Expresión usada para mostrar desconcierto y extrañeza ante algo que nos parece difícil de entender o asombroso. Se usa en dos contextos:
1- Para llamar la atención sobre algo que extraña por sí mismo.
2- O que extraña porque debería producir el efecto contrario al que vemos.
Se utiliza para dar a entender que no creemos a alguien que está negando su responsabilidad en algo, haciendo recaer el interlocutor esa responsabilidad de forma irónica sobre el cura.