sustantivo, masculino, plural
Cierto juego de niños consistente en voltear con la mano ahuecada la parte frontal de las cajas de cerillas una vez recortada, aunque existían otras modalidades.
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El juego habitual por los años 70 era bastante simple. Cada jugador ponía tantos registros (tapas de cajas) como se hubiera acordado antes de empezar cada partida. El jugador que era mano (al que le tocaba salir) podía decidir cúantos registros ponía cada uno de los jugadores. Para ello decía: "A mi mano de uno, dos, tres, etc." según la cantidad que tuviese que poner cada uno.
Una vez se tenían todos los registros, se juntaban en un montón, se aplastaban bien, se ponían boca abajo y por turnos los jugadores iban dando un golpe con la mano ahuecada sobre el montón. Los registros que se volteaban pasaban a ser del jugador que hubiese tirado.
Ni que decir tiene que al término del juego, sobre todo si había sido largo, las manos de los jugadores solían estar bastante hinchadas y enrojecidas.
Otra forma más antigua era irlos tirando por turnos a ras de pared, y si tu registro caía encima del de otro, te lo llevabas. El primero dejaba caer un registro desde una altura como de un metro tocando con el registro la pared. Luego el segundo jugador, desde la misma altura, pero no necesariamente desde el mismo punto, dejaba caer el suyo intentando que cayese encima del otro. Si lo conseguía se lleva el o los registros que pilla debajo. Si no lo consigue, un tercer jugador puede tirar, y así sucesivamente.
Otra variante también antigua era tirarlos desde una distancia contra una pared o escalón o línea rayada en el suelo, ganando el que quedaba más cerca de la raya. Para conseguir la trayectoria adecuada de los registros se solía doblarlos un poco por la mitad.
Ver palabras relacionadas: Juegos Juegos con cosas
Origen: Latín. Nos viene del castellano antiguo. Es castellano con variación de significado. Se usa en Peraleda.
Etimología:
Del latín regerere (consignar o transcribir) que dio en el estándar registro (índice o lista de personas o cosas que se consignan para un fin determinado). Ignoramos por qué se conocía con ese nombre a las tapas de las cajas de cerillas.
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.