Memorias de Eusebio Castaño Castaño (Eusebio Castaño Castaño) | Grabación del 11/08/2017 |
El cronista oficial de Peraleda nos hizo un tour por la Avenida de Guadalupe en Peraleda de la Mata, explicando lo que en ella había cuando él era mozo.
Buenas noches y gracias a todos por vuestra asistencia. La Concejalía de Cultura y yo os agradecemos vuestra presencia en estos pomposamente llamados “paseo histórico cultural”. Vamos hoy a pasear y a ver la calle Avenida de Guadalupe pero antes me vais a permitir una especie de introducción. Cuando esta tarde yo estaba pensando qué era lo que podíamos decir de esa calle no sé por qué me recordó una poesía de Gabriel y Galán que había oído muchas veces recitar a un familiar muy querido para mí, ya fallecido. Me vais a permitir que empiece con introducción leyendo esta poesía de Gabriel y Galán.
Gabriel y Galán es un poeta que casi todos le consideramos extremeño, pero en realidad no era extremeño, él era salmantino. Lo que pasa es que se casó con una extremeña, vivió en Extremadura, concretamente en Guijo de Granadilla, se identificó con nuestro pueblo, con nuestras costumbres, con nuestra cultura y incluso mucha de su producción literaria está escrita en el lenguaje que llamamos castúo. La poesía dice así:
“Enfrente de mi casa yace en ruinas
un viejo torreón de cuatro esquinas,
y en este viejo torreón derruido
tiene asentado una cigüeña el nido.
¡Y parece mentira, pero enseña
muchas cosas un nido de cigüeña!
Es precisamente estos versos lo que me hicieron recordar, porque yo cuando estaba pensando en la calle, también decía yo: parece mentira, pero hay que ver lo que enseña una calle si se va recordando lo que se conoce o lo que se sabe de esa calle. Continúo.
Por el borde del nido de mi cuento,
donde reina una paz que es un portento,
asoman el pescuezo noche y día
los zancudos cigüeños de la cría.
Cuando los deja la cigüeña madre,
trae alimentos el cigüeño padre,
y cuando con su presa ella regresa,
vuela el padre a buscarles otra presa;
y de este modo la zancuda cría
en banquete perenne pasa el día.
Estaba yo una tarde distraído
desde mi casa contemplando el nido,
cuando del campo regresó cargada
la solícita madre apresurada.
Presentó con orgullo ante su cría
una culebra muerta que traía,
y mientras sus hijuelos la "trinchaban"
y, defendiendo la ración, luchaban,
reventaba la madre de contenta
mirándolos comer... ¡y ella estaba hambrienta!
¡Y cómo demostraba su alegría
viendo el festín de su zancuda cría!
¡Qué graznidos, qué dulces aletazos
y qué cariñositos picotazos
les daba a aquellos hijos comilones
que estaban devorando sus raciones!
Al ver desde mi casa aquella escena,
llena de amor y de ternura llena,
bendije al nido aquel, y, ¡lo confieso!,
estuve a punto de tirarle un beso.
Ahogué mi beso, pero tristemente
me dije por lo bajo de repente:
"¡Quizás haya en el mundo quien querría
convertirse en cigüeño de la cría!"
Cerca del viejo torreón derruido
en donde está de la cigüeña el nido,
hay otro nido, pero nido "humano"
que habita la familia de un cristiano.
El mismo día y a la misma hora
en que la escena aquella encantadora
del nido de la torre yo admiraba
y un beso con los ojos le enviaba,
del otro nido humano un rapazuelo
salía sollozando sin consuelo.
Una mujer de innoble catadura
salió tras la harapienta criatura,
cruzole el rostro, le empujó hacia fuera,
metiose en casa y la dejó en la acera.
-¿Por qué te echan de casa, rapazuelo?
-le dije al verlo, y contestó el chicuelo:
-Porque a pedir limosna había salido
y un poco pan "na" más hoy he traído,
y dinero me dice que le traiga,
y que vaya a buscarlo "ande" lo "haiga".
Alcé los ojos sin querer al nido
del solitario torreón derruido,
y dije, contemplando aquella escena
y aquella madre cuidadosa y buena:
Si este niño pensara, ¿no querría
convertirse en cigüeño de la cría?
Aplausos
Bueno y ahora nos vamos a trasladar a la calle Avenida de Guadalupe.
Es aquí en esta esquina donde empieza la calle Avenida de Guadalupe a pesar de no sé por qué no está aquí el nombre de la calle y está como vamos a ver un poquito más arriba. El por qué de este nombre creo que está al alcance de todos, por aquí sabemos que vamos a Guadalupe. Pero no siempre se llamó así esta calle, esta calle se llamó así desde el primero de abril de 1950, anteriormente se había llamado calle Calvo Sotelo. Calvo Sotelo, para los más jóvenes les diré que fue un político conservador, que fue diputado, que fue jefe de la oposición en el Congreso de los Diputados en el año 36, y que fue fusilado. Parece ser que de este asesinato, llamémoslo así, fue la causa de que estallara después la Guerra Civil. Pero no siempre también se había llamado Calvo Sotelo, Calvo Sotelo se había llamado desde el año 1937 hasta el 1950. Anterior a 1937 esta calle se llamaba Gabriel Aloma. Probablemente ninguno de ustedes sepan quién era este nombre. Yo confieso que nunca lo había oído, y cuando vi el nombre de la calle “Gabriel Aloma” intenté averiguar quién era éste, y averigüé lo siguiente:
Al parecer era un político que había nacido en Mallorca en el 1873, que de pequeño ya sus padres se trasladaron a Barcelona y estudió periodismo, se dedicó también a escribir poesía, publicó libros de poemas que parece ser que tuvieron bastante aceptación. Como político militó en el partido republicano de Cataluña. Fue diputado y Embajador de Italia de 1932 a 1934. Es de suponer que en el 1934 cesara como Embajador en Italia puesto que Italia, sabemos que el régimen de Mussolini apoyó a las tropas de Franco, y en consecuencia si el señor Gabriel Aloma era diputado por la parte de izquierda pues probablemente tendrían que cerrar la Embajada porque romperían relaciones diplomáticas. Entonces al volver de Italia le enviaron ya a El Cairo de Embajador. En El Cairo estuvo hasta que terminó la guerra. Como terminó la guerra con la derrota del Partido Republicano, él se quedó allí exiliado, no quiso volver, probablemente tendría miedo a que hubiera represalias y murió allí en el año 1941.
Pero todavía conocemos otro nombre anterior de esta calle que fue el nombre de San Antón. Esta calle se llamó San Antón. Y ¿Quién era San Antón? Bueno, San Antón voy a decir que era San Antonio Abad que popularmente se le conoce con el nombre de San Antón. Este santo vivió en el año 200 ó 200 y algo y sabemos muy poquito de él. San Atanasio nos habla de él y nos dijo que era un señor que se había, había heredado una fortuna que le permitía vivir con bastante desahogo, pero que un día pasando por una iglesia entró y oyó un sermón, el sermón aquel en el que un joven se acerca a Jesucristo y le dice: Maestro ¿Qué tengo yo que hacer para salvar mi alma? Y el Señor le dijo: Cumple los mandamientos. Y él le contestó: “eso ya lo hago”. Dice, “pues entonces ve, vende lo que tienes y dáselo a los pobres”. Pues parece ser que esta frase le impactó a San Antón y al pie de la letra la tomó. Salió de allí, fue, vendió todo lo que tenía y se fue al desierto a vivir allí simplemente para poder rezar pues en la soledad de un desierto.
Tiene importancia en la Iglesia este hecho porque a partir de aquí esta costumbre la siguieron varios dando lugar a lo que se conoce como periodo de los eremita. Que eran personas que se retiraban allí, que no vivían en conventos sino simplemente hacían su vida allí.
Nos habla un poco más de la vida de San Antón, La Leyenda Dorada, un libro que publicó un fraile, Santiago de la Vorágine, en el siglo XIII de nuestra Era, o lo que es lo mismo, diez siglos después de que viviera San Antón, lo cual nos quiere decir que tan alejado de la existencia de San Antón la verdad es que no podemos dar mucha credibilidad a todo lo que nos cuenta La Leyenda Dorada, que al fin y al cabo como su propio nombre indica es más leyenda que historia o realidad. Lo que sí que sabemos a través de la leyenda es que el tiempo que estuvo en el desierto fue sometido por el diablo a muchísimas tentaciones. Tanto es así que en el Arte se ha hecho célebre los cuadros de las tentaciones de San Antonio, hasta el punto de que sobre todo en la Época del Renacimiento raro era el pintor que no tenía algún cuadro dedicado a este tema. Por ejemplo nosotros nos encontramos con El Bosco, con Rivera y hasta con el extravagante de nuestro Dalí, que también pinta un cuadro con este nombre.
¿Por qué se llama esta calle, la calle de San Antón? Pues sencillamente porque en nuestro pueblo se celebraba mucho la Fiesta de San Antón que era el 18 de enero. En nuestra parroquia una de las imágenes que tenemos es la imagen de San Antón, que se encuentra en la segunda calle de la derecha de nuestro retablo. Esta imagen está representado el Santo vestido con un hábito de fraile, una especie de capa, una capucha, lleva en la mano un báculo con una campanilla arriba y a su derecha en el suelo aparece un cochinillo. ¿De dónde viene el hecho de que se le represente con la campanilla y el cochinillo? Una leyenda nos dice, nos dice una leyenda, que una camella le llevaba alimento de vez en cuando, pan, a San Antón y como él estaba siempre en las oraciones ensimismado, tocaba una campanilla que llevaba al cuello para que el Santo se diera cuenta de que estaba allí ella y cogiera el pan. Eso referente a la campanilla, referente al cochinillo nos cuenta una leyenda que un día pasaba un jabalí con sus rayones y al ver al Santo se acercó a él y le empezó a mirar con lo cual el Santo se dio cuenta como que le estaba pidiendo algo y entonces el Santo mirando se dio cuenta de que uno de los rayones era ciego y parece ser que le curó. Esto no dejan de ser leyendas. Vamos a ver la realidad ¿Por qué se le representa con este objeto de la campanilla y con este animal del cochinillo?
Mirad, en el siglo XI era muy corriente una enfermedad que se llamó el ergotismo. Esta enfermedad consistía en llagas que les salía a la gente, que producía un calor así una quemazón y que muchas de ellas terminaban en gangrena, con por lo cual había que amputarle el miembro para poderles salvar. Pues bien, en este siglo, en el siglo XI se crea una Orden Hospitalaria de San Antonio que tiene la finalidad de atender a estos enfermos. Esta enfermedad se dieron cuenta que afectaba principalmente a las clases humildes mientras que era raro entre las clases vamos a decir pudientes o que se manejaban bien económicamente. Con el tiempo que hemos sabido que esa enfermedad la producía el cornezuelo, un hongo que sale en el centeno. Yo lo recuerdo perfectamente desde pequeño, aquí se sembraba mucho cereal antes del regadío y por tanto mucho centeno, eran una especie de espigas negras que salían de vez en cuando. Pues bien este hongo era muy venenoso y como las clases humildes el pan que comían era de centeno en lugar de trigo por eso se veía más afectada por esta enfermedad. Los frailes la comunidad esta de los Antonianos que empezaron a llamarlo descubrieron que untando las llagas con grasa de cerdo pues se aliviaba mucho la quemazón y entonces se dedicaron a criar cerdos, cerdos, para tener precisamente, poner grasa para estas cosas, y con el fin de que esta gente respetara un poco los cerdos de esta comunidad les ponían una campanilla y la gente cuando veía al cerdo con la campanilla sabía que era de los Antonianos de los frailes, y además para lo que era y entonces la gente los respetaba. Esto también originó que con el tiempo en muchas poblaciones existió lo que llamaba la gente “el cochino de San Antón”, que era un cochinillo que le soltaban por el pueblo donde iban le echaban de comer y luego después el día de San Antón se rifaba y con el dinero pues atendía la Cofradía de San Antón pues a, a las obras de caridad que ellos hacían. Esta costumbre que también debió de existir en nuestro pueblo porque existió en muchísimas +++++ y que ha perdurado todavía en el lenguaje. He visto cuando alguno era muy pequeño y va a casa de una tía y come y en la otra y en la otra se dice “este parece el cochino de San Antón”. Todavía en algunos pueblos, concretamente hay un pueblo en la provincia de Salamanca donde todavía se conserva esta tradición.
Pues bien, este día Peraleda celebraba esta fiesta. Por la mañana se celebraba una misa solemne y se hacía una procesión que se sacaba al Santo y recorría esta calle hasta El Rollo, daba la vuelta en la Plazuela del Rollo y volvía para acá. Y de ahí el nombre popular de San Antón que tenía esta calle. En esta fiesta era corriente que en el altar de las ánimas se pusiera un cesto, y sobre todo los niños, les mandaban las mamás que llevara a San Antón una morcilla, un chorizo, un lomo, según las posibilidades y esto se ha mantenido pues relativamente hasta hace pocos años, por lo menos hasta el año 50. Por las tardes los mozos solían hacer carreras con los caballos, las yeguas, los burros, hacían una carrera. Yo recuerdo la última que salía más o menos de la Calera que es donde está ahora el tanatorio y bajaba por la Carretera del Duque hasta abajo al arroyuelo que cruza y daban la vuelta. Y luego después había baile, y mucha fiesta y era el pórtico de los Carnavales. Ya las mozas vestidas ya con los carnavales y, en fin, se adelantaba un poco pudiéramos decir la fiesta esta.
Y ahora vamos a seguir por la calle recorriendo la calle.
Aquí vemos en esta casa como está ya el letrero de Avenida de Extremadura, que digo que debiera de estar abajo, debajo de la farmacia, que es donde empieza la calle. Nos vamos a adentrar un poco en esta casa donde está clavado el letrero porque esta casa vivió, el último que ha vivido en ella, ha sido un señor que se llamaba Genaro Parra y que era caminero y con él desapareció el oficio de caminero no solamente en el pueblo sino en toda España. Los camineros eran un cuerpo de funcionarios que se crea en el 1759 y lo crea Fernando VI. La finalidad que tenía era de que cuidaran los caminos. Como su nombre indica, camineros, se encargaban de cuidar los caminos. En aquellos tiempos como sabéis no había asfalto ni había coches. Los carros, sobre todo si había llovido algún día mucho, la rueda, y se hacía una rodela que impedía andar de una manera normal. Entonces estos camineros tenían la misión de rellenarla con tierra para que la carretera estuviera lo más lisa posible. Si llovía, los baches que se levantaban volvían otra vez a rellenarlos, limpiaban las cunetas para que el agua circulara bien y no estropeara el camino, se encargaban de que las alcantarillas estuviesen limpias para que el agua pudiese ++++ .
Estos camineros vivían en la misma carretera. Cada cinco kilómetros y medio había una caseta de caminero y el caminero vivía ahí y se encargaba de cuidar los cinco kilómetros que le correspondía. Aquí nosotros a la salida del pueblo, un poquitín más allá.de ahora, de cuando salimos a la variante, en la curva de arriba, existía una caseta de caminero. Y allí vivían dos camineros que tenía el pueblo, dos, uno que se encargaba desde ahí hasta el cruce de Navalmoral y el otro que se encargaba desde ahí hasta el río. Aparte de estos dos camineros, que tenía el pueblo, había más peraleos empleados en este cuerpo de caminero, concretamente había uno que estaba en la Carretera Nacional, lo que es ahora la autovía, más o menos entre lo que llamamos ahora el Área de Descanso y el Hotel Peraleda desde los Cerrillos, por ahí a mitad de entre esos dos puntos estaba esa caseta. Me parece que se llamaba este señor… Pedro. Y luego después había otro que se llamaba Bonifacio, que estaba en la Carretera de Guadalupe pero ya cerca de Navalvillar. Como veis parece ser que en Peraleda había gente que había entrado en este Cuerpo, que como todos los Cuerpos del Estado pues había que hacer previamente una especie de examen para poder entrar. Aparte de esto también en Peraleda existía el capataz. El capataz era un señor que era el que estaba al mando de esto y era el que trabajaran y cumplieran las normas. Este Cuerpo estuvo vigente hasta el año 1973 en que se deroga el Cuerpo de los Camineros, pasan las competencias a las Diputaciones Provinciales y ya en vez de ser camineros lo que se hace es sencillamente, pues hacer cuadrillas que en un momento determinado van y arreglan un tramo de carretera y después desaparecen.
Como veis el progreso va haciendo que vayan desapareciendo ciertos oficios y de día en día mas. Es verdad que hasta ahora van también saliendo oficios nuevos. El verdadero problema lo vamos a tener ahora que al parecer empieza la Era de los Robots que van a sustituir a las personas, y a ver quien sustituye a estos trabajos si ya no los van a hacer en vez de personas, máquinas.
Seguimos.
Esta casa, si os dais cuenta, forma parte de esta célebre casa, y digo célebre porque en el pueblo estamos todos intrigados con esta casona tan grande que este balcón con esa losa de granito enorme sostenido por estas dos grandes columnas cilíndricas de granito que lo sostiene, nos está indicando que es alguien importante quien vivió aquí. Pero que nosotros no tenemos ni idea, por más que he buscado no he encontrado ni un solo resquicio para saber quién pudo habitar esta casa y como ++++. Lo que sí que es verdad es que nos está diciendo que era una casa enorme, una casa grande, y que el personaje tenía que ser importante. Además, si os dais cuenta esta casa, conocida popularmente con el nombre de “tío Salvador”, porque fue el último de sus habitantes, vemos que ocupaba toda la manzana. La casa que hemos hablado del caminero, del señor Genaro, ¿veis?, es continuación la cornisa, la altura, todo, y si vemos también la otra casa que está a la otra parte pues vemos también que es continuidad.
Hay una casa que es exactamente igual que ésta en la calle Tirso de Molina. Es la casa que habita y que vive Julia, “la zapatera” que es como la conocemos porque parece ser que su abuelo era zapatero. Pues bien, esta casa es exactamente igual: tiene las columnas, tiene el balcón y tal, pero tiene una cosa especial, y es que tiene un escudo encima del balcón, y ese escudo representa una cruz que al lado lleva un ramo de oliva y al otro lado una espada. Esto era el escudo de la Inquisición, que buscaba la paz pero por la espada, a la fuerza, una forma de entender la religión muy rara pero en aquellos tiempos era así. Ahora, nos extraña también esto de la Inquisición porque sabemos que en Peraleda no hubo tribunal de la Inquisición, no hubo, los tribunales que había en Extremadura en aquellos tiempos, no sé si hubo uno en Plasencia y el otro estaba en Llerena. Ahora, eso no quita que en Peraleda no hubiese lo que se llamaba familiar de la Inquisición que eran personas que trabajaban para la Inquisición, que obedecían a los inquisidores y que les mandaban o bien recoger información o bien llevar una comunicación a este sitio o al otro, tipo alguaciles de la Inquisición. O incluso detener si había habido un juicio o una denuncia de uno los familiares iban a por él y le llevaban preso a la Inquisición al tribunal. Eso sí que ha habido en Peraleda, familiares de la Inquisición. Porque yo, buscando en el árbol genealógico de mi mujer he encontrado antepasados, un antepasado que era familiar de la Santa Inquisición. Pero de esta casa no podemos saber más, solamente podemos especular que era, sí sabemos que debió ser un personaje rico, influyente y tal.
En esta casa hay una leyenda y es que parece ser que hay una cueva muy grande que dice que si llegaba hasta la iglesia, que si salía detrás del retablo. Eso son cuentos, detrás de la iglesia, en el retablo no hay ninguna cueva para bajar abajo. Por otra parte cuando se ha metido el agua en esta calle y se han levantado, no se ha visto que hubiese por ahí una cueva. Además tened en cuenta otra cosa, que la iglesia es un cementerio, e incluso la parte de la entrada que hay ahora por la torre, esa explanadina también fue cementerio, y claro, de pasar una cueva había que atravesar debajo del cementerio con lo cual es muy complicado, no. Yo he hecho averiguaciones, yo he preguntado no hace muchos días a Juli, este que conoce la cueva y me ha dicho que él entró en la cueva pero que él calcula que llegaba hasta la esquina de la casa del tío Genaro. Que luego parecía que había como un derrumbe y tal y ya no pasó más de ahí para allá. A mí no me extrañaría que la cueva no solamente llegara hasta la casa del tío Genaro sino que hiciera un ángulo recto y se metiera para allá puesto que os he dicho yo que esta casa ocupaba toda la manzana entera, por lo tanto lamento mucho decir que eso no tiene ninguna justificación, esa leyenda, que es eso, leyenda pura.
Y seguimos adelante.
Aquí vivió otro oficio que también desapareció por el desagüe del progreso, que era el Correo. El Correo, fijaos bien que digo el Correo, no cartero porque no es lo mismo. El cartero todavía existe, ahí tenemos a Mari Carmen todavía nuestra cartera que sigue repartiendo las cartas.
El Correo era la persona que se encargaba de traer las cartas desde la oficina central a los pueblos. Este señor que se llamaba Francisco Simón, le llamábamos Paquine porque era bajito el señor éste, andaba como un perdigón, este señor iba todos los días andando a Navalmoral, recogía el correo, dejaba la correspondencia en Peraleda en el cartero, seguía, en Bohonal meimagino que saldrían allí y también entregaría la correspondencia, e iba él hasta Castañar, donde soltaba la correspondencia, recogía la que hubiera para el otro día, y hacía a la inversa. Esto lo hacía todos los días y andando ¿eh? Andando. Ya sé que para vosotros es mucho, que dicen que es casi imposible, no, no es imposible y de hecho antiguamente se andaba mucho, se andaba mucho, y este señor andaba. Y ya os digo el último, y con él desapareció el oficio porque luego después se ha sustituido pues cuando empezaron a pasar autobuses o empresas, por ejemplo la Pérez que venía desde Oropesa, por El Puente del Arzobispo, Valdelacasa, Bohonal, iba a Navalmoral, pues ya era eso los que traían la correspondencia, el correo y la llevaban.
Nos encontramos ahora en lo que ha sido El Rollo. La Plaza del Rollo. Aquí se encontraba El Rollo ¿Y qué era El Rollo? El Rollo era una columna de piedra, normalmente, generalmente cilíndrica, de granito y que se remataba en una especie de cruz en forma de aspa de hierro que tenía la finalidad de ahí ahorcar a la gente, si había que ahorcarla e, incluso si la habían matao o lo que sea pues poner ahí la cabeza para que sirviera de escarmiento o como fuera. Y se solía colocar a la entrada del pueblo, en lo más visible para que el que viniera de fuera se diera cuenta de que en ese pueblo había justicia. Porque El Rollo, los pueblos que lo tenían indicaban que eran libres y que sus autoridades ejercían el derecho de justicia, o sea que era el único tribunal, ahí no había que apelar a ningún otro. El municipio que tenía rollo era porque él podía administrar justicia. El hecho de que esté aquí, en esto, alguien diría, bueno, pues si se colocaba a la entrada principal lo lógico era haberlo puesto en la entrada de Navalmoral. Pensad que en aquel entonces Navalmoral pues era también un núcleo muy pequeño, tres o cuatro casas, por lo tanto no era gran cosa. Sin embargo este camino, esta entrada, era el camino que llevaba a Belvís y Belvís, por ser cabeza del Señorío del mismo nombre, pues en el castillo vivían los señores de Belvís, pues era importante. Además, mi Ángel, que ha hecho un estudio sobre los medios de comunicación de aquella época, mantiene la teoría de que el camino principal no pasaba por Navalmoral, y se basa en que no existía puente todavía en el Arroyo de Santa María, y en aquella época normalmente llovía bastante, los arroyos venían cargados, era un inconveniente grave el Arroyo de Santa María. Solamente fue a raíz de un Rey que con el tiempo mandó hacer el puente porque su hermana se había casado con el Rey de Portugal, iba venir a España y para recorrer eso, para facilitar la esa, hizo el puente. Antes se venía por arriba desde Almaraz, el camino subía a Belvís, venia por Valdehúncar, y venía aquí a empalmar con el camino la vía, que venía de Talaverilla, pa luego seguir ya para Calzada y rumbo a Toledo. Si esto es verdad, y parece ser que tiene muchos visos de que sea verdad, porque es muy lógico, tenemos que decir que el Emperador Carlos V, cuando subió a Sevilla y durmió en Valparaíso una noche, al día siguiente al seguir el camino seguiría por esta misma calle que hemos traído, seguiría por este camino en dirección hacia Belvis y a seguir el camino hacia Sevilla.
Felipe IV fue el que dio a Peraleda el título de Villa, el documento está firmado el 10 de agosto de 1635 y dice así. Voy a leer un trozo porque el documento es larguísimo.
“Y assí mismo doy facultad al dicho Concejo para que pueda poner y pongan para execución de la justicia en la parte que le pareciere, horca, picota, cuchillo, cárceles, cepos y las otras insignias de jurisdicción que suelen, pueden, y deben tener las otras villas exentas según que lo usan las ciudades y villas de estos reinos que tienen jurisdicción de por sí y sobre sí, sin que ninguna persona pueda perturbar ni perturbe a los dichos alcaldes el exercicio de la dicha jurisdicción ajena.” O sea, como veis el Rey, al darle la jurisdicción a la justicia de Peraleda, la autoriza a que ponga horca, o sea, rollo, en el cual estaba la horca y picota para que allí se pusiera para escarmiento, pues yo que sé, las manos si se las habían cortao a un tío que había robao o la cabeza o lo que fuere. Este rollo estuvo aquí, hasta exactamente hasta el 4 de marzo de 1929, en el cual el rollo se traslada a la entrada del pueblo, dice el acta que he visto en el Ayuntamiento, en la Plazuela de Jardines, junto a la carretera de Guadalupe. O sea, más o menos donde la calle principal, que sale del Ayuntamiento y va a eso, va a la carretera, donde se junta, o sea donde está, vamos a decir, la antigua tahona del señor Isabelo. Yo todavía recuerdo pero no ya puesto, si que yo recuerdo ahí grandes piedras en el suelo, y es que supongo que ya con el tiempo se caería.
¿Por qué le cambiaron? Pues le cambiaron porque parece ser que las piedras, porque eso, a pesar de ser una columna no era una columna maciza. Sino que estaría compuesta por cilindros de piedra unos encima de otros, algo parecido si os fijáis un poco a la columna que hay a la entrada de la iglesia, que está formada así como por varios cilindros, se moverían y entonces dice el acta que es un peligro para la gente que pasa y yo digo más que nada para los muchachos, que siempre andan por allí enredando y según he podido saber, y subiéndose arriba al rollo, y entonces lo cambiaron. Luego después cuando ha desaparecido de allí abajo, de eso según me han dicho (eso se lo debo a mi compañero D. Angel, que había oído decir a su padre) que cuando la Guerra, pues eso como los hierros de arriba formaban una especie de cruz en forma de aspa, pues alguien creyó que era un símbolo religioso y lo tiraron. En fin, la ignorancia como sabemos es bastante atrevida.
Seguimos para abajo.
Aquí, en esta casa, vivía también un señor, Aurelio que se llamaba, que lo voy a decir porque es también un oficio que ha desaparecido en el pueblo, era sastre, hacía trajes. Y en aquellos tiempos en Peraleda pues yo he conocido a este señor siendo sastre, a los hermanos Piste siendo sastres, antes a un tal D. Santero que se llamaba, Tomás Santero, que también era sastre y a Jacinto Bayal que también era sastre. Sabéis varias personas dedicadas a este oficio que también ha desaparecido. Hoy día ya no hay nadie, ya la gente que quiere un traje va, se le compra y lo más que se le hacen es ajustarle o adaptarle. Y aquí tenemos a nuestro Antonio que ese todavía te adapta un traje, te le encoje, en fin te le adapta.
Hemos visto como el progreso, los tiempos se van llevando, pues, bastantes oficios que van desapareciendo.
Aquí enfrente también vivió, otro, otro oficio desaparecido. Era Nemesio zapatero. También había en Peraleda varios zapateros. El Señor Equiliano, el señor Domingo. El señor Nemesio este, otro que se llamaba Isidoro, en fin, varios, vario que se dedicaban a este oficio.
El zapatero de pueblo, remendón, no solo era el que te ponía y te arreglaba un zapato, te ponía un remiendo, te ponía una suela nueva, sino que algunos te hacían zapatos ellos, te fabricaban zapatos y botas ¿eh? A mano pero bien hechos, incluso algunos yo sé que tenían fama, zapateros de este pueblo. Yo por ejemplo la familia Domínguez, del señor Domingo, cuyo hijo Antonio ha ejercido, ha sido el último zapatero hasta hace pocos años que murió el hombre, esa familia yo recuerdo cuando era mozalbete, iba a mi pueblo, a las fiestas, pues allí aparecían en las fiestas, allí en la plaza estaban la familia esta con sus zapatos, a vender las botas y lo que llevaban, iban por las fiestas, cuando era, pues yo qué sé, por San Bartolo iban a Bohonal, cuando era Santiago iban a Castejada, o sea que se dedicaban a eso y tenía bastante aceptación el trabajo de estos hombres.
En esta casa también vivieron dos hijos de este señor, de Nemesio, que se dedicaron, se fueron voluntarios a la Legión y cuando vinieron compraron unas máquinas de fotografiar y uno de ellos, Pepe, se quedó aquí de fotógrafo. Y empezó, era la única vez que había fotógrafo en el pueblo. Antes había que esperar a la feria del Cristo que viniera alguien para hacerse una foto. Este señor en todas las conmemoraciones, fiestas y tal, se dedicaba a la foto.
Y luego había aquí otro… esta casa de porcima, por aquí vivía un señor que se llamaba Saturnino Barquero, era pescador. Con su trasmayo se iba pahí por los arroyos en aquellos tiempos que había también bastante agua en los arroyos, que ya no hay, y se dedicaba a coger peces, peces pequeñitos, pececitos, hoy día estarían prohibido venderlos, pero que tenía mucha aceptación porque al ser tan chicos se comía todo, desde la cabeza hasta la cola, eran muy apetitosos. Este señor pues también con él desapareció el oficio. Con lo cual lo que decimos, el progreso se va llevando la esta.
Pasamos ahora más adelante.
Mirar, en toda esta acera, esta casa que vemos aquí, todo esto yo lo conocí siendo cuartel y ¿por qué era cuartel? Mira, en aquellos tiempos, después de la guerra, hubo una serie de, de gente que bien por miedo a represalias no quisieron volver al pueblo, otros quizá porque a lo mejor por su ideología esperaban que a ver si podían cambiar el régimen, total, eran los famosos Maquis. Los famosos Maquis que se refugiaron concretamente por aquí por toda esta Sierra de Guadalupe de estos pueblos y aquí se desplazó una compañía de soldados para hacer de vigilancia. Es curioso porque hay un escrito de un profesor de la Universidad de Cáceres, sabes, que ha hecho un libro sobre los Maquis. Yo le he leído su libro y nos habla mucho de todos estos pueblos. De Valdelacasa, de Castañar, Navalvillar, Mesas, todo esto y cómo la Guardia Civil vigiló y luchó contra esto para terminar con los Maquis, y no hace ninguna alusión al ejército, nunca. Sin embargo hubo ejército también en esa lucha. Yo me imagino que la Compañía que había aquí debiera de ser, debiera de pertenecer al Regimiento Órdenes Militares que estaba en Plasencia. Pero aquí venían, tenían así como una especie de descanso, estaban unos días y luego después desaparecían. En este portón que vemos aquí era un corralón y tenían las cocinas. Parece que estoy viendo a los soldados que venían con sus platos a recoger el rancho y después por esta calle, sentados a lo largo de esta calle y esto que eran olivares, pues ahí comiendo tranquilamente. Los muchachos cuando salíamos de la escuela nos veníamos rápido corriendo aquí a esta calle porque /pih/, no sé por qué pero los uniformes militares siempre ha atraído a los niños, les ha atraído mucho y aquí veníamos.
Después, esto, lo que es ahora la discoteca o ha sido discoteca, era el cuartel. Ahí era donde dormían, tenían sus colchonetas, y ahí hacían su vida. Y el corral de más abajo era donde tenían las mulas que tenían para cuando salían a la sierra trasladar las ametralladoras y esas cosas.
Estos, estos edificios, fueron todos despropiados porque los dueños habían pertenecido al ejército republicano y en aquellos tiempos, lo que decimos, sin ninguna contemplación, lo necesitaron, lo cogieron, lo transformaron en cuartel y sanseacabó.
Posteriormente, pasados ciertos años, se lo devolvieron. Pero se lo devolvieron, no creo que les pagaran nada por los años que lo habían estado utilizando. Se los devolvieron, y entonces, este edificio se transformó en un bar y el frontón, que se llamaba porque había atrás un frontón, y efectivamente se jugaba al frontón mucho en Peraleda, hubo mucha afición al frontón. Por las tardes al atardecer, venían los mozos, los hombres y jugaban. A lo mejor se tiraban una o dos horas. Yo he visto a gente con la mano como un poste de hinchada de las horas que estaban jugando precisamente al frontón.
Y esto, dicen por aquí que si esto es una casa vieja, no, esto no es una casa vieja, esto fue un almacén y es almacén. Un almacén que era de un señor, el padre de esta Isabel que está aquí ahora mismo, Isabel Valero, era su padre que se dedicó a la exportación de cereales. Antes de la guerra Peraleda tenía mucho trigo, mucha cebada, mucho cereal y él se dedicó a la exportación. Compraba y vendía y hizo el muelle este que se ve aquí pos para facilitar la carga y descarga de los camiones. Luego después a partir de la guerra, después de la posguerra, cuando se hace a España un bloqueo, entonces, lo que hace el Estado es, crea un organismo que se llamaba La Fiscalía, que recogía todo el trigo y toda la producción de trigo que había y el agricultor cuando trillaba su trigo, sencillamente el Estado se lo llevaba. Le pagaban lo que fuera, tres perras gordas, pero se lo intervenía y luego después, él hacía el pan para repartirlo, porque claro, eran los años del hambre, como nadie nos quería vender nada pues había que apañarse con la producción. Y entonces el pan, te daban unas cartillas de racionamiento, y con arreglo al número de personas que había en esa familia, pues te daban una especie de tiques que ibas a comprar el pan y tenías derecho a uno o dos según el número que tuvieras, ¿eh?
Y… por aquí nada más, os dejamos aquí y si Dios quiere al año que viene pues seguiremos para eso. Buenas noches y adiós.
EUSEBIO CASTAÑO CASTAÑO
Peraleda de la Mata, 11-8-17
Transcriptora: M. Jesús Calvo Pedraza
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