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Memorias de Luciano Martín López 2/2 (Luciano Martín López) Grabación del 11/08/2017

En este vídeo (segunda parte) Luciano Martín nos canta canciones que se cantaron en Peraleda hace muchos, muchos años. A pesar de tener la voz rota por una operación, ha querido contribuir a que nuestros cantares antiguos no se pierdan nunca.

Vea la primera parte de esta entrevista aquí.

Gracias a Luciano y a su hermano, Vidal (Calero), que tuvieron la previsión de recopilar un buen número de canciones antiguas de nuestro pueblo y con ello hicieron posible que hoy podamos salvarlas del olvido. Gracias también a los hijos de Vidal que nos han facilitado este material.



ROMANCE DEL LABRADOR HARTO DE COLES

DICTADO POR LUCIANO Y VIDAL MARTÍN LÓPEZ

Yo nací en Extremadura
Término de Peraleda,
Yo aprendí pasos de niño
En una alfombra de hierba
Y los grillos me durmieron
Con sus nanas de alas negras.
Y escuché crecer los trigos
Debajo de las estrella,
Y todo el campo me corre
Por los cauces de mis venas.
¡y qué le vamos ha hacer
si tengo sangre campera!
Yo se montar a caballo
Y se ordeñar una oveja,
Y se llevar un tractor
Y gobernar una reja,
Y se esperar cara al cielo
La lluvia que nunca llega.
Se de flores y de frutos
Y de surcos y de siembras.
Pero más que de estas cosas,
De lo que entiendo es de letras,
(no de las letras romances
Sino de esas que se aceptan
Y después hay que pagarlas
A noventa días fecha).
Dijo mi padre al morirse:
“Ahí tienes, niño, mi herencia.
Mis setenta años de vida
En ese cacho de tierra
Dios te coja confesado,
Que verás lo que te espera”.
¡Qué razón tenía mi padre
En su póstuma sentencia!
¡Porque el negocio heredado
Tiene tela marinera!
Yo me levanto a las siete
Cuando no a las seis y media
Y me cae la madrugada






Haciendo cuentas y cuentas;
Pero a los hombres del campo no se nos da la aritmética.
¡Ay seis coma veinticinco,
Coeficiente de mis penas!
¿Por qué no llegas ni a siete
Debiendo llegar a treinta?
Que treinta miden tus primos
Y van a medir cincuenta.
Ya sabes que primos digo,
Los costos de la cosecha.
¡Ay funesto apellido!
¡Ay que indigna parentela!
¡Ay seis coma veinticinco!
¿Por qué crecer no te dejan?
¡Ay Señor quien corresponda
Que no me salen las cuentas!
¡Y qué le vamos a hacer
Si tengo sangre campera!
¡Ay que el añito que viene,
Si el buen Dios no lo remedia
Voy a arrancar los olivos
Y voy a sembrar puñetas!
¡Pena me das, remolacha,
Remolacha azucarera!
¡Pena me das, patata,
Patatita tempranera!
¡Pena me das, aceituna,
Verde olivita aceitera!
Y pena me da de todo y pena me da de mi pena.-
Entre las patatas, el trigo,
La cuestión remolachera,
El aceite de oliva
Y el nabo a la vinagreta,
¡Anda que los labradores
Llevamos buena carrera!
¡y qué le vamos a hacer
Si tengo sangre campera!
Y entre el FORPA y el IRYDA
Y entre el ICONA y el SEMPA,
No hay labrador que se aclare
Con tanta sopa de letras.
¿Qué culpita tiene el campo
Del lío de la vivienda?
¡Eso si que es la repera!
Guillermo Fernández Vara,
Prócer de mis entretelas,
Abre un poquito la mano
Y olvida un rato la cesta,
Y del lío del petróleo
Y de las cuencas hulleras
Y del lío redondelo
Y del lío de Matesa.
¿Por qué van a pagar los vidrios
El garbanzo y la lenteja?
¿Por qué al campo se le oculta
La verdad de la peseta?
¿Por qué dejan subir todo,
Pero hay cosas que no dejan,
Y esas son precisamente
Las que se echan en la cesta?
¡Ay cesta de mis pecados!
¡Ay mimbre de hacer bandera
Para adornar el desfile
De locas incongruencias!
¡Guillermo Fernández Vara
Prócer de mis entretela!
Cambia despacho por surco
Y escarba en campos de queja,
Que el labrador sólo quiere
Que medio salgan sus cuentas.
Ayer vendí mis patatas
En el campo a dos cincuenta.
Entonces quise evadirme
De mi lógica tristeza
Y fui y me metí en el cine
¡Sesenta y cinco pesetas!
¡Ay qué tendrá el celuloide
Que las patatas no tengan!
¡Y qué le vamos a hacer
Si tengo sangre campera!
Cuando la noche es muy noche
Y la luna está muy llena,
Dejo un rato las cuartillas
Durmiendo sobre mi mesa
Y salgo al campo y me tiendo
En una cama de tierra
Con sábanas de rocío
Y almohada de sementera,
Y de la luna madura
Corto tajaditas tiernas.
Y pensando, pensando,
Y pensando que te piensas,
Pienso que hay penas penitas
Que no merecen la pena.
¡Y qué le vamos a hacer
Si tengo sangre campera!


LA APUESTA

DICTADO POR LUCIANO Y VIDAL MARTÍN LÓPEZ

Una apuesta tengo madre,
Con los mozos del lugar,
De dormir con Marianita
Antes del gallo cantar.

¿Cómo apuestas hijo eso
Cosa que no pues lograr?
Deme usté una lección madre
Que yo la pueda estudiar.

Vístete de peregrina,
Monta tu caballo real,
Por puerta de Marianita,
Tu has de irte a pasear.

Buenos días Marianita
Sentadita en tu portal.
Venga con Dios la extranjera
De qué pueblo y qué ciudad

Soy una torrejontilla,
Vivo a la orilla del mar,
Tengo una cuerdita unida
Si me la quisiera dar.

Tenerla si que la tengo
Pero está sin devanar.
Dese prisa la señora
Que me tengo que marchar
Que soy  recién casadita
Y me tengo que ausentar.

No tenga prisa señora
Que aquí se puede acostar
Conmigo y con mi criada
Dentro de mi alcoba real.

A eso de la media noche
Marianita voces da:
La señora de ayer tarde


Ahora se ha vuelto un galán.
Quede con Dios Marianita
Sentadita en tu portal,
Lo que has perdido esta noche
Ya no lo vuelves a encontrar.


LA SERENA

DICTADO POR LUCIANO Y VIDAL MARTÍN LÓPEZ

La serena de la noche
La clara de la mañana

El emperador de Roma
Tiene una hija bastarda
La quiere meter a monja
Y ella quiere ser casada.
Iban duques y marqueses
Y a todos los despreciaba,
A unos por ser pequeñitos
A otros por no tener barba,
A otros por no tener pulso
Para manejar la espada.
Se ha subido a su balcón,
Se ha asomado a su ventana
Y ha visto tres segadores
Segando trigo y cebada.
Se enamoró de uno de ellos
Lo cual que a la izquierda estaba.
Segaba con hoz de oro,
La empuñadura de plata.
Le ha mandado de llamar
Por la suya secretaria.
- Oiga usted segador
Que mi señora le llama.
- No conozco a tal señora,
Ni tampoco a su secretaria.
- Oiga usted, buen segador
Me ha dicho que pronto vaya.
- ¿Qué me quiere la señora
Que tan a prisa me llama?
- Oiga usted, buen segador
Quie´usted segar mi cebada
- Dígame usted dónde está
Para que yo puea acostarla.
- Siéguela, buen segador,
Yo le daré buena paga.
No está en cerro, ni está en valle,
Ni tampoco en tierra llana,
Que está en un monte mu´oscuro




Debajo de mis enaguas.
- Esa cebada, señora,
No está para yo segarla,
Que pa´duques y marqueses
O señores de la sala.
- Siéguela, buen segador,
Yo le daré buena paga.
Le ha cogido de la mano
Le llevó pa´hacia su sala
Y a eso de la media noche
El segador se desmaya.
Pero vaya una señora,
Que van quince y no se harta.
El padre que la barrunta:
- ¿Quién está contigo Juana?
- Conmigo, padre, no hay nadie
Sólo está mi secretaria.
Pero el padre era muy listo
Y subió pa´hacia la sala.
El segador que le barrunta
Se tiró por la ventana.
Le tiró un doblón de oro
En un pañuelo de Holanda.
Valía más el pañuelo
Que lo que dentro llevaba.
Pero a los tres o cuatro días
Por el segador doblaba.
- ¿Quién se ha muerto?
- ¿Quién se ha muerto?
- El segador de la Juana.
- No se ha muerto,
No se ha muerto,
Que le ha matado la Juana.


(Los dos primeros versos los va intercalando, a lo largo de la historia, otra persona)



EN LA PROVINCIA DE SORIA

DICTADO POR LUCIANO Y VIDAL MARTÍN LÓPEZ

En la provincia de Soria
Y en un pueblo labrador
Habitaba un matrimonio
Con dos hijas y un varón,
Y la infeliz de la esposa
De una enfermedad murió
Quedándose huerfanitos
Las dos hijas y el varón.
Al transcurrir algún tiempo
El hermano se marchó
A ser soldado en Marruecos
Y a defender la nación.
El padre de estos hermanos
No dejaba de pensar
De dar martirio a sus hijas
Y hacerlas unas desgraciás.
Al darlas tanto martirio
Ya al hermano le escribió
Una carta que decía:
- Hermano del corazón
Pide permiso si puedes
Que tu nos podrás salvar,
Nuestro padre nos persigue
Y nos quiere deshonrar.
Pronto marchose el hermano,
Pronto permiso pidió,
Para marcharse a su casa
Y salvarlas a las dos.
Y al llegar a su casa
A su hermana s´abrazó
Y el padre que estaba enfrente
Y ni siquiera le habló.
A eso de las tres y media
El hermano se marchó
A visitar a sus amigos,
Que tenía una porción.
A eso de las cuatro y media
El hermano regresó
Y vio a su padre luchando
Con su hermana la mayor.




Pronto marchose el hermano
Para al padre sujetar,
El padre saca una faca
Y al hijo quiso matar.
El hijo saca un revólver
¡Muere padre criminal!
A eso de las cinco y media
Él mismo se presentó
A la autoridad del pueblo
Y le toman declaración:
- Es cierto que le he matado,
No me llamen criminal,
Ha sido en defensa propia,
Yo no lo ude evitar.
Él a mí quiso matarme
Y a mi hermana deshonrar.
Le celebró el juicio
Y le quedan en libertad.


EN LA PROVINCIA VALENCIA

DICTADO POR LUCIANO Y VIDAL MARTÍN LÓPEZ

En la provincia de Valencia
Un matrimonio vivía,
Eran ricos y hacendados
Sólo tenían una hija.

María tenía su novio
Llamado Pedro Carreño
A quien ella más amaba
Por ser un chico muy bueno.

A los padres de María
Nunca pedro le hizo gracia
Y la preparan la boda
Con un sobrino de casa.

El veinticinco de abril
Le prepararon la boda
Y al otro día de mañana
Ya estaba la gente toda.

Luego se vistió de largo
¿?
Y al ver entrar a su hija
Cayó al suelo desmayada.

Ya la levantan del suelo
Y …?
Ella le dijo a la gente
Voy un momento al jardín.

Voy un momento al jardín
Ella le dijo a la gente,
Y tirándose en el pozo
Allí encontró (?) la muerte.


(Falta transcribir texto)


Ya la sacan del pozo
Y en el bolsillo la encuentran





QUINTOS

Porque los otros no valen,
Nosotros somos los quintos.
Porque los otros no valen,
Que se van a la cocina
Y a consolar a sus madres.
¡Ole, ole, ole, ole!
A consolar a sus madres.    (    bis)

Con la “p” con la “u”
con la “t” con la “a”
si tu madre lo es
tú también lo serás
tú también lo serás
tú también lo has de ser
con la “p” con la ”u”
con la “t” con la “e”

ya viene la comotora,
ya viene la comotora,
la que arrastra los vagones,
la que se lleva a los quintos
de todas las estaciones.
¡Ole, ole, ole, ole!
De todas las estaciones.

Porque los otros no valen,
Nosotros somos los quintos.
Porque los otros no valen,
Que se van a la cocina
Y a consolar a sus madres.
¡Ole, ole, ole, ole!
A consolar a sus madres.    (    bis)

Con la “p” con la “u”
con la “t” con la “a”
si tu madre lo es
tú también lo serás
tú también lo serás
tú también lo has de ser
con la “p” con la ”u”
con la “t” con la “e”




Que se llamaba Gabino,
Mi abuelo tenía un choto
Que se llamaba Gabino.
Cada vez que le nombraba
Ven Gabino, ven Gabino
¡ole, ole, ole, ole!
Ve Gabino de la bota.

Que no matemos gallinas,
El alcalde nos ha dicho,
Que no matemos gallinas,
Que las mozas que dejamos,
Que nos tiremos encima.
¡ole, ole, ole, ole!
Que nos tiremos encima.

Con la “p” con la “u”
con la “t” con la “a”
si tu madre lo es
tú también lo serás
tú también lo serás
tú también lo has de ser
con la “p” con la ”u”
con la “t” con la “e”

Que te llaman veterano,
Ven acá quinto aburrío,
Que te llaman veterano
Que a la puerta del cuartel
Con la licencia en la mano
Con la licencia en la mano
Ven acá quinto aburrío.

Con la “p” con la “u”
con la “t” con la “a”
si tu madre lo es
tú también lo serás
tú también lo serás
tú también lo has de ser
con la “p” con la ”u”
con la “t” con la “e”


Me llaman el pobrecito
Porque me tocó melilla,
Me llaman el pobrecito
Como si Melilla fuera
La sepultura de los quintos.

Que las han hecho cañones,
En Melilla no hay campanas,
Que las han hecho cañones,
Para matar a los moros
Los valientes españoles.
¡ole, ole, ole, ole!
Los valientes españoles.

Con la “p” con la “u”
con la “t” con la “a”
si tu madre lo es
tú también lo serás
tú también lo serás
tú también lo has de ser
con la “p” con la ”u”
con la “t” con la “e”

DE  BODAS

(POR LA MAÑANA)

Vecinas murmuradoras        (bis)
Que vivís en esta calle,
Aquí sos traigo una rosa
No deshojada de nadie        (bis)
Vecinas murmuradoras.

Tu madre en tu cuarto entró
Esta mañana temprano,
Tu madre en tu cuarto entró
Y al ver que estabas dormida
Ta echao la bendición        (bis)
Esta mañana temprano.

Son de terciopelo azul,
Las cortinas de tu alcoba,
Son de terciopelo azul,
Entre cortina y cortina,
Un ángel pareces tú         (bis)
Las cortinas de tu alcoba.

Cuando fuiste a velarte,
Esta mañana temprano,
Cuando fuiste a velarte,
Los angelitos del cielo
Bajaron a coronarte        (bis)
Y esta mañana temprano.

Estrenaste un vestido,
Esta mañana temprano,
Estrenaste un vestido,
Te lo has venido a quitar
Casada con tu marido         (bis)
Esta mañana temprano

Cuando dijiste atorgo
Esta mañana temprano,
Cuando dijiste atorgo
Yo estaba rezando a dios
Que te de buen matrimonio    (bis)
Y esta mañana temprano.




Con un ramito de nueces,
Y allá va la despedida,
Con un ramito de nueces
A ninguna se la echao
Pero tu te la mereces        (bis)
Y esta mañana temprano

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