Cierto tipo de pan de forma alargada.
Hasta los años 50 en Peraleda se hacía pan, a secas. Este pan tenía forma de hogaza redonda, con corteza dura y gruesa y miga contundente. Sería lo que hoy suele llamarse "pan de pueblo". La gente lo amasaba y lo llevaba al horno de la tahona a cocer. Aunque algunos tenían horno en casa y no necesitaban llevarlo, otros lo compraban directamente en la tahona.
En los años 60 y 70 en Peraleda ya no se amasaba en casa, se compraba el pan en las tahonas, que vendían cinco tipos: el pan (con forma más o menos romboidal y terminado en dos picos), la libreta (alargada y estrecha), el pan de viena, o más comúnmente "una viena" (con miga más esponjosa, como es habitual en los panes actuales), la rosca (pan normal, pero con forma de gran rosca) y los bollos (pan normal, pero de aproximadamente un tercio de tamaño, usados sobre todo para los bocadillos).
Variedad de limonero que florece varias veces al año, de tal manera que cuando una tanda de limones está madura, ya tiene otra vez flores.
Vigas que, en número de dos, van paralelas a la lanza y forman la base de la caja del carro.
(referido sobre todo a telas, aunque puede usarse con otros materiales en forma de lámina, como papel o metal) Indica que por el uso y roce parte de la superficie se ha perdido y tal vez corre peligro de romperse.
1- Llamarada, conjunto de llamas.
2- Llama grande, lengua de fuego, especialmente cuando es potente y fugaz.
Cadena de hierro, pendiente en el cañón de la chimenea, con un gancho en el extremo inferior para colgar la caldera, y otro a poca distancia para subirla o bajarla. Cuando se quitaba el caldero y no se usaban, se sujetaban de nuevo en el gancho arriba para que no colgaran.
Cada uno de los palos verticales que formaba la estructura principal de los chozos de pastores. La parte baja de los chozos se hacía con tierra. De ahí salían tres palos con una horca en el lado superior que se encajaban en el centro de la choza y servían de base para apoyar luego los otros palos y por último los escobones. Esos palos se llamaban llaves.
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.