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Memorias de Mari Flor Jiménez Moreno 2/2 (Mari Flor Jiménez Moreno) Grabación del 25/09/2017

Mari Flor continúa dándonos todo tipo de detalles sobre su ajetreada vida, que era la vida de muchos peraleos de entonces.

Vea la primera parte de esta entrevista aquí.

Nosotros hemos estao entregando el suerdo allí a casa hasta que nos hemos casao, ese suerdo nuestro era to ahí. Y si entre el suerdo, entre los tress suerdos, el de mi padre, el de mi hermano Antonio y el mío juntabâmos 300 pesetas al día pos eso eran las 300 pesetas que entraban en casa, que amos que estoy puniendo como mucho en aquellos tiempos, porque yo mi primel jolnal que gané fueron 25 pesetas, que fueron 25 pesetas que hoy son 15 céntimos, así que tú fíjate. Y cuando trabajamos nosotros la primera vez a un jolnal, que cuando vuelvo otra vez para atrás, cuando estabâmos allí en los montes y cuando no teniâmos así na que hacel nos ibâmos a Barquilla del Marqués a trabajal, mi padre se ponía entre medias de mi helmano Antonio y de mí y entre los tres nos traiâmos 100 pesetas a casa, que son 60 céntimos ahora, entre los 3 y de sol a sol. Pero con eso nosotros ahorrabâmos dinero. Que eran 100 pesetas pero a lo mejor nos gastabâmos 25 pesetas y los otros 15 euros los ahorrabâmos. Entonces claro  pa entonces era mucho dinero. Pero también porque la gente no comía mas que lo que he dicho, garbanzos, habichuelos, patatas, arroz y sopas.
-Que la carne no…
La carne no se veía ni amos, ni de, ni por asombro. Comíamos calne cuando el tiempo e la caza que se iba mi padre a cazal y cazaba patos, y cazaba liebres y cazaba to lo que se le pescaba, entonces era cuando se comía calne, pero mientras no. Ahí las calnes estaban…
-¿Y las frutas y eso?
Uuuuuuh, ni los álboles los veías hija, cuanto más la fruta. Ahí no había nada de nada, ahí fruta, ni amos, ni gloria, no había fruta si es que no sabiâmos lo que era una naranja. Antiguamente sabiâmos lo que era una naranja polque las veías por ahí las cáscaras pero no las veías en tu casa las naranjas. Las naranjas no las veías en tu casa hija. Ni pa ná. Entonces en casa de un pobre tú no veías una naranja ni una manzana ni una de ná porque no había pa compral-lo. ¿Cómo ibas a compral eso si tenías pa compral un poco arroz y un poco azúcal pa si querías hacel-lo. Y los cafés y las leches ahí no había leche.
-Entonces por la mañana que se que…
Pos pol la mañana desayunabâmos café de cebá. La cebá se tostaba y era la, y entonces amos, lo comprabas ya botes de cebá de café de cebá y nos la hacían pa nosotros, pa los muchachos, nos hacían el esto de cebá y con pan. Antes había poco pan duro, lo que nos faltaba, polque cuando no te lo comías en sopas te lo comías en el desayuno.
-¿Con agua?¿Café con agua o qué?
Café con agua hija, café con agua y claro pa que te durara más el bote de la cebá. Y eso era lo que desayunabas, ahí no había más. Y ahí estabas aviá hasta medio día los cuatro galbanzos así que como pa no salil detrás del galbanzo que se te cayera. Que entonces adiós perdías el tiempo. Y esa historia ha sío asín siempre hija, y nosotros pos se destinguían muchos, y entonces se destinguían muchísimo un rico de un pobre que entonces eran ricos, que ahora sería gente pero normal pero normal que se está viendo. Los ricos de antes hoy no se distinguen con un pobre de hoy. Polque hoy los pobres tenemos casi mejores casas y mejores cosas y mejor preparativos que un rico de antiguamente. Polque ahí tienen ricos y tienen buenos corrales y tienen buenas casas y se las están dejando cael y se las están dejando  venil abajo pol no polque no pueden obral ni pueden hacel na y no lo pueden mantener en pie. Polque hoy ya vale to mucho dinero +++ muchas cosas y entonces hoy no se diferencia un rico con un pobre.
-Si pero antes…
A no sel que sea un rico rico rico, pero es que hoy por ejemplo en Peralêda no hay hoy un rico rico rico rico, ya somos tos unos con 10 €, otros con 20, pero ya están los trigos más igualaos.
Pero antiguamente se lo notaban pos muchísimo.
-En la ropa y…
En todo, en todo se notaba, eso era una cosa vamos, grandísima, lo que se notaba antes el que tenía la tierrecina que te buscaban a segal, que te buscaban.. entonces eso se los notaba, eso era asin, entonces tu entrabas en una casa pobre y allí no había suelos, eran de barro, los suelos eran de barro.
-Barríos y….
Esos eran de barro, y ya estaba,  a lo mejor por Semana Santa o pol el Cristo te ibas al Morante a cogel alcilla que yo me ha, que yo lo he hecho millares de veces y entonces ibas a pol la alcilla esa, calabas el barro, y con un saco de estos de espalto, pues cogías el barro, cogías el barro, lo embarrabas toa la casa bien embarraíta y las habitaciones, amos la habitación, porque había una habitación, y lo embarrabas y ya con el saco lo esparramabas bien y lo quedaba asín y eso era y eso lo hacías a lo mejol un par de veces al año.
-Y lo secabas y se queda eso duro.
Exactamente eso se secaba, se quedaba duro y se quedaba pos mu bonito. Y luego ya más que barrío con las escobas de valéo y se acabó, allí ni había fregonas, ni había fregones ni había ná.
-De valéo ¿Eso que es?
Pues el valéo se criaba en el campo, eran escobillos, esco- escobas de valeo y escobillos de valeo. Entonces tú ibas y el escobillo ese se barría mu bien y luego ya que estaba desgastao un poco le dejabas pa faldegar las parés con la cal. Y las escobas de valeo pos las que estaban así pal reeol de la lumbre, pa recoger las buceras de la lumbre. Y allí en el cacho patio eso era e comedol, eso era la cocina y eso era to las cosas.
-Ahí se cocinaba y ahí se…
Ahí había de to, y ahí como no había como hoy cocheras que si esto que si lo otro, ahí cuando venía mi padre de, de hacel picón o de los peces con el burro, la albarda del burro allí se metía en el patio y muchísimas veces nos hemos acostao allí en la albarda del burro, muchas veces nos hemos acostao. Y en un escaño que es como ahora un tresillo pero aquello era un escaño de madera. Te ponías un cachillo jerga y allí a lo mejol el más chico se acostaba y los otros dos en la albarda del burro. Y así ha sido la vida. Por eso entonces digo que si a muchos jóvenes vivieran un poquillo de aquello, pos fíjate que cuando dicen también, “Oy madre si vinieran aquellos tiempos los jóvenes lo iban a pasar mu mal” digo sí, lo iban a pasal mu mal pero yo creo que lo ibàmos a pasar peores nosotros, polque los jóvenes no conocen aquella vida, nosotros sí. Que las conocemos y sabíamos ya los que nos esperaba. Que los jóvenes no saben lo que los espera pero nosotros si que sabemos lo que nos esperan polque lo hemos vivio. Digo yo Dios no lo quiera polque ahora es mu bonito cogel la ropa y metel-la en la lavadora, y antes te tenías que cogel un perol y lalgarte digo a La Bomba, a laval los peroles de ropa. Digo que ibas a laval unos buenos peroles de ropa y tenías que rompel el hielo pa podel laval la ropa (Madre mía) de las helás que caían. Hoy ya to eso ya no lo pasas digo y encima tenías que venil pacá con el perol de ropa a la cabeza que cuando llegabas aquí al pueblo llegabas con el, con el cogote to hundío del peso que traías encima de la cabeza
-Quizá encima mojá y…
Hombre es que era mojá, es que era retolcía, lleval-la al cubo, al perol y luego venilte. Eso ha sío asin hasta que ya vino el agua que ya pusieron los lavaderos ahí enfrente de tu casa y ahí nos ibâmos, yo me, amos el sol me salía allí, esperando pa cogel las pilas pa cogel laval la primera polque si te descuidabas un poco te daba, te daba allí tol día esperando a que telminaran las otras de laval. Y allí pos lo mismo, pero allí ya te cogía a un paso de casa.
-¿Y cada cuanto se iba ….?
Una vez a la semana hija, ahora no este cambioteo que ahora me quito un pingo y luego me quito otro. Ahí era una vez a la semana la muda y sanseacabó tol cuento. Y ahora mismo agüelo se iba por ahí luego ya dejaron lass siegas, dejaron to eso pero se iba a las palcelas a trabajal que con Juan Miguel el de la Dehesa La Mata trabajó muchísimo y con el tío Paco Lobo, con esos ha trabajao agüelo mucho y era una vez a la semana lo que se cambiaba de pantalones y de camisa, eso estaba más tieso que la mojama. Y anda que había que restregal poco, que había veces que los nudillos estos de los deos sangraban que era un gusto de restregal y el jabón casero o el jabón Flota que eso era amos, sosa pura que te desollaba viva los deos y no había otra cosa na más que eso, así es que eso pos mira, eso ha sío la vida, la vida mía ha sío asín, como la mía la de mi época pos toas, era asín la vida, no había otra cosa. Luego ya nos vino el agua al pueblo, ya fue mu diferente, luego ya la ibas entrando poco a poco la que iba pudiendo en casa, ya pos ya fue distinto.
-¿Cómo fue aquello?
Primero fueron pallá como pa Valparaíso o algo así, me paece que pusieron estaba el pozo del agua, me paece que está por ahí, no, no estoy segura pero era por ahí. Está el pozo del agua que entoavía está, lo que pasa que luego ya ahí se ha bebío y se ha hecho de tó. Lo que pasa es que luego ya con estas cosas de que lo miran, que no se puede bebel que no se puede, que allí está el pozo, y allí entonces antiguamente, recién traie- pusieron el pozo pusieron unas duchas allí pusieron unas duchas y allí nos ibâmos a bañal pol la (allí a Valparaíso) pol el verano. Aonde está el pozo ese del agua, ya no me acueldo bien, yo creo que es por ahí por Valparaíso o por ahí es. Por esa zona eso y allí nos ducha- nos bañabâmos con las duchas, que ponían a lo mejol 3 ó 4 duchas y allí nos bañabâmos y eso y si no pos al pantano, eso eran pos to las playas y to las cosas que teniâmos. Y luego ya al venil al pueblo ya al agua, luego ya de allí la empezaron a trael, metieron tuberías, metieron cosas, y ya lo trajieron las , el agua al pueblo, ya trajeron el agua al pueblo y ya lo pusieron también en las fuentes, en las fuente esa donde está el palque en la plazoleta de Baudilio, otra en la Plaza y otra en la puelta de Donusebio, en la plazoletina esa y ya ibâmos con los cántaros allí a por el agua hasta que lo pudíamos (poner en las casas) pudieron entrar en las casas y allí te ibas pues a por el agua, ibas to los días to los días a por el agua y los sábados pues recalgabas el doble pa luego el domingo no tenel que il porque luego el domingo tenías que empleal-lo en laval y en hacel los oficios de casa. Porque luego como mi madre estaba inválida, pues ella no podía hacel las cosas de casa en condiciones y entonces ella hacía lo del día de diario, barría un poquillo, hacía las camas y ya está, pero luego yo de estal to la semana trabajando, el domingo le dedicaba pa laval to la ropa de la semana y pa arreglal to la casa, pero con to y con eso no me quitaba de ilme al baile. Que yo arrancaba el baile, me iba al baile de la tia Lumi y allí estabâmos desde la primera pieza que tocaban hasta la última, de allí no me venía.
-La discoteca que…, la discoteca ¿no? De ahora.
No, entonces era baile hija.
-Pero que es donde estaba…
Si, es donde está la discoteca. En el mismo sitio, que luego ya la discoteca, luego ya la hicieron más eso. Porque se arrengó el baile, cayó una nevá mu grande mu grande que cayó una nevá grandísima y de la nieve que cayó se arrengó, se arrengó el baile. Que menos mal que fue antes de empenzar el baile.
-Y no pilló a nadie.
Y no pilló  a nadie, que después de to, fue una cosa, mu grande, que pol lo menos ibâmos pal baile y, no no, si se ha caío la discoteca. Y era de la tupa nieve que cayó y se arrengó el techo.
-Es que antes nevaba y ahora ni nieva ni, ni…
Ahora ya ni nieva ni hace ná pero antes si que ha nevao, no to los años pero sí que ha nevao. Y cuando nevaba, nevaba. Entonces como ya estamos preparás y to, lo único que nos divertimos aquella noche y se pasó la noche tirándonos bolas de nieve unos a otros y ahí en la plazoletilla esa de D. Carlos ahí fue , vamos, ahí fue la guerra lo que hubo. Y asín fue. Era nuestra diversión, nos ibâmos al baile, nos íbamos a to, era mu distinto a lo de hoy. Porque hoy bailan en grupos mismo que de muchachos solos como de muchachas y de to, pero entonces no. Entonces se estaba si querías bailal mujel con mujel si, pero luego no, no veías mujeres, así en grupos ni los hombres ni amos, ni de cachondeo. Y estabas en la mesa y a lo mejol te iban a sacal a bailal. Y a lo mejol te decía el muchacho ¿Bailas? Y si querías bailal tenías que bailal tres vueltas con ellos y el que no te gustaba bailal con él, coño que tres vueltas ya son muchas, y a lo mejol luego ya llegaba y a las dos vueltas decías mira: yo ya no bailo más y al muchacho se le hacía de mal y a lo mejol en to la noche no te volvía a sacal a bailal, pero si no te gustaba pues decía y a mí que me impolta que no me saques a bailal.
-Estaba ajustao a tres canciones.
Si, sí. Y tres vueltas tenías que bailal con ellos si te gustaban como si no. Y había algunos pesaos que si te tocaba una lenta pos se querían aprovechal. Pero tú le clavabas el codo aquí asin y le apartabas, cuando se telminaba la vuelta le decías: ya no quiero bailal más contigo. Polque queabas vamos, muelta, tenías los brazos mueltos de querel-le apaltal. Y él venga arrimalte y tú venga querel-le apaltal, madre mía qué suplicio digo, folmabass. Y asín, asín era., Luego ya puess ya cambió mucho la cosa polque ya te digo, luego ya malchaba la gente un poquine mejol, un poquine mejol en un sentido ¿no? Que ya tenías las 5 pesetas pa entral al baile que te costaba y entonces pos bueno.
-¿Y te comprabas algo, era solo entrar o también te bebías, bebías…?
¡Qué diiiices!
-Ni coca colas ni…
Ois las coca colas, lo que había era las pitusas y las mirindas, (claro) y si, polque el baile no te dejaban entral hasta los 16 años, no te dejaban entral al baile. Tú bailabas cuando había bodass y te metías a la manzana de la boda, al baile de la boda que era la manzana. Si no, hasta los 16 añoss no te dejaban entral en el baile. Pero yo como como siempre he aparentado un poco más edad, a mí siempre me dejaban entral. Pero yo que adelantaba de entral si no entraban las amigas. (Claro) Así es que pos me quedaba allí, pero eso, que va, que dices, ya una vess si te subían el sueldo y te daban a la mejol 7 pesetinass pos a la mejol entre 3 ó 4 comprabâmos la, la pitusa, como tú dices, pero bebiâmos un solbo cada una y con esa pitusa teniâmos pa to la noche. Y eso erá así. Pero es que antes las mujeres no iban a los bares, antes las mujeres no iban a los bares. Llegaba un dia de fiesta y las cosas y no entraban las mujeres en los bares.
-Sólo los hombres.
Sólo los hombres. No iban las mujeres a los bares.
-¿Y qué hacíais mientras vosotras?
Pues si salía el día güeno en invielno pues nos íbamos a paseal al prao de Manolo Odón, a los tejaress y eso era donde te pasabas el tiempo, pero en los bares no entraban las mujeres. Hasta ya que se dio en entral, pero eso ya, tendría yo 18 ó 19 años o más. Pero como no había perras tampoco hija, (claro) pues a lo mejol pediâmos un café pa tress y con la cuchara una cuchará cada uno, y asín estaba que cuando te llegaba a tomal la última cuchará estaba más fría que vamos, que la boca un muelto. Pero si querías entral en un bal tenía que sel así polque no te daba el dinero pa compral un café (claro) Y a lo mejol un café te costaba, yo que sé, a lo mejol 5 pesetas no creas que te costaría mas. Que entonces en el único bal que podías entral era en el Casino. En el del agüelo de Nuria, (ahhhhh) el padre de Pepa (Si, si,si) pues ahí era donde ibâmos, ca Eugenio luego yo ya fue después de casá cuando se entraba allí. Luego ya empenzó a ir los matrimonios y las parejas y eso a los bares. Pero los días de fiesta, no los domingo como eso, ahora los hombres eran to los días, los que iban. Que hoy por ejemplo, los jóvenes no van a los bares los días de diario pero antes loss hombres todos los días tenían que salir a tomarse los vinos. Que enntonces pos claro, cada cosa iba en su tiempo. No había otra cosa. Asi es que velai la cosa. Luego lo único bueno que tuve, que como trabajé tantísimo y tó, luego ya me casé y ya no volví más a trabajal. Yo ya tuve a, polque antes claro, hoy se casa la gente de los 28 a los 30 años palante, pero es que antes nos casabâmos de los 20 a los 24 era la que más tardía se casaba a los 24-25 años. Pero de los 20 a los 23 nos casábamos casi toas. Pero era más pol tenel libeltad, polque con los padres no tenías libeltad. Te decían una hora y esa hora tenías que estal, tenías 18 años o tuvieras 20 polque antes la mayoría de edad era a los 21 años, entonces tenías que estal asín. Entonces yo me casé a los 21 añitos, que yo ya pol lo menos podía salil y entral de mi casa cuando quería y cuando me diera la gana, antes no podías hacel-lo, entonces (lo que te mandaban y ya está) exactamente. Entonces antes te casabas más joven pol eso y teníass hijos más joven y tenías hijos pos joven. Con na que te casabas el primel encalgo era ese. El hijo. Y hoy sin embalgo empiezas a tenel-lo a los treinta y tantoss años. Cuando antes a los 30 años ya tenías toda tu familia folmá y todo lo tenías ya olganizao y ahora empienzan a folmal, amos, empiezan a tenel el primel hijo (si, si) de los 30 palante, que es mu distinto. Pero ¿Pol qué? Polque ahora hay más libeltad y hoy hay más de to. Y  antess no tenías libeltad y te casabas más pol eso pol tenel tú mas libeltad, no pol otra cosa. Que algunas pelsonas nos iba bien la libeltad pero algotras pelsonas estaban más atás que quizá cuando estaba an ca los padres. Polque eso según las suelte como hoy en día, según la suelte que tuvieras. Eso es así. Yo tuve un poco más de libeltad claro, tenía libeltad pero lo  que decimos, de cómo salían los hombres por ahí pues estaba sola polque tu marido se iba pol ahí a, a la tabelna y ya estabas aviá. Se iban a trabajal, luego se iban a la tabelna, con él, el rato de dolmil y escasamente.
-No te veías.
No te veías, no te veías, no podías mantener una conversación con tu marío ni relacionalse tus hijos con el padre ni na. Polque era asín, pero eran todos, todos asín y entonces había tabelnas aquí ni se sabe las tabelnas que había y hasta que no las recorrían todas no se venían a casa, pero bueno. Aquello ya se llevó y aquello estaba ya preparao, así es que velaí la cosa.

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