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-áncano

-áncano
Atribución de imagen: Angel Castaño con IA Dall-e

En español: -ón

Sufijo aumentativo que indica proporciones muy grandes o exageradas.

Este sufijo, que sólo hemos encontrado en Peraleda, ha sido siempre muy usado para indicar que algo es muy grande, a menudo exagerando.

Hay palabras donde se usa con mucha frecuencia (pedráncano, pozáncano, piezáncano), pero en principio es posible usarlo con casi cualquier sustantivo (mesáncano, botelláncano), aunque no sea tan frecuente. La limitación que tiene es de tipo fonético. Al tener tres sílabas suele evitarse su uso con sustantivos de más de dos sílabas (como mucho tres), para no crear palabras excesivamente grandes (televisión→ *televisionáncana).

Por otro lado, como para añadir este sufijo hay que suprimir la vocal final de la palabra (libro→ libr-áncano), también se evita su uso cuando el resultado es difícil de asociar con la palabra original (boli→ boláncano podría derivar de bola).

Ver -ao, -ato, -uto, Jondíngano, Pedráncano, Peláncano

 

1. Quita los piezáncanos d'ahí, que me via sental.

2. Ahí nô se pue aral ni jadel na, está to lleno de pedráncanos.

3. Izqu'han pescao en el río un pazo pezáncano que le teniân que trael entre tres. Una cosa disparatosa.

Ver palabras relacionadas: Aumentativos Gramática Morfología Prefijos y sufijos

Origen: Prerromano. Se usa en Peraleda.

Etimología:

Las lenguas prerromanas han dejado poca huella en el español, pero sí conservamos un grupo de palabras en nuestro vocabulario (perro, cama, barro, etc.). Sin embargo no hay dejado rastro ni de su gramática ni de su morfología salvo dos excepciones tal vez: el sufijo intensivo -orro, que encontramos en algunas palabras, pocas  (buenorra, muchachorro), y el sufijo aumentativo -ángano. Este sufijo es una auténtica reliquia del pasado y sólo se conserva en algunas zonas perdidas en las montañas del norte. Por ejemplo tenemos en Cantabria un gigante mitológico llamado Ojancanu que tiene un solo ojo enorme, como un cíclope.

Por esto es aún más asombroso que encontremos este sufijo en Peraleda, y no sólo conservemos palabras lexicalizadas, sino que siga siendo productivo y esté en vigor. Imaginamos que habrá más pueblos por la zona que también lo conserven pero hasta el momento no nos consta ninguno.

Este sufijo tiene dos variantes, -ángano y -áncano. Lo más probable es que la nuestra forma -áncano sea la original.

 
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