No dormir en toda la noche, o dormir poco, debido a alguna cosa o actividad que nos tuvo despiertos, levantados y en movimiento. No suele usarse para cuando nos acostamos muy tarde porque así lo decidimos, sino cuando deberíamos estar durmiendo pero no hemos podido, o cuando nos acostamos, pero un imprevisto nos obliga a levantarnos. También usado cuando nos hemos tenido que despertar y levantar varias veces.