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Regotral

Regotral
Atribución de imagen: J. Arias con IA Dall-e

También: Regüetral

En español: Presumir, Alardear

[ verbo intransitivo coloquial ]

Presumir, alardear de los bienes y dinero que se poseen.

Ver: Regotral, Regotrón, Regüetro

• ¡Madre mía!, ahí anda regotrando ese joío asqueroso ¡Mira que le gusta presumil de los cuartos que tiene!

• Ay hijita, esa si tuviera muchas perras se iba a poner abrigo de piel hasta en agosto, namas que pa regüetral de lo que tiene.

Campos semánticos: Acciones humanas

Origen: Latín. Nos entró a través del asturleonés. Se usa en la zona leonesa.

Etimología:

Según Covarrubias, el castellano regoldar viene del latín guttur (garganta), que dio el verbo latino reguttare o regutturare (volver a la garganta, eructar). Es posible que regoldar provenga de reguttare, pero nuestro regotral proviene ciertamente de regutturare a través de la simplificación *regottrare (forma no documentada, pero que debió existir).

En castellano la O breve latina diptonga en UE, pero sólo cuando va acentuada, por lo que tenemos paradigmas como: oler-huelo, cocer-cuezo, moler-muelo. Del mismo modo tendríamos regotrar-regüetro. Sin embargo, hay veces en que siglos más tarde la analogía ha hecho que la forma O o la forma UE se extienda a otras partes del paradigma, y en ese proceso no siempre el peraleo coincide con el castellano. Así, del latín iocari salió el castellano jogar, donde teníamos jogar-juego, pero luego la analogía produjo nuestro verbo juegal-juego, mientras que en el estándar se mantuvo la O, que luego se cerró a U dando jugar-juego. Eso mismo ocurre aún con nuestro paradigma regotral-regüetro, que ya tiene la alternativa analógica regüetral-regüetro.

Encontramos ambas fomas dispersas por provincias como Cáceres, Salamanca, Ávila y Cantabria, por lo que debieron de estar extendidas en el castellano antiguo, aunque tratándose de esas provincias, podría ser también de origen leonés, opción por la que nos inclinamos.

En el pasado, solo las personas ricas podían permitirse grandes comidas, mientras que la gente con pocos recursos lo único que hacía era pasar hambre. Por eso, con el estómago vacío había pocas ocasiones para eructar, cosa que sí hacía el que tenía la panza llena. Regotrar de forma ostentosa y repetida era como restregar a los demás que se había comido bien y en abundancia. De ahí este significado.

 

© Raíces de Peralêda (Peraleda de la Mata, Cáceres, España)
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