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Tiene un sentido entre familiar y cariñoso. De hecho, era una palabra utilizada principalmente por las mujeres para referirse a beber un poco de más, pero nunca a una borrachera grande.
Ver palabras relacionadas: Acciones humanas Sensaciones
Origen: Latín. Nos viene del castellano antiguo. Es castellano desaparecido. Se usa en algunas partes de España.
Etimología:
Del latín pendere (colgar) salió el latín vulgar *pendecare (colgar), que dio en el dialecto gascón (suroeste de Francia) la palabra penecá (pendiente, colgante, que cuelga). En el gascón bearnés este palabra generó la variante penequé, que entró en el castellano, aunque no sabemos cuándo. Al principio se usó con el sentido de tambaleante, que se mueve de lado a lado (como las cosas que cuelgan), y esa idea es fácil llegar a usarla con las personas borrachas que al caminar se mueven de lado a lado.
En literatura encontramos esta palabra por primera vez en la obra anónima "Los jitanos", escrita en 1769, dos gitanos enamorados y medio borrachos mantienen esta conversación:
Ella: Zi yo no eztoy loca...
El: Zi no eztoy peneque...
Ella: Allí eztá el Zurdillo.
El: Allí eztá la Pierrez.
Ella: ¡Gitano de alma!
El: ¡Hermoso cerengue!
Los dos: ¡Llega, llega a loz brazoz de quien te quiere!
De peneque salió el verbo empenecar (emborrachar), añadiendo el prefijo verbal en- (como en: encuadrar, enterrar, enjaular...) aunque no sabemos ni cuándo ni dónde se formó este verbo que sólo hemos encontrado en Peraleda, donde curiosamnete la forma original, peneque, no se usa. Lo que sí suponemos es que antiguamente este verbo debió de usarse en el sur de España porque en Canarias existe el verbo empenicar, que significa ponerse derecho, levantarse, lo contrario al nuestro pero que muestra igualmente clara su relación con la idea de colgar y tambalearse. Por tanto lo lógico sería pensar que en algunos pueblos de Andalucía y Extremadura, como mínimo, se siga usando nuestro empenecar, aunque no hayamos dado con ninguno de ellos.
En Chile y Perú se usa la palabra peneca para referirse a los niños. Esta palabra derivará igualmente del gascón penequé, pues si algo se tambalea, lo mismo se aplicó a los borrachos que a los niños que empiezan a andar, así que en origen ambos sentidos cabrían igualmente en la palabra castellana.
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