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Memorias de Angela Fraile 1/2 (Ángela Fraile Sánchez) Grabación del 26/08/2017

Ángela Fraile nos cuenta cómo era su vida y la del pueblo cuando ella era niña.

Vea la segunda parte de esta entrevista aquí.

-Estamos a 26 de agosto del 2017 y nos recibe en su casa.
Ángela Fraile. Bienvenidos a mi casa, en la calle del Ángel, nº 4.
-Pues vamos a hacer la entrevista si… ¿Quiere sentarse ahí en la esquina? Bueno, pues a ver qué nos vas a contar hoy.
Bueno ¿Qué es lo que quieres que te cuente?
-Pues si quieres empezar contando algo de… de tu vida, de cuando eras niña y eso.
Pues nosotros cuando éramos jóvenes, puess jugábamoss siempre ahí en la plaza y en donde está ahora el consultorio pos era… que le llamaban que había sido el baile de la tía Bonifacia.
-Ahí en lo del médico.
En este rincón y ahí había una piedra asín como un poyete grande y ahí Aurora Soto, Tedora la de D. Aresio, María Cartas y yo, que éramos las amigas, Pili de la tía Dislá, jugábamos y los cacharros que tenían, íbamos a los olivares y de los platos que se rompían cogiâmos los trozos, lo cogiâmos y eran los cacharritos que jugábamos.
-Cachos de platos.
Claro, con eso cogíamos y hacíamos ahí las comidas, bailábamos, jugábamos, saltábamoss, jugábamos a Tres en Raya y luego en la puerta de la iglesia nos poniâmos a jugar “A bonis o a tierra”, en los poyos.
-A ¿Qué es eso?
“A bonis o a tierra” Que estábamos…
-A bonis o a tierra.
Y cogía don, don Marcelino y nos veías desde la ventana, que estaba metido el cura, que estaba metido en la iglesia, y nos vedía y decía: “Niñas, niñass, esos son juegos de chicoss. Eso no se hace”
-¿Pero cómo, cómo era el juego ese?
Pues eso era una se ponía asín puesta en el poyo agachá y nos íbamos saltando una, dos y tres hasta las que juntábamos unas encima de otras.
-Ay, eso le llamábamos nosotros a burro, jugar a burro.
Pues nosotros decíamos “A bonis o a tierra”.
-A bonis o a tierra.
Decíamos. Y luego también cuando ya fuimos mayores, pos era Dª Petra la profesora nuestra, y era ahí en el salón del tio Gómez, era el colegio y entonces pos entrábamos
-Donde la casa de las columnas de aquí…
No, donde… sí, la de la casa las columnas, pero eran… donde tiene Evarista los pisos era… era la… la escuela. Era una sala grande y ahí íbamos con Dª Petra. Y cuando entrábamos pos cantábamos en la escuela, “nos toca cerral la boca y no hablar”.
-¿Y cómo se cantaba eso?
“En la escuela noss toca, cerral la boca y no chisstar, ni una chispa de ruido, listo el oído y a to escuchar”. Y luego cogíamos y como habiá los pupitres con los tinteros, pos cada día nos tocaba a una ponel los tinteros. Ibas a… a pol… ponías los tint-, ósea, estaban los tinteros y los rellenábamos con la tinta. Y en la escuela. Y ya…
-A algunos se les vertería.
Pos mas de dos. Habiâ una Irene que está en Madrid ya, Irene Chirrichonga, que esa siempre iba como un santocristo. Toa llena de… que se la vertiân los tinteros. Y luego poss saliâmos a jugal ahí pol San Vicente, por el pilón, por eso jugábamos y ya está. Y luego ya después pos ya hizo D. Lucio García el grupo escolar que ya fuimos allí con nuestro babis blanco que llevábamos, con todo, eso ya era otra cosa y era la profesora Dª Feli.
-Dª Feli.
Ah, pero antes de aquello también tuvimos la escuela aquí donde es el Hogar del Pensionista, en la… en lo de las escaleras, enfrente de encá Mariqui, esa puerta era la nuestra que se entraba. Y te viá contal ahora una cosa  que m’ha pasao.
Pues ahí estábamos Marilú Salvaora, esta- osea que igual erábamos más pequeñas que más grandes, era to junto.
-¿Unitaria?
Y Dª Feli se iba ancá Julianilla y Paquillo en los recreos a calentalse al brasero y a lo que quería, y nosotros nos dejaba allí solas. Y un día por no… nos habiâmos sabido la leción y nos quedó encerrás. Y estaba Amparo una de La Cumbre que estaban aquí que la llamabâmos Amparo la de La Cumbre, y la quedó al cargo de nosotross. Y estábamos allí todas y como no teniâmos váte meábamos en el litro y en el medio litro y lo tirábamos pol la ventana.
-¿Qué es el litro y el medio litro?
Que teniâmos pa ense-, pa… hacel la medidas, pa enseñalte [Ah…] lo que eran las medidas en el colegio.
-Como los, como los que se usaban pa cuando te vendían la leche… a granel.
Pos había allí en una alacena así en una repisa puesta y teniâs ganas de meal, nos poniâmos en un rincón, mirábamos y lo tirábamos pol la ventana.
-Pero avisabais o algo o ni…
Nosotros no avisábamos a nadie, más que meabas y lo tirabas. Y estando en esa ación, pues se asoma mi hemmano Roberto pol la ventana de donde tia Trini que había una ventana grandota asi y dice “Angelita, Angelita, que ha venido papa de- padre de… de Cáceres, de Plasencia de operarse y nos ha traío unos caramelos y no los estamos comiendo”. Digo, estos cuando yo llegue no me quedan ni uno, digo, ahora mismo me voy y dice Amparo: “Pues como te vayas te vas a enterar”. Digo: “No, me voy a estal aquí pa que no me toquen los caramelos”. Pusimos una silla al pie de la paré, al pie de la puelta, abrí la ventana, me salté y me fui. Me comí los caramelos y ya está. Al día siguiente llegué y me dice Dª Feli: “¿Y tú por qué te fuistes a casa?”” Digo : pos porque yo me tenía que ir a comel los caramelos porque si no, no me tocaban” Dice: “Eso no se hace, eso no se hace” Digo: “Claro, si no hubiese llamao mi hemmano no voy pero como me llamó me fui y me los comí”.  

Y luego estando ahí en la escuela pos íbamos al depósito donde es ahora el depósito del agua, que era el viejo, y cogiâmos los palos del tabaco que había colgao la gente asín alguno y eran las pistolas y Marilú Salvaora decía: ”¡Cachaponé!” -yo no sé qué queriâ decil “cachaponé”-  Nas que ella deciâ: “Cachaponé” y decíamos: “Vamos tos con él”. Y salíamos tos corriendo pa arriba y subiâmos al depósito, la que podía subil subía y la que no se quedaba abajo. Y allí pos estábamos como en la guerra y nos, nos veniâmos luego toas pa abajo otra vez pa la escuela. Y esas eran nuestra anécdotas que teníamos. Pol la tarde pa merendal estábamos allí sentaos, íbamos encá el tío Vidal Vega y nos comprábamos unas sardinas de cuba y la poniâmos en la puerta en un cacho de papel, hacías asín con el portón, la aplastabas y la pelábas y nos la comíamos… más rica que na, y después de eso nos ibâmos al Pozo Beber a por el agua, ya después de habel merendao. Y luego siendo un poco más mayores estaba Pepina esta de… la de Fali, la de, de la Joseína. Pues estaban ahí sentás mi madre, la tia María de tió Agustín, todos, Fidel, tos y Pepa no quería na más que siempre: “Pepa que quieres de merendal” y dice: “Yo quiero chocolate”
-De bocaillar.
Y na más que me- bocaillaba chocolate. Ella decía, no la merienda, el bocaíllo. El bocadillo se decía. Y iba ancá el tío Vidal Vega, que le venía bien pa vender el chocolate poque si no, no le vendía y se estropeaba la tableta de cho- y ahí pues estábamos los veranos en el Cantón, to los vecinos hasta mu tarde, hasta las tantas. Mi padre se acostaba siempre porque como tenía que trabajar en la panadería pos él se acostaba. Pero nosotros ahí igual chicos que grandes tos hasta las tantas en el Cantón.
-¿Era panadero tu padre?
Mi padre trabajaba ancá tio Isabelo, de to la vida, y barbero, venía de la panadería y luego afeitaba en casa y cortaba el pelo. Y Ugenio el de Manuela le teniâmos de oficial, Ugenio el… [el del bar] el de Meño. Pos ese cuando no estaba mi padre iba yo a llamal-le a San Vicente que vivía y me decía el tio Calisto, que se llamaba su padre, digo:”¿Ánde está Ugenio?” Dice: “En el corral” y llegaba Ugenio y dice: ”Ahora mismo voy”. Lo soltaba to corriendo y se iba ahí ancá mi madre y él afeitaba y cortaba el pelo cuando no estaba mi padre.
-Pero no sacaba muelas.
Afeitaba mu bien. Si.
-Pero que no sacaba muelas.
No. No sacaba muelas.
-¿Aquí había algún barbero que sacara muelas antes?
No, no yo de eso no me acuerdo. No porque fue mi padre y mi abuelo Agustín, que era el mejor peluquero de to la gente.
-De ahí te vino a ti…
Mi abuelo Agustín vino de Aranjuez y entonces él estuvo allí aprendiendo y vino y en aquellos tiempos el tocador que yo tenía, la piedra de mármol, los espejos, todo era de mi abuelo. Que lo trajo de allí. Él tenía su peluquería en Aranjuez porque mi abuela Manuela era de Aranjuez.
-Ahh.
Su madre de mi abuela Manuela se llamaba Trufona.
-Trufona.
Trufona, y murió a los 104 años. Y un hermano de… de mi abuela se llamaba Agapito y trabajaba de jardinero en los, en el Palacio Real y estando con los rosales se clavó una espina, se le infectó, le cortaron primero un dedo, luego otro trozo y al final le cortaron la pierna. Y luego mi tía Angelita, una hija de una hermana de mi padre vivió siempre en Aranjuez, pero siempre estuvo con sus abuelos, nunca se vino aquí porque ella no quería el pueblo y trabajaba en el… de cocinera en el Hostal… la Re- la… en el Puente, en el Puente La Reina, en Aranjuez ahí trabajaba mi tía Angelita de cocinera. Y mis abuelos, amos mi bisabuelo, mi abuela Manuela y eso, vivían detrás de La Mina que era un restaurante muy típico en Aranjuez. Se entraba y había asín como un… un pasillo, y ellos vivían, que no era un piso que eran casas, que era antiguo y vivían ahí en Aranjuez. Y de ahí recreía mi abuela Manuela. Por eso ella cuando vino aquí ni sabía il a laval al arroyo, ni sabía nada porque eso no lo habiâ visto nunca y… pos to lo tuvo que aprender, la mujer. Y por eso mi abuelo era peluquero y mi padre que… mi padre le enseñaron a… a como se llame esto, a jabonal la balba en un taburete de chiquenine que era, de ahí empezó. Porque mi tío Agustín trabajaba en Renfe, en Navalmoral, ese se fue al ferrocarril, trabajaba en Renfe. Y mi tío Roberto le mataron en la guerra, fue el primero que mataron aquí, que vivían porcima de donde vivía tu padre, ahí en la calle de D. Domingo Juárez, esa calle pa arriba, que por eso mi primo Roberto se llevaba muy bien con tu padre, porque eran pequeños ellos y él se murió, a su padre le mataron en la guerra y su madre murió, que se llamaba Luz. Y mi padre se le quiso traer pero tenía un… un tío por la padre de- pol la parte de madre y se le- su tío Jesús, se le llevaron a Madrid porque fuera argo más. Que a ver si estudiaba o en algo, que luego no estudió ni nada pero bueno, se fue allí y esa es la historia de lo de mi padre de… de to lo que he vivido. Mi padre conoció a mi madre aquí ya, y ya pos peralêo, que se quedó aquí de peluquero.
-Y ya está.
Y el tío Clisanto estaba, pero, amos, mi padre eran… pos que tenía, mi padre venía de la panadería y tenía un montón de gente esperando en la puelta, se ponía a afeitar hasta que podía y entre horas luego iba al Cerrocincho, que tío Isabelo le pagaba aparte las gavillas que hacía de leña pal holno. Las cortaba y hacía gavillas de leña y esas se las pagaba a parte. Y habiâ veces que venía, se echaba un ratine y se iba y luego otras veces teniâ una esco- una escopeta de caños cortaos de esos, que se la metía en el pantalón y cuando eran las fiestas, veía los guardias que estaban pol la plaza, se metía la escopeta iba y se traía dos conejos, de que se iba de caza.
-De furtivo.
Claro, le gustaba ir de caza y se levantaba un rato y deciâ: ”Ahora en la hora de los toros están los guardias en los toros”, pumba, se metía la escopeta, se iba y cazaba. Hacía a pluma y a pelo. El hacía a tó.
-Y, y vosotras cuando erais chicas entonces ¿Qué tipo de juegos hacíais? Aparte de esos del…
Pos haci- haciâmos, pos esos nada más, saltal a la comba, que es lo que hacíamos, saltar y… ah y tamién teniâmoss… cogiâmos un… una… una chapa de las botellas y poniâmos hilos de colores.
-¿Dónde los hilos?
De los de que cosíamos.
-Pero que ¿dónde ponías en la chapa los hilos?
Si,
-¿O que la forrabais de hilo?
No. Cogías la chapa, la llenabas de unos pocos de hilos de colores [Ahá] y era trabajo de chinos. Luego te ibas un cacho de cristar, “chun, chun, chun, chun, chun”, clavabas el cristal y le poniâs encima, unas veces ajustaba y otras veces no ajustaba. Y deciâs: “Si me das una perra te enseño un mundo nuevo”. Ja ja ja ja ja. Y enseñabas la chapa, y ese era el mundo nuevo, y no teniâmos otros juegos.
-Nosotros haciâmos eso mismo pero en vez de hilos poniâmos unas fotos recortás de un futbolista o de…–
No, nosotros éramos… los colores. Y deciâmos: “Te enseñamos el mundo nuevo”. Y era lo que hacíamos, no haciâmos otra cosa, y jugal, eso, ahí como te he dicho, y luego pos saltal y il a misa, a las flores en el mes de mayo y saliâmos de las flores pol la talde y nos íbamos a cogel un ramo de las zarzas de esos blancos de los zarzales pa ponel-lo en casa.
-De los pampanitos, esos.
Los pampanitos no había otra cosa pues eso es lo que hacíamos.
-¿Y lo de las cruces de… de mayo?
Si, eso era en el día de mayo nada más. Cuando se…
-¿Cómo se hacía lo, cómo se hacía, cómo se celebraba antes lo de la cruz?
Pos el día de la Cruz de Mayo era una fiesta enomme. Había baile y tó, y entonces pos cogías y ibas a misa y después de misa pos ibas a la cruz en procesión. Y siempre pos una persona que tenía una promesa, la vestía, y llegabass allí, en procesión, lo cogía el… el cura y bendecía to los campos pa que…
-Pero iban aquí a la cruz de arriba [Sí, si, a esta] o recorrían to las cruces de… [No, no, no] …sólo a esa de… de la Cruz.
Nosotros, yo recuerdo nada más que a esa de la Cruz. Y íbamos y bendecían…
-Y la tenían toa vestida…
El cura y la vestían, entonces la vestían con sábanas blancas y ponían clavellinass, que luego ya, y luego ya terminaron por ponel-la como dos mantones de manila. Ya cuando fue más avanzando pero antiguamen- amos, yo me acuerdo de cuando yo era pequeña la ponían de sábanas blancas, toda, y luego ponían unas como clavellinas y por abajo a veces echaban como arzándara y yerbas asín de eso y ya está.
-Yo eso era mu chico, lo conocí 2 o 3 años luego ya lo quitaron.
Nosotros eso es lo que se hacía. Luego ya venías, deciân la misa y ya está. Y no… no era otra cosa.
Ah, y también ibâmos, cuando íbamos a la escuela, tamién íbamos encá Dª Fili, encá la tia Florentina Camacho, a por el brasero pa ella. Y veniâmos con dos ganchos con el brasero pa que le tuviera y nosotros llevabâmos una lata pa calentalnos los pies porque como hacía frío, pos te ponías una lata con unas ascuas pa calentalte.
-Pos que peligro los niños pequeños con ascuas.
Pos fíjate que peligro, pos ni habiâ calefación ni habiâ na. Y llegábamos y la tia Florentina nos daba el brasero y menúos bitracazos veniâmos dando con el brasero. A veces llegarié quizá las cenizas na más. Porque desde donde vive Guadalupe, que era ahí ande viviâ su abuela abajo, Guadalupes la de Luis.
-Ah.
Pos abajo era la casa de la tia Florentina. Donde vive Carmen su madre de… de Guadalupe. Y teniân una cocinina ahí al lao y llegábamos: “Nos dé usté el brasero pa…”
-Y… y ibáis con las ascuas desde allí ¿hasta dónde?
Con el brasero hasta aquí hasta la plaza.
-Hasta aquí a lo del Hogar del Pensionista.
Unas veces llegaba y otras veces… pos…
-O no llegaba y ya está.
Y si veniâ mucho aire le tirábamos pa no quemalnos. Y cuando ya se pasaba el aire teniâmos dos ganchos y veniâmos con él palante.

Íbamos también cuando la gente segaba los garbanzos y eso, íbamos a la granillá, que se llamaba.
-¿Qué es?¿Sacarlos de la cáscara…?
No. Nosotros, la gente segaba los galbanzos y se los llevaban pa trillal-los. Y tú si tenías, yo tia Benita, o asín, nos decían: “Hemos segao los galbanzos ahí enfrente de la pi- de la picina que tenía ella ahí un trozo de tierra. Pos cogíamos…
-A coger lo que sobraba.
Los que se caían en el suelo [Sí] fíjate, pos ibas y llenabas los cubos y eso era granill- eso era il a granillal.
-A coger el grano.
Y luego ya también te mandaban a veces, a mí mi madre menos veces, pero nos mandaban… ibas por los caminos asín pa’r cementerio, pa esos donde iban los carros de miesa… si se había caído alguna espiga o algo, las ibas cogiendo en un cubo pa los cochinos que tenías, pa echal-los de comel.
-Y tú, ¿A ti no te tocó ir recogiendo los cagajones de las vacas?
No, a mí eso no, eso fue cuando tus tías y eso, eso era antes. A nosotros eso no, a nosotros...
-Y eso, eso se cogían ¿Pa qué? ¿Para el brase- pa la lumbre o …?
No eso lo echaban pa echal-lo pa estiércol, pa el +++++.
-Ah, pa estiércol.
Pero nosotros íbamos a granillal los garbanzos y también íbamos a por- a pol sacos de cogollos. Anda que no me echaba yo los sacos de cogollos y venía más tiesa que un ajo.
-¿Los cogollos qué eran?
Cuando está el habar, el jabal que se decía aquí: “Vete a ese Jabal que hay ahí que es mu grande” Iban…
-¿Jabal?
Un jabal, lass habass, que sembraban.
-Ah, jabal, donde había habass.
Era un jabal, aquí se decía un jabal. Íbas y cortabas con una cuchilla los cogollos que tendrién que sel chicos, pero nosotros coltábamos cuanto antes llenaras el saco pos mejol ¿No? Díbamos siempre 2 ó 3 y los metías, te le colgabas y luego nos daban una tupa de habas, si había allí habas comiâmos una tupa de habas crudas y nos veniâmos a casa con los cogollos pa los cochinos.

Y luego pues il a laval al arroyo, también las amigas juntas, que eso era como una divelsión. Íbamos y veniâmos andando, te daba la madre, las madres la ropilla de los, de los más chicos pa que te fueras izque enseñando. A restregal y laval, llevabas la mojá en un cubo al cuadril con agua caliente si era en invielno pa que no se te quedaran las manos tan frías. Y llegabas al arroyo, poniâs una piedra, llevabas la tajuela que era de madera, ponías la ropa de colol hasta que mojabas la +++
-La tajuela eso que es así como rizao pa la-…
No ese es el lavadero.
-Ese es el lavadero.
Y la tajuela es una cosa que es asín cuadrá con dos tablas aquí, y aquí en el bajo ponías la ropa de color que se lavaba la última. Ibas lavando la blanca y la poniâs a soleal, y en que se soleaba la blanca, lavabas la de colol. Y luego en ese rato jugábamos un rato. Y ya tendiâmos la ropa pa que se oreara un poco y allí al lao de las matas nos comiâmos lo que nos hubiesen echao de merienda. El cacho morcilla, el cacho queso, lo que hubiese sido, comiâmos y era un día feliz. Trabajando en el campo. Lavando.
Y cuando te ibas a casal también pues ibas a laval la lana del colchón a los arroyos.
-¿La lana del colchón?
Claro.
-¿Sacabais la lana del colchón y la, y la íbais a la-…?
No, no, es que la comprabas. Nosotros por ejemplo se la compramos al tío Vicente Chicorro. Y… y luego pues nos fuimos mi prima Sole, mi madre y yo no sé quien irié más y yo, nos fuimos al arroyo. Haciâs una lumbre, poniás una caldera con agua caliente, y metiâs la lana, pa caldal-la bien con el agua caliente y de allí al regato, al chalco, con una buena agua aclará y luego en un cesto de estos de… de mimbre la metías entre dos, meter y sacal, meter y sacal pa que se aclarara y la ponías a secal en una soga que ponías de… de una encina a otra pa que se secara. Y ya cuando estaba seca te la traías a casa y las viejas la.. la mullían como que la extendían la extendían, y luego a mí me hizo el colchón…
-¿Jala… jalamullían?
La mullían, la mullían.
-Ah que la mullían.
La tia Celedonia, su abuela de Paco tu amigo, y mi madre me hizo a mí el corchón. En casa poniâ una lana y to, y los ojetes esos, que había que sacal-los, vamos, la novia a sacal los ojetes, pa que estén bien ataos. Y sacaba los cachos de cinta que se metían y… atal bien cada cacho, cada cacho y ya que le teniâs como encorchaíto a cosel to el colchón alrededor.
-Madre mía.
Claro, eso no se hacía. Ahora no hacen na, que vais de compras.
-Ahora lo compras to.
Yo cuando me casé esta casa, estos techos no teniân más que cagaeros de moscas. Los tuve que fregar tos con lejía no sé cuantas veces, no se sabían del colol que era, porque era un blanco igual que eso. Pero esta casa era de unos miramonteros y no la teniân habitada. Viviân en Miramontes y se dejaban las ventanas abiertas o lo que fuera y estaba… madre mía y los tuve yo que meter en ruta fregándolos. Mejol estaba que ahora. Y de la última troje de arriba, yo no sé el picón que bajé yo. Porque habían volcao los sacos de picón pa hacel, pa hacer el brasero. Y los cubos que yo llevarié de ahí de encá Carmen, mi amiga. De un pozo que tenía, traía, pa fregal-lo lo tiraba y volvía otra vez, lo tiraba, lo que yo trabajé pa quedar eso en ruta. Así es que no es el mismo trabajo tenel una casa que te dan un piso y te pones que hasta que lo pones tú en ruta.
-Hombre, luego es como más tuyo también.
No y que…
-Te hace más gracia.
Y que tienes como que has trabajao to eso. Yo los suelos esos de arriba los fregaba de rodillas con Ajax de este en polvo [sí, me acuerdo] y un estropajo chiqui, chiqui, chiqui, chiqui y luego ya los dí de cera y to eso y me quedaron, vamos. En aquellos tiempos. Me acuerdo que vino la madre de Isac, aquí al pueblo, la de Isac el de Yeyi, el de Flores, [sí] y estaba en la peluquería y quiso hacel pis la mujer y subió a mi casa. Y llega izque la dice a Flores: “Te voy a decir una cosa Flor, no te enfades, pero yo no sé estos suelos tuyos no parecen ni primos hermanos, ¿con qué fregará la peluquera el suelo que ha fartao poco pa verme la cara en él?”. Y me lo dice tia Flor. Digo: “Pues los friego asín” Dice: “ Ah, no ves, tú es que eres mu trabajaora, yo no, yo no, yo paso un poco, que me pasen la fregona y ya está”. Yo me daba unas palizas en la casa de loca. Y este suelo eran ladrillos de esas baldosas rojas. [Sí] Y las daba yo de cera roja por la noche, cuando acostaba a Blanca Estela y a Rocío, ya que estaba acostao Fidel y to, las daba de rojo pa pol la mañana estuvieran bien.
-¿En qué año naciste tú?
En el 42.

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