sustantivo, masculino
En español: Hombre del Sebo (el), Sacamantecas (el)
Personaje mitológico con el que se amedrentaba a los niños. A los niños se les decía que les iba a rajar para extraerles el sebo o grasa del cuerpo para hacer ungüentos y perfumes. Es un personaje conocido por toda España y Sudamérica. Se utiliza como argumento para amedrentar a los niños (y jovencitas) y obligarlos a que regresen a casa temprano y tengan cuidado de no hablar con hombres extraños. Es similar al Tío del Saco, y al igual que éste, en Peraleda solía acechar por los caminos, no por las calles del pueblo.
Ver Tío del Saco (el), Tío la Sangre (el)
1. Nô sus vayéis solos con la becicleta tan lejos, que por esos caminos anda el tío del Sebo.
Ver palabras relacionadas: Mitología
Origen: Latín. Nos viene del castellano antiguo. Se usa en el sur de España.
Etimología:
Del latín sebum (sebo, grasa).
Durante siglos se pensó que la grasa corporal, sobre todo de personas jóvenes y sanas, tenían propiedades curativas, y que podía incluso rejuvenecer. De ahí surgió la leyenda del personaje, normalmente vendedor ambulante, que asesina niños o mujeres para obtenerla. Desde la Edad Media, de forma clandestina, había gente adineraba pagaba grandes cantidades de dinero por obtener la grasa o manteca. O eso se decía.
El término "sacamantecas" se popularizó de nuevo en el siglo XIX o XX debido a varios asesinos reales con similitudes con el personaje, que fueron apodados así. También a principios del siglo XX se pensaba que con la manteca y la sangre de los niños se hacía un emplaste que curaba la tuberculosis. Parece ser que incluso hubo al menos algún Tío del Sebo real.
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