sustantivo
En español: Niño, Chaval, Chico
Niño, adolescente o persona joven.
Ver Chacho, Creatura, Crío, Muchacho, Muchachorra, Muchachorro, Muchachote, Niño1
1. ¡Muchacho! Como güelvas tú a dar un balonazo ena mi paré, te agarro del pescuezo y t'agañoto, sinvergüenza.
2. Anda y vete a la plaza a juegal con los muchachos. To'l día metío en casa, ay que ver.
3. Encuantisque jondearon los caramelos, eso se llenó de muchachos y muchachas que paciâ qu'habiân salío debajo los poyos.
4. A vel qué jade agora ese probe muchachine sin padres y sin familia. ¡Me da un ansia d'él!
5. Ha venío una muchacha rubia preguntando por ti. ¿De quién era?
Comentarios:
Poco se emplea en peraleo la palabra niño, y casi siempre para reñir (Pero niño, como me vuervas a mover los tiestos te mato) o para expresar un arrebato de cariño (Ay mi niño pero qué guapo está), teniendo pues mucha carga emotiva.
Pero aquí suele decirse muchachos o muchachas. Admite el diminutivo muchachito, muy usado y con cierta connotación cariñosa. También muchachine/o, en este caso para referirse a niños de corta edad. Como forma apelativa es frecuente usar muchacho, o de forma más coloquial simplemente chacho (Quíta d'ahí, chacho, qu'estás estorbando).
En peraleo también se usa la palabra crío, bastante más que en castellano, sobre todo con cierto tono despectivo, aunque no necesariamente, y casi exclusivamente en plural (los demonios de los críos m'han roto la ventana otra vez). Se puede usar tanto en singular como en plural (para niños o para niños y niñas). Sin embargo, el femenino plural (las crías) se usa poco, probablemente porque crías es la forma habitual de referirse a las crías de un animal, mientras que crío no tiene nada que ver con los animales.
De todas formas la palabra normal peralea para referirse a los niños era, (y es) con mucho, muchacho.
Ver palabras relacionadas: Edad Personas
Origen: Latín. Nos viene del castellano antiguo. Es mucho más frecuente que en español. Se usa en toda España.
Etimología:
Muchacho (niño) viene de mochacho, y este de mocho (esquilado, rapado), del latín mutilus (mutilado, rapado), porque hasta los años 50 casi todos los muchachos llevaban el pelo rapado para evitar problemas de piojos.
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