El Círculo Sagrado de Peraleda | Grabación del 20/12/2023 |
El Círculo Sagrado es un fenómeno físico y espiritual que dio origen al pueblo de Peraleda de la Mata. En este vídeo explicamos qué es, y por analogía deducimos cómo funcionaba, y de qué manera convierte a nuestra comarca en un punto geográfico-histórico tremendamente peculiar e interesante, además de que nos obliga a asomarnos al misterio y a lo sagrado.
Si le interesa conocer todos los detalles de este Círculo, todos los datos y pruebas que demuestran su existencia y función, puede visitar nuestro siguiente vídeo: Decodificando el Círculo Sagrado
EL CÍRCULO SAGRADO DE PERALEDA
Peraleda de la Mata es fundada en el siglo XIII por Domingo Velasco, Señor de la Peraleda y antiguo escribano de la Cámara Real de Alfonso X el Sabio. Sus primeras casas se levantan dentro de un recinto circular cerrado, abierto por cuatro puertas. No sabemos si ese recinto se crea al fundarse el pueblo o tal vez el recinto sea siglos más antiguo, o incluso milenios, y los nuevos pobladores simplemente aprovechasen sus restos para asentarse allí de nuevo. Hay señales tanto a favor de un recinto medieval como de un recinto romano o más antiguo. Sea como sea, el Círculo está aún ahí, su huella ha sobrevivido a través de los siglos y no hay documentos que nos hablen del Círculo ni de nada de la antigua Peraleda, pero la historia, que desvanece los datos pero siempre deja rastros, nos ha dejado suficientes pistas como para reconstruir su función, pues no es un caso único sino que sigue modelos antiguos diseminados por toda Europa e incluso más allá. Veamos de qué se trata.
Antes de aventurarnos a sacar conclusiones, empecemos explicando qué es el Círculo y cuáles son los datos físicos que tenemos.
Se trata de un perímetro circular de más de 100 metros de diámetro (126’70 para ser más exactos). Era un recinto cerrado con dos calles principales que se cruzaban en el centro, donde habría una placita. Las dos calles cruzadas terminaban en cuatro puertas que abrían el recinto en cuatro puntos equidistantes.
Hoy en día no hay, que sepamos, restos del recinto en sí, y el trazado original de las calles también se ha perdido (tal vez porque en origen eran chozas). Sin embargo al mirar el callejero urbano la huella de dicho círculo se hace evidente y se conserva bastante bien, salvo algunos puntos en donde las casas han invadido el trazado original. También se conserva la huella dejada por las cuatro puertas del recinto.
En origen, las cuatro puertas eran puntos en donde se acumulaba todo el trasiego de personas que entraba y salía del pueblo, y por tanto era también el punto perfecto para montar tenderetes de venta, mercadillos, formar corrillos de conversación, etc. Por eso cuando el pueblo empieza a crecer más allá del recinto, esos cuatro espacios de vida comunal se preservan y las casas nuevas se construyen alrededor de ellos. El resultado es que hoy en día tenemos cuatro placitas abiertas en los cuatro puntos donde estaban las cuatro puertas del recinto.
No sabemos cuáles eran los nombres de esas puertas, pero siguiendo la costumbre de la Edad Media lo lógico es suponer que la puerta orientada al sur se llame Puerta del Sol, y las otras reciban el nombre de la población principal a la que se dirige. Teniendo en cuenta la época en que se fundó (o se refundó) Peraleda, dichas poblaciones serían Belvís (al oeste), Oropesa (al este), y al norte el gran centro religioso de la comarca, que era la iglesia de Santa María.
Por otro lado hemos descartado el nombre de Puerta del Sol para la puerta sur por dos motivos, primero porque en el caso de Peraleda la cruz plantal que corta y crea las cuatro puertas no está orientada según los puntos cardinales (y este extraño fenómeno es lo que convierte a este Círculo en algo muy especial, como luego veremos); por ese motivo esa puerta no da al sur sino al sureste. Y segundo porque esta puerta se sitúa en la actualmente llamada plazuela del Cristo, y la puerta opuesta se llama Puerta de Santa María, de modo que es bastante posible que ese fuera su nombre original, emparejando ambas puertas alineadas con los nombres de Santa María y de El Cristo.
Veamos ahora el asunto de su orientación.
En la antigüedad era relativamente frecuente fundar una población con planta cuadrada (muy raramente con planta circular) y un callejero en donde destacaban dos calles principales que se cruzaban formando una cruz y abriendo la muralla por cuatro puntos que estaban siempre orientados hacia los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste.
En las pocas ocasiones en las que la orientación de la cruz no seguía fielmente los puntos cardinales era por uno de dos motivos. O bien la orografía, como un río, montaña o desfiladero, obligaba a variar la distribución de las puertas (lo que no es el caso de Peraleda), o bien relativamente cerca de la población había un punto, generalmente religioso, de tal importancia que toda la estructura urbana se orientaba hacia ese punto sagrado. Y ese es el caso de Peraleda.
Para comprobar hacia dónde se orienta la cruz plantal de Peraleda basta con prolongar en línea recta sus dos calles centrales y ver hacia dónde van. No tardaremos en encontrar ese punto focal de atracción: A poco más de 4 kilómetros de Peraleda, la línea que avanza hacia el noreste llega al centro exacto de las ruinas de la antigua iglesia de Santa María de la Mata (hoy más conocida como Torre de San Gregorio). Esta iglesia fue construida en el siglo XIV, pero hay indicios suficientes para suponer que ya siglos antes, en tiempos de los visigodos, se levantaba en el mismo lugar una iglesia o ermita a Santa María, en el mismo punto en el que se apareció la Virgen, hoy llamada “de la Campana”.
Pero más aún, también tenemos a pocos metros un manantial de aguas medicinales y ruinas romanas, lo que hace suponer que en tiempos de los romanos, y probablemente antes también, existía un culto a la deidad o espíritu responsable del poder curativo de esas aguas, y al estar el manantial en una hondonada, es fácil que el templete o altar de culto estuviera situado en el mismo sitio en el que hoy se encuentran las ruinas de la iglesia. Por eso, si el Círculo de Peraleda estaba orientado con total exactitud hacia ese punto sagrado, nos queda la duda de si dicho Círculo se levantó en el siglo XIII, cuando la repoblación, o la estructura original había sido construida siglos o milenios antes, siendo reaprovechada al repoblarse.
¿Pero qué sentido tiene orientar el pueblo entero hacia este punto sagrado?
Santa María no era simplemente un lugar sagrado, sino que era un centro sagrado de considerable importancia. Al poco de repoblarse toda la zona, la Virgen de la Campana ya es mencionada como una de las advocaciones marianas más importantes de la recién constituida diócesis de Plasencia (mucho antes de que apareciera Guadalupe) lo cual sería un título más que merecido si la advocación proviene de tiempos visigodos como parece ser el caso. En esa época medieval esto sería motivo más que suficiente para convertirla en un foco de peregrinación, local o incluso a más distancia, pero el lugar donde la Virgen se apareció sobre una encina no podía pasar desapercibido para la gente de la Edad Media (o incluso para la actual, pues se trata del mismo caso que tenemos en Fátima aunque siglos antes).
Por lo tanto, hagamos un pequeño esfuerzo e imaginemos que Peraleda está a menos de 5 kilómetros del santuario de Fátima ¿no sería natural que el pueblo entero estuviera en más de un sentido orientado hacia allá?
Para entender la función del Círculo tenemos que sumergirnos en la mentalidad y la cultura cristiana de la Edad Media y compararlo con otras situaciones semejantes que hemos encontrado en otras partes de Europa. Al orientar su eje principal hacia ese punto tan sagrado los primeros habitantes de Peraleda (fueran medievales, romanos o del neolítico) estaban intentando abrirse a la sacralidad o la energía que emanaba de ese punto sagrado. A mayores, el recinto circular, similar a otros recintos sagrados que se remontan incluso a la época de Stonehenge y más allá, es una figura perfecta y cerrada, de modo que esa energía o sacralidad canalizada hacia el pueblo es en cierto sentido atrapada y puesta en circulación por el trazado redondo. Tal vez sea útil imaginar el Círculo Sagrado como una batería que se enchufa al lugar de Santa María y se recarga con su energía o santidad, de modo que los habitantes del recinto, o los viajeros que a él llegan, son vivificados o santificados.
Esta idea de la iglesia de Santa María como punto de energía es algo que pervive incluso a día de hoy. La cantidad de fenómenos extraños, paranormales, con fantasmas, psicofonías, avistamientos de ovnis, etc, además de los que afirman que se halla en un cruce de líneas ley, han atraído la atención de medios especializados desde hace décadas. Recientemente el programa de televisión Cuarto Milenio calificó al lugar como “El punto más tenebroso de España”.
Pero para los cristianos, la importancia del lugar siempre estuvo marcada principalmente por ser el lugar en donde a un pastorcillo se le apareció, sobre una mata de encina, la Virgen de la Campana. Puede que el Círculo sea de hace milenios, puede que incluso surgiera como parte de las construcciones que levantaron los pobladores paleolíticos que alzaron el vecino Dolmen de Guadalperal, pero en cualquier caso en la Edad Media el Círculo Sagrado y el lugar donde se alza la iglesia de Santa María tenían ya un carácter y significación marcadamente cristianos, tanto para los peraleos como para los viajeros que por aquí pasaban.
Y hablamos también de los viajeros porque Peraleda fue de antiguo un importante punto de paso. Situado junto al vado de Alarza, uno de los pocos puntos por donde el río Tajo se podía atravesar antiguamente, nuestro suelo era uno de los principales pasos que conectaban el norte y el sur de la península, así como la ruta que iba de Madrid a Lisboa. Pero además hay otro factor que hacía de la Peraleda medieval un poblado con mucho tránsito: el Camino de Santiago.
En la Edad Media la península estaba atravesada por numerosos “caminos de Santiago” que eran recorridos por muchos peregrinos en busca de la tumba del santo apóstol. Salvo los típicos que hoy conocemos (el camino francés, el inglés, el portugués, la ruta de la plata, etc.) la mayoría de los caminos se han disuelto en las brumas de la historia y actualmente son muchos los esfuerzos por intentar reconstruir sus huellas.
Uno de esos caminos pasaba por Peraleda, y no era un camino menor, pues era la ruta que recogía a los peregrinos del centro de España y los llevaba hasta la Ruta de la Plata en Plasencia, para desde allí seguir por el camino principal. Era un camino más largo para la gente de Madrid o Toledo, por ejemplo, pero más cómodo y seguro que atravesando las montañas de Ávila.
No sólo eso, no éramos simplemente el paso de un camino, sino el lugar en donde se juntaban dos. El rastro es bastante evidente y fácil de seguir. Si situamos en el mapa todas las iglesias, ermitas, hospitales, y hasta pueblos que en la Edad Media construyeron y llamaron “de Santiago”, veremos que casi el 100% de ellos se sitúan a lo largo de dos líneas que más o menos bordean el río Tajo por el norte y por el sur. El Camino del norte viene por Calzada de Oropesa, pasa por la desaparecida Puebla de Nacianos (anteriormente llamada La Puebla de Santiago) y llega hasta Peraleda, donde se junta con el Camino del sur, que viene por la otra orilla del Tajo y cruza el vado de Alarza para dirigirse hacia el norte.
No es de extrañar, por tanto, que la iglesia que se construye en Peraleda se dedique a Santiago Apóstol, estando aquí un nudo del camino. Y desde Peraleda ambos caminos, ya en uno solo, se dirigen hacia Plasencia para incorporarse a la Ruta de la Plata y cruzar las montañas por el puerto de Béjar y subir hasta el norte cómodamente por la calzada romana. Pero ese camino al abandonar Peraleda se dirige primero a la iglesia de Santa María. Era normal que los caminos de Santiago se desviaran, a veces incluso muchos kilómetros, para visitar algún lugar sagrado de importancia. En nuestro caso ni siquiera era necesario desviarse, pues la iglesia de Santa María estaba justo en la dirección adecuada. Por eso esa iglesia no sólo recibía peregrinos o visitantes que venían a rendir culto a la Virgen en aquella Fátima medieval, sino que también era visitada por los peregrinos que pasaban por ella rumbo a Santiago. Una vez entendido esto no resultó nada extraño descubrir en un antiguo documento que el nombre original de esa iglesia no fue Santa María de la Mata, como luego llegó a conocerse, sino Santa María de Compostela.
Por todo ello, Peraleda actuaba como una parada principal dentro del Camino de Santiago central. Aquí se juntaban los peregrinos de la ruta norte y la sur y en su camino hasta Plasencia en aquellos años es posible que no pasasen por ninguna otra población de importancia, así que Peraleda sería un punto de descanso y reabastecimiento. Pero también un punto de purificación antes de llegar a la Fátima medieval, Santa María, de la cual Peraleda sería el equivalente al Monte del Gozo antes de llegar finalmente a Santiago de Compostela.
En el centro del círculo, que hoy queda situado junto al cruce de la Calle del Señor y San Antonio, hay una piedra labrada llamada el Centrum. Esta piedra marca el centro exacto del Círculo Sagrado, y si la función del Círculo era recoger y hacer circular la energía o sacralidad venida de Santa María, el Centrum era el punto donde esa energía era más alta.
Con todos estos datos que hemos comentado hemos hecho una comparativa con otros círculos rituales hallados en rutas de peregrinación, situados directamente antes del lugar sagrado o varios kilómetros antes de llegar a ese lugar, como es el caso de Peraleda, y por semejanza hemos reconstruido el ritual típico que realizarían los peregrinos para purificarse. Al llegar a Peraleda darían tres vueltas alrededor del Círculo Sagrado siguiendo la dirección de las agujas del reloj, pues es la dirección que sigue el sol en el hemisferio norte. Los peregrinos que llegaran desde el Camino del sur iniciarían su recorrido por la Puerta de El Christo, y los que llegaran desde el Camino del norte lo iniciarían en la Puerta de Oropesa. Al completar la tercera vuelta llegando a la Puerta de partida, se dirigían directos al Centrum. Allí, de pie sobre la piedra, cerrarían los ojos y dejarían que su cuerpo se empapara de esa energía que limpia y purifica.
Este rito es básicamente y típicamente el mismo sea de la época que sea, aunque en la época cristiana dicho rito de purificación se completaría necesariamente con una visita a la iglesia de Peraleda si ya existía.
Y aquí tenemos otra marca clara que señala este Círculo histórico y su función.
La iglesia de Peraleda fue construida en el siglo XVI, aunque es probable que en ese mismo lugar existiera anteriormente una capilla, ermita u oratorio. Cuando toda Peraleda estaba contenida dentro del Círculo, esa iglesia, o su edificio predecesor, no se construye en el centro del pueblo, o a su vera, sino separada, fuera. Pero no de cualquier manera. Se coloca en un punto exacto de gran significación.
Para empezar, el centro de la iglesia se sitúa justo en el eje que va desde la puerta de El Christo, en el Círculo, hasta la iglesia de Santa María, nuestra Fátima medieval. Y más aún, la distancia que hay desde la iglesia hasta el Círculo Sagrado es exactamente de 126’70 metros, es decir, si prolongas el eje que va de la Puerta de El Cristo hasta la Puerta de Sancta María y duplicas el Círculo Sagrado en ese mismo eje, el punto exacto donde ese segundo círculo corta el eje se convertirá en el centro del nuevo templo (o el lugar donde estaba su capilla antecesora).
Si los medievales consideraron que el eje era como el “cable” por donde circulaba la energía de Santa María hacia Peraleda, tiene sentido que colocasen su iglesia justo en ese eje. El hecho de que la distancia hasta el pueblo fuese exactamente el doble del diámetro del Círculo no es algo que podamos ver claro, tal vez sea la forma de transformar la antigua cruz griega del Círculo en una perfecta cruz latina, pero en cualquier caso sí que es otro dato claro que demuestra la existencia del Círculo y su función sagrada. La iglesia se convierte así en una especie de punta de flecha que refuerza ahora mucho más la orientación de Peraleda hacia Santa María. Por eso el símbolo que usamos para representar al Círculo Sagrado es un círculo con una cruz, que representa las dos calles cruzadas rematando en las cuatro puertas, y una flecha que indica la orientación hacia Santa María, siendo su cabeza el punto exacto en donde se sitúa nuestra iglesia.
La Asociación Raíces de Peralêda, dentro de sus objetivos de recuperación de la memoria histórica y conservación y puesta en valor de nuestro patrimonio físico y cultural, ha hecho un esfuerzo por recuperar esta parte tan importante de nuestra historia y por señalizar el Círculo. Si parte del Ayuntamiento, en la plaza de Peraleda, verá en el suelo una serie de flechas que le dirigirán hasta la primera de las cuatro puertas del antiguo recinto, la Puerta de Sancta María. Allí hemos instalado un panel explicativo donde se resume esquemáticamente lo explicado aquí y se indica cómo hacer el ritual de purificación del que hemos hablado. Desde ese punto otra tanda de flechas en el suelo van guiando al turista o peregrino por todo el perímetro del círculo para terminar, también señalizado, dirigiéndose desde la Puerta de salida hacia el Centrum o piedra que marca el centro del Círculo. Allí se podría completar el rito de purificación para los profanos, mientras que los cristianos terminarán con una visita a la iglesia de Santiago, si es que está abierta. Todos quedan invitados a continuar su jornada haciendo el recorrido de los esgrafiados renacentistas de Peraleda o disfrutando de sus otras atracciones, las cuales puede encontrar en nuestra página de turismo, entrando en raicesdeperaleda.com
17:49 | Me gusta 1 |
Apóyanos con tu firma para salvar el Dolmen de Guadalperal y también para salvar el retablo esgrafiado de Peraleda.