1• Forma para dar énfasis a una advertencia, amenaza o lamento que vamos a decir.
2• Como respuesta a lo que nos han dicho, para dar a entender que eso es evidente y el hablante debería haberlo tenido en cuenta.
3• Como respuesta a algo malo que nos han dicho, para mostrar que estamos de acuerdo con que eso es así y/o para advertirle de que se vaya preparando para las consecuencias.
Siempre se usa con información negativa (triste, peligrosa, amenazante...), aunque a veces se usa también en plan jocoso (¡Ay amigo! eso no te lo esperabas, ¿eh? ja ja), pero siempre en un contexto de algo negativo, aunque sea una mala broma.
1. Como te atrevas tú a vorver a tocarme una alpaca... ¡ay amigo!
1. ¡ay amigo! Esto es mucho peor de lo que yo me asperaba.
2. —Pos ara estoy ya viendo que con este cacho jaza no me da a mí pa vivil. —¡Ay amigo! Te lo vengo yo diciendo y no me jades caso.
2. —Dispués de pical toa la paré ara resulta que la humedá le entra de una gotera de arriba. —¡Ay amigo! pol lo menos ya has dao con ello.
3. — Tengo tres exámenes la semana que viene y no me v'a dal tiempo de estudalme to. — ¡Ay amigo! Jueras espenzao a estudial antes, siempre igual.
3. —Cuando la deja el novio, to'l día conmigo, y ara que s'ha echao otro, ya ni me mira. —¡Ay amiga!, ¿pos y qué te esperabas tú de esa?
Comentarios:
Suele colocar a quien lo dice en un nivel de cierta superioridad moral, de conocimiento, o de poder.
No confundir con su uso literal, cuando "amigo" realmente se usa con el sentido de amigo, pues eso no tiene que ver con esto (Ay amigo, qué ganas tenía de verte).
Se puede usar como una forma neutra, hables con quien hables, pero también se puede usar el femenino (¡Ay amiga!) si estás hablando con una mujer. Era una expresión muy frecuente, incluso hoy sigue viva.
Campos semánticos: Expresiones Frases Interjecciones
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