Expresión que se decía cuando alguien estornudaba de forma reiterada, al igual que se dice "Jesús".
1. —¡Atchís!, ¡Atchís!, ¡Atchís! —Que sí, que sí, tio Ramón Lagarto. Vaya catalino que tienes, amigo.
Comentarios:
La primera parte de la expresión (que sí, que sí) se pronuncia de corrido, sin pausa.
No sabemos si Ramón Lagarto hace referencaia a una persona real, ya que en Peraleda sí existió "lagarto" como apodo.
Campos semánticos: Chascarrillos Dichos
Origen: Se usa en Peraleda.
Etimología:
De origen desconocido.
El estornudo entre los antiguos se consideraba una advertencia divina. Dependiendo de la hora del día, del lado por donde se estornudaba, si se producían al levantarse de la cama o la mesa, se consideraban buenos, malos o pésimos augurios. Por eso, a los que estornudaban los griegos les decían: "¡Vive!" o "¡Zeus te conserve!". Los romanos decían "¡Salve!". Los primeros cristianos cambiaron a Zeus por su Dios, por lo que empezaron a decir "¡Jesús!".
Por otra parte, un estornudo continuado solía ser el inicio de una enfermedad, especialmente de una plaga muy temida en la antigüedad: la peste. Por eso, al invocar a Jesús, lo que se hacía era pedir su ayuda para apartar al que estornudaba del peligro (equivaldría a "Jesús te ayude").
No sabemos qué relación tuvo el tal Ramón Lagarto con todo eso y si fue o no real, pero familia con el apodo de Lagarto sí ha habido en Peraleda. Por la expresión se da a entender que ese señor se ponía muy pesado con lo que fuera cada vez que él o alguien estornudaba (= que sí, que sí, pero qué pesado con lo mismo) o que su tos era frecuente y preocupante (el otro uso de "que sí que sí" = pues sí que estamos buenos).
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.