Utensilio hecho por lo general de madera de encina en forma de "V" o de "Y", en cuyo vértice se colocaba una cadena que se unía a una yunta de mulas. En los extremos más cortos se colocaban estacas de madera o de hierro donde se sujetaba cualquier cosa que necesitase ser arrastrada por los animales (generalmente piedras de gran tamaño).
1- Niño pequeño que procesiona en Semana Santa vestido con un hábito morado y corona de flores.
2- Adulto que a causa de una manda viste como penitencia un hábito morado durante cierto número de meses, las mujeres en forma de vestido o túnica, los hombres como camisa morada.
1- Necesidad de algo.
2- Hambre ligera.
3- Sensación de vacío en el estómago.
1- Poco habilidoso, sobre todo en cuestiones físicas, aunque puede referirse a cualquier tarea.
2- De pocas fuerzas y/o mala salud.
3- Último de los cochinillos de una camada, que suele ser el más pequeño y enclenque.
Este adjetivo indefinido se usa en general como en el estándar, pero en peraleo es muy habitual usarlo pospuesto al sustantivo al que acompaña.
En el estándar usamos la construcción "ningún/ninguna" seguido del sustantivo correspondiente (ningún empeño, ninguna gana). En peraleo se puede usar del mismo modo (No encuentro nengún cuchillo), pero en cambio es también igual de frecuente posponer este indefinido para dar más énfasis a la negación, casi siempre en oraciones negativas y siempre en singular (No tengo gana nenguna de dil ahora / Yo no he visto por aquí lápiz nenguno, hijo).
La palabra "nadie" prácticamente no se usó en castellano hasta el siglo XV. Anteriormente se usaba siempre "nenguno" o "ninguno", lo que explica por qué el peraleo -que se separó del estándar en el XIV- tiene una mayor frecuencia de uso de "nenguno" y menor de "naide" (nadie) que el estándar.
Sirve tanto para personas como para cosas y es muy frecuente en peraleo usarlo pospuesto al sustantivo para enfatizar (Yo no tengo priesa nenguna), algo muy poco frecuente en español actual y bastante normal en el castellano antiguo. Pero si lo posponemos, siempre se pone en singular (No me jagas bromas = No me jagas broma nenguna).
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.