Cada uno de los dos arcos que forma el yugo, al cual se acopla al cuello de los animales de tiro.
1- Ropa interior. Prenda de vestir de tela fina que usan las mujeres y cubre la parte superior del cuerpo hasta las rodillas. Era blanca, sin mangas, sin cuello y suelto, aunque no muy amplio. Podían llevar algún botón o cordón para abrir el cuello al ponérselo. Eran sencillas, aunque a veces llevaba alguna puntilla.
2- Camisa masculina (el modelo usado en Peraleda era también llamado camisón).
1- Camisa amplia que usaban los hombres, con mangas anchas para poderlas arremangar para los oficios o trabajos agrícolas. Generalmente no tenían cuello para que no se ensuciaran tanto y las mangas eran anchas para poderlas arremangar (antes no había camisas de manga corta).
2- Camisón de dormir (usado normalmente por las mujeres).
Campana pequeña y cilíndrica, por lo común tosca, hecha de chapa de hierro o cobre, que se usa para el ganado y suele atarse al pescuezo de las reses.
Manera delicada que usaban los hombres antiguamente para decir que iban a hacer sus necesidades al campo.
Nombre de nuestra comarca, que se extiende en su mitad occidental por la provincia de Cáceres y en su mitad oriental por la de Toledo (llamada hoy esa parte "La Campana de Oropesa"). Comprende las tierras que están entre los ríos Tiétar y Tajo. En La Vera utilizan para nosotros el genilicio de "campesinos", pero nosotros no tenemos ningún gentilicio para referirnos a nosotros mismos.
1- Persona que tiene la mandíbula inferior más adelantada de lo normal, es decir, que tiene prognatismo mandibular inferior (adjetivo con femenino: camuesa)
2- Persona testaruda y bruta (insulto) (sustantivo siempre masculino)
Tipo de vaso ligeramente cónico usado para servir vino y también, por metonimia, el vino contenido en él.
Cada uno de los conductos de forma cóncava que forman las tejas de un tejado por donde corre el agua de lluvia.
1- Persona malvada.
2- Forma cariñosa de dirigirse a alguien, sobre todo a los niños muy alegres y vivos. También puede usarse con una mezcla de reproche.
Cuento fingido que se contaba a los niños pequeños para distraerlos. Se les decía "¿Quieres que te cuente el cuento de la Cáncara Musa, que nunca se acaba y ya se acabó?". Y el niño normalmente respondía "Sí", y entonces se le decía: "No me digas ni que sí, ni que no, pero que si quieres que te cuente el cuento de la Cáncara Musa, que nunca se acaba y ya se acabó?". Y así hasta el infinito o hasta que uno de los dos se hartara (que si el niño era pequeñito no se hartaba nunca).
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.