sustantivo, masculino, singular
En español: Monumento
Decoración de flores y velas que se pone alrededor del sagrario para que los fieles puedan ir a adorar al Santísimo tras la procesión del Jueves Santo.
1. Encarna y yo mos vamo al Monumento a arrastral las velas, nô siendo que mos se jaga tarde y aluego nô alleguemos.
2. El Monumento nô se ve polque está detrás de las cortinas. Dispués de la procesión descorren las cortinas y ahí lo verás, que ya lleva puesto ende esta mañana.
• Este año han queao el Monumento precioso, tienes que ir a vel-lo.
Comentarios:
La celebración litúrgica del Jueves Santo, con especial incidencia en la conmemoración de la institución de la Eucaristía, ofrecía dos actos de singular relevancia: el lavatorio de pies y la procesión al Monumento con las posteriores visitas al mismo. Esta procesión se hace en el interior de la iglesia. Los fieles van detrás del sacerdote, que lleva alzada una custodia con la sagrada forma dentro, colocando finalmente dicha custodia en el Monumento.
El Monumento era una arquitectura ornamental con todo el aparato festivo: colgaduras, frontal blanco, normalmente en forma de pirámide escalonada, preciosamente adornada con flores, ramaje y numerosas velas blancas que no pueden ser menos de doce, según lo dispuesto por Benedicto XIV. Antes se situaba siempre en el presbiterio, aunque últimamente es más frecuente hacerlo en el altar del Sagrado Corazón de la nave central (en ambos casos se contraviene la norma de que el Monumento no puede estar ni en el presbiterio ni en la nave, sino en una capilla lateral). La función del Monumento es la de reservar las sagradas formas consagradas que se consumirían durante los Oficios del Viernes Santo.
En las visitas al Monumento, que estaba abierto desde después de la procesión de por la tarde hasta la Hora Santa por la noche, se iba a adorar la Eucaristía. Muchos lo hacían mediante la manda de arrastral las velas. Después, ya a la anochecida, la Hora Santa brindaba tiempo de reflexión ante la Pasión de Jesús. Estas tradiciones, que se han perdido en muchas localidades, siguen vivas en Peraleda.
La tradición pudo tener origen en la antigua disciplina eclesiástica según la cual muchos días, y en especial los viernes, no se consagraba por lo que se solían reservar en un lugar a propósito hostias consagradas en los días anteriores, ya para Viático de los enfermos, ya para comulgar el sacerdote en dichos días. Por esto el Jueves Santo consagra el celebrante dos hostias de las cuales consume una y otra se lleva en procesión solemne y se reserva en el Monumento hasta el día siguiente Viernes Santo en el que no se consagra. Por esa razón esa misa recibe el nombre de Presantificados; es decir, de objetos santificados anteriormente.
No hay memoria de que en la Iglesia goda se hiciesen Monumentos como ahora. Incluso llegó a introducirse la costumbre de tener las iglesias cerradas todo el Viernes Santo ya que para este día no había oficios especiales. Por ello mandó el IV Concilio de Toledo que ese día lo ocupasen los obispos y curas en predicar la Pasión del Señor y en disponer a los fieles para la Comunión pascual.
En cualquier caso, la costumbre de decorar el Monumento tiene siglos de antigüedad, siendo escaso el número de iglesias que lo conservan actualmente, y menos con el esplendor que siempre ha tenido en Peraleda.
Ver palabras relacionadas: Religión Semana Santa Tradiciones
Origen: Latín. Nos viene del castellano antiguo. Es español normal. Se usa en toda España.
Etimología:
Del latín monumentum (cosa en memoria de alguien o algo). En este caso es es memoria de Cristo, y más en concreto de su transubstanciación en la Eucaristía, pues el Jueves Santo se conmemora la institución de la misma, siendo por ello -para las sagradas formas- para lo que se monta toda esta decoración.
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.