Saliente que se deja en el extremo delantero de la lanza del carro para poder agarrarla y moverla con la mano.

Municipal. Se aplicaba a todo aquello que fuese comunal, tanto profesiones (cabrero de villa o porquero de villa), como a objetos pertenecientes a toda la comunidad (el reloj de la iglesia, ha sido llamado hasta tiempos relativamente recientes el reloj de villa).

Andar sin control, al libre albedrío, no sujeto a normas.

Aro de hierrro, normalmente en número de dos, que sujeta el timón a la cama del arado de palo (o cualquier otra parte).

Mimbre, cada una de las varas que produce la mimbrera.

Amenaza, normalmente en tono más o menos jocoso (no siempre) de dar un mamporro. 

Mosquito que al volar emite un particular zumbido.

ver Zapatitos de la virgen.

Dícese de una mujer que parece buena pero es un mal bicho.

Tener diarrea.

1- Mueca o gesto extraño que se hace con el rostro.

2- Molestias que se experimentan en la visión después de fijarla mucho rato en alguna cosa.

Viene a significar que cuando uno llega al pueblo después de una larga ausencia, por lo general porque vive fuera, son los familiares, amistades cercanas, etc., los que tienen la "obligación" de visitarle y no al contrario. No es él o ella quien tiene que desplazarse a casa de su gente, sino esperar su visita sin tener que moverse de casa.

Prenda interior femenina, especie de enagua de tela fina con cuerpo que llega hasta por encima de las rodillas. 

Al parecer, por lo que dicen.

Expresión usada para mostrar asombro e indignación ante algo ofensivo. Se puede enfatizar añadiendo "pero" al principio (¡Pero habrase visto!)