sustantivo, femenino
En español: Autillo
Ave rapaz nocturna parecida al buho pero más pequeña, de unos 20 cm de longitud, con el plumaje de color pardo rojizo, con dos penachos en la cabeza y sonido aflautado.
Ver Corujá
1. Himos salío a andar al ponelse el sol y nô veas cómo sonaba la corujá del monte ahí pol la Copa.
Comentarios:
Si a la lechuza (también llamada en castellano coruja, pero no en nuestro dialecto) no le importa nada habitar en las mismas casas de los pueblos (en desvanes o en la torre de la iglesia), a la "corujá del monte" (el autillo) no parece gustarle eso de vivir entre nosostros, por eso se la llama "del monte", es decir, del campo salvaje (fuera de los sembrados). Prefiere pasar sus días de primavera y verano (que es cuando emigra desde África para criar en nuestra tierra) en los algo apartados encinares, lugar en donde por las noches puede escucharse su tétrico canto aflatuado.
Ver palabras relacionadas: Animales Animales silvestres Aves
Origen: Latín. Nos viene del asturleonés. Es castellano con variación de forma y significado. Se usa en Peraleda.
Etimología:
En la Edad Media el castellano decía lechuza, pero a veces encontramos también curuja, como vemos en esta profecía de Merlín:
"Sobre los muros de Golges nido porná la curuja e en su seno será criado el asno". (El baladro del sabio Merlín con sus profecías, c. 1400)
El término coruja está hoy recogido por la RAE como alternativa inusual a la lechuza. Esta curuja es influencia del astur-leónes y gallego, que decía curuxa (hoy coruja). Así que la palabra corujá puede habernos llegado a través del leonés de Cáceres occidental, pero más probablemente estaba ya presente en el castellano que hablaban nuestros primeros ancestros, pues esta palabra se encuentra también en la zona de Castilla occidental.
Deriva del latín vulgar curusa, definida en los antiguos glosarios como "ave que anda de noche". Esta palabra sería una creación expresiva formada a partir del sonido "kuuu kuuu" de la lechuza (también en el ave corujada las sílabas cucu pasaron a curu) y una terminación -uxa que parece muy relacionada con la terminación -uza del castellano lechuza, sufijo despectivo hermano de -ucha (como en casucha).
El paso del acento a la última sílaba, tal como lo encontramos en peraleo (corujá), se debe a la influencia del nombre de otra avecilla llamada cogujada, que en peraleo se pronunciaría cogujá, y por similitud, ambas palabras se fundieron en una sola y hoy llamamos corujá tanto a esta clase de lechuza como a la cogujada.
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.