Origen: Latín. Nos viene del castellano antiguo.
Etimología:
Del latín fumus (humo) que en el estánda derivó en humo. Hasta el siglo XIV esa H era aspirada, para perderse definitivamente sobre el siglo XVI. En cambio, el peraleo mantuvo esa aspiración que también se da en esta derivación realmente irregular.
Fumeque es, según las zonas, un viento muy fuerte o un temporal, así que puede que esa palabra se tomara en esta zona y, por pareciedo, se asociara al humo, del mismo modo que en español coloquial hay zonas donde usan fumeque con el mismo sentido que otros usamos fumeteo (acción de fumar).
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.