VOLVER A LA FICHA

Chacho

En español: Niño, Muchacho, Chaval, Chico

[ vocativo coloquial ]

Forma abreviada de muchacho, usado en forma apelativa cuando un adulto se dirige a un niño o joven, o para apelarse los niños entre sí (mucho menos usado para o entre niñas).

Entre personas mayores también se puede usar esta fórmula apelativa, pero esto ocurre principalmente en dos situaciones:.

A- Para llamar la atención de alguien, algo así como el equivalente a: "¡Eh, tú!" (Eh, chacho, ¿nos tomamos otra?).

B- También se usa bastante en exclamaciones (¡Oys chacho, dende cá que no haciâmos esto!).

Eso sí, cuando no es entre niños es imprescindible que haya un mínimo de confianza, ya que es una forma muy coloquial de dirigirse a alguien, y es más raro este uso entre o hacia mujeres. Las mujeres entre sí preferían llamarse hermana o hija/hijita y al hablar con una niña lo normal era llamarle "muchacha", no "chacha".

.

Ver: Macho, Muchacho

• Chacho, ¿acabas ya de cerral las ovejas que mos vayemos?

• Pero chachito, qué traes ahí, si pace un zorrino.

• Chacho, ¿qu'andas jadiendo entoavía paquí? Tu madre lleva to la tarde buscándote. Menúa t'espera.

• Chacha, ¿t'has enterao que Juli se habla con Visi? Que me lo ha dicho mi prima.

• ¡Chacha! ¿Ánde vas tan temprano con esas priesas?

Campos semánticos: Edad Personas

Comentarios:

El peraleo rara vez emplea la palabra niños. Suele ser muchachos o muchachas. Cuando se usa de forma apelativa, para dirigirse al chaval, se puede usar muchacho o simplemente chacho (Quíta d'ahí, chacho, qu'estás estorbando). Los niños que aún no han llegado a la pubertad entre sí a menudo se dicen chachito (Mirai chachitos lo qu'he encontrao), y sólo ellos entre sí. Curiosamente sólo se usa ese diminutivo, no existen las formas *chachine/o/llo, que serían los diminutivos normales en nuestro dialecto.

Origen: Latín. Nos entró a través del castellano antiguo. Es castellano con variación de forma. Se usa en el suroeste español.

Etimología:

Muchacho (niño) viene de mochacho, y este de mocho (esquilado, rapado), derivado del latín mutilus (mutilado, mocho, rapado). Hasta los años 50 casi todos los muchachos llevaban el pelo rapado para evitar problemas de piojos.

También encontramos esta forma en el sur de Salamanca.

 

© Raíces de Peralêda (Peraleda de la Mata, Cáceres, España)
Web: raicesdeperaleda.com