fue generalizando el uso del tuteo en estos casos).
Los niños llamaban de usted a casi todo el mundo pero tuteaban a: otros niños, tal vez a menores de 25-30 años y, en algunas familias, a ciertos adultos de mucha confianza. Esto, además, les daba años para entrenarse en los matices correctos del uso, mientras que al tener unas reglas de uso muy simples, mantenían un tratamiento adecuado con los demás.
Por supuesto eran frecuentes las situaciones en las que dos o más factores opuestos coincidían, lo que requería calcular el peso relativo de cada factor para elegir el tratamiento adecuado. Casi siempre se lograba llegar a una decisión con facilidad y unanimidad social, aunque también es cierto que había, ayer como hoy, personas que siempre o en ciertas situaciones tienden a ser más o menos formales de lo normal, y también había ambientes informales (ej: tabernas) o formales (ej: en misa) que favorecían más el tuteo o el usted, y también influía el tipo de relación que tuvieran los hablantes. En resumen, cada uno sabía su posición en la jerarquía social y trataba de usted a quienes estaban claramente por encima. En nuestra zona, y en la España rural en general, se usaba aún más el usted que en las ciudades. En caso de duda, siempre se debía optar por el tratamiento de usted. Veamos algunos ejemplos en donde había que calibrar la situación:
Juan, de 50 años, tutearía a alguien de 27, pero si ese joven era médico muy probablemente lo trataría de usted.
Si, en cambio, Juan tuviera 80 años y fuera un maestro jubilado, la mucha diferencia de edad pesaría más que la poca diferencia de rango profesional, por lo que podría tutear al joven médico en la calle.
Sin embargo, si el joven médico no fuera muy conocido personalmente y además Juan, a sus 80 años, estuviera siendo atendido en su consulta, lo habitual sería tratarlo de usted. Aunque no si fueran amigos, claro.
Pero si Juan fuera rico, aunque tuviera 30 años sería el médico el que le trataría de usted a él.
Para un hablante joven moderno, poco o nada acostumbrado al uso del usted, estas situaciones pueden parecer complicadas, pero para los hablantes nacidos antes de los años 70-80 del siglo pasado, el entrenamiento social desde la infancia permitía calcular el peso de cada factor con bastante exactitud, y pronto ese cálculo se volvía algo fácil, automático y natural. El tratamiento de usted no era solamente una consecuencia de la jerarquía social, era ante todo una muestra de respeto social e iba asociada a un trato deferente y cortés, lo que ayudaba a hacer más cómodas y fluidas las relaciones sociales.