Expresión que se usa para admitir que, aunque estamos diciendo la verdad, realmente hay algo que no es del todo cierto, pero tan insignificante, que no afecta a la verdad que proclamamos.
1. —¿No tendrás porây vente duros pa dejalme? —No tengo ni una lata. Bueno, mira, una peseta tengo aquí en el borsillo, pa qu'el diablo no se ría de la mentira.
Campos semánticos: Dichos
Origen: Se usa en Peraleda.
Etimología:
El diablo, como príncipe del mal, disfruta (se ríe) cuando cometemos cualquier pecado. Por lo tanto, si estamos mintiendo, aunque sea mínimamente, se alegrará de ese pecadillo que estamos cometiendo. Así pues, al descubrírselo a nuestro interlocutor, no estaremos mintiendo y el diablo no podrá reirse, pues somos totalmente honestos y al mismo tiempo lo que hemos dicho sigue siendo sustancialmente verdadero.
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