sustantivo, masculino, coloquial
En español: Pensamiento, Mente, Talento, Imaginación, Cabeza, Ingenio, Intelecto, Inteligencia
Cabeza, entendida como una facultad del intelecto.
Ver Maginal
1. Llevo aquí to la mañana dándole güertas al magín, pero nô me s'ocurre cómo arreglal el carro.
2. Nô te jagas caso de Emilia, que esa tiene el magín trastornao.
3. Vêlahíle lo tienes, que se l'ha metío en el magín que tiene que il él primero y nô hay quien se lo quite de la cabeza.
Comentarios:
La palabra magín se tendría que traducir normalmente por "cabeza" en el español actual. Pero magín no significa cabeza en el sentido de parte del cuerpo, así que no tendría equivalentes a me duele la cabeza o tiene la cabeza grande o se ha hecho una herida en la cabeza. Magín equivale a cabeza cuando esta palabra se usa para referirse al pensamiento, la sensatez, la inteligencia y cualquier otra función de la mente, de modo que cuando Benito Pérez Galdós nos cuenta que Chilivistra tenía el magín enfermo, no nos habla de su estado físico de salud, sino mental, pues era un loco. Por eso mismo, una persona con el magín flaco no era alquien de cabeza pequeña, sino alguien sin cabeza, con poca inteligencia:
"Hombre de flaquísimo magín, no tenía reparo en defender con absurdos testimonios las mortíferas propiedades del basilisco" (Historia de los heterodoxos españoles, Marcelino Menéndez Pelayo, 1880).
En resumen, cuando la palabra cabeza se refiere a una facultad del intelecto, equivale a magín, pero cuando se refiere a la parte del cuerpo no.
Ver palabras relacionadas: Partes de la cabeza humana
Origen: Latín. Nos viene del castellano antiguo. Es castellano desaparecido. Se usa en algunas partes de España.
Etimología:
Esta palabra posiblemente surgió ya en la temprana Edad Media, aunque su uso fue muy escaso hasta que alcanzó de repente su máximo esplendor en el siglo XIX, para desaparecer a mediados del siglo XX casi con la misma rapidez. También en Peraleda su uso se redujo enormemente por esa misma época, así que con mucha probabilidad podríamos decir que no es una palabra autóctona en origen, sino que nos llegó como moda en el XIX y dentro de un registro coloquial.
En la literatura, fue Cervantes uno de los primeros en usarla:
"Creo -respondió Sancho- que aquel Merlín o aquellos encantadores que encantaron a toda la chusma que vuestra merced dice que ha visto y comunicado allá bajo le encajaron en el magín o la memoria toda esa máquina que nos ha contado y todo aquello que por contar le queda. (D. Quijote de la Mancha, segunda parte, Cervantes, 1615).
Sobre su origen hay dos teorías.
1- Para unos magín deriva del verbo maginar, que a su vez es una variante medieval del verbo imaginar (del latín imaginari).
2- Para otros es al contrario, el verbo maginar deriva de magín, y éste deriva del nombre latino Maximus -vulgarmente dicho Maxin- que en en el habla popular castellana dio Magín (como por ejemplo vemos en San Magín, un ermitaño de Tarragona nacido en el siglo III). Según esta teoría, de este Magín (Máximo) surgiría el sustantivo magín para referirse a mentes prodigiosas y luego a todo tipo de mentes, y es de este magín de donde saldría posteriormente el verbo maginar.
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