sustantivo, masculino
En español: Jergón, Colchón
Colchón relleno de paja o de borra (lana basta).
Ver Jerga1
1. Quita el colchón, que hay que laval la lana que ya güele. Y de paso, mulle un poquino el jergón.
2. Dice: cuando la gente corría y las campanas iban al vuelo, iba el jelgón de Leonol pa'l huerto de Considero. El humo, el humo del colchón iba pa'l huerto de Considero. ¿Me entiendes?
Comentarios:
Las camas antes eran de tabla, así que la jerga o jergón servía para hacer el asiento más mullido. Después de la Guerra se generalizó más el uso de poner un colchón relleno de lana encima de la jerga, posteriormente se eliminó la jerga y en los años 60-70 se pasó al uso de los colchones modernos comprados.
Ver palabras relacionadas: Aumentativos Objetos de casa
Origen: incierto. Nos viene del castellano antiguo. Es español inusual. Se usa en toda España.
Etimología:
Es el aumentativo de la palabra jerga, de igual significado. Se desconoce de dónde viene esta palabra (distinta a jerga en el sentido de lenguaje específico de un grupo), pero la encontramos ya usada en textos del siglo XV. Se trataba de una tela basta y gruesa que se usaba tanto como manta como para vestir, tal como vemos en este texto:
"Y así era, cierto, porque sus alhajas no eran sino los hábitos de jerga muy basta que tenían vestidos, y unas mantas de la misma jerga con que se cobrían de noche". (Historia de las Indias, Fray Bartolomé de las Casas, c1527).
Jergón también se documenta por la misma época:
"-¡Tina! Apareja un almofrej o matalace y un jergón limpio y esa silla pintada y aquel forcel". (La Lozana Andaluza, Francisco Delicado, 1528).
Los colchones rellenos de paja o hierba se llamaron jergas sin duda porque estaban hechos con este resistente material, igual que hoy en México llaman jergas a unos jerseys hechos de esta tela basta y gruesa. De ahí surgió luego, por aumentativo, la palabra jergón, aplicado al aparejo de cama. La palabra colchón, de origen francés, también es antigua en nuestro idioma, documentándola ya en el XIV, y se reservaba para el de lana, mucho más mullido y relleno que la jerga.
La jerga o jergón no era simplemente un sustituto del colchón, sino que a menudo eran complemento de éste, como vemos en este texto:
"Un colchón y un jergón tiene mi cama; eso os puedo dar". (La cueva de Salamanca, Juan Ruíz de Alarcón, c1608).
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