La historia del medallón visigodo de plata hallado en Peraleda de la Mata es un relato fascinante de descubrimiento, expolio y recuperación que abarca casi dos décadas y dos continentes. También confirma, una vez más, la gran importancia arqueológica e histórica de nuestra zona.
Características del medallón
- Fecha: siglo VI d.C.
- Material: Plata.
- Dimensiones: 13,7 cm de diámetro.
- Hallazgo y expolio: 2006
- Lugar de descubrimiento: secreto
- Recuperado: 12 de marzo de 2024
- Imagen representada: El héroe mitológico Belerofonte montado sobre Pegaso (que aparece sin alas) dando muerte a la temible Quimera. Rodeado por una corona de laureles entreverada con flores y conchas.
Este tipo de medallones, conocidos como 'phalerae', eran de oro, plata o bronce y se utilizaban para decorar armaduras o arreos ecuestres (discos metálicos fijados a las correas del arnés o de la coraza). Simbolizaban estatus y distinción en la sociedad romana; también se usaban como condecoraciones por el heroísmo militar, igual que hoy en día las medallas del ejército. El tamaño de estos medallones solía estar entre 6 y 9 cm, por lo que el de Peraleda resultaría demasiado grande incluso para lucirlo en el caballo; pero a veces la condecoración se concedía a una unidad militar entera, y entonces era fijada a los astiles de su estandarte, y en ese caso sería lógico que su tamaño fuese mayor. Lo cierto es que los expertos coinciden en identificarlo como una phalera, pero no se conoce en el Imperio Romano ninguna phalera individual de este tamaño, y menos aún en el Reino Visigodo, donde su rareza es absoluta. Este rasgo exclusivo hace que sea más difícil identificar su uso con confianza. Si conociéramos el medallón por detrás y su mecanismo de fijación podríamos tal vez afinar más, aunque sabemos lo suficiente como para lanzar unas hipótesis probables:
Teniendo en cuenta la romanización intensa que sufrieron los visigodos antes de llegar a España, es muy probable que este artefacto visigodo tuviera el mismo uso de los romanos o parecido, siendo un símbolo de valor y estatus. Como los visigodos eran ya cristianos en el siglo VI y casi todo el poco arte figurativo conservado de ellos tiene tintes religiosos, también es posible que esta imagen pagana tuviera un sentido cristiano idéntico al actual de San Jorge y el dragón, simbolizando la victoria del bien sobre el mal. O podría ser una combinación de ambos sentidos: el soldado cristiano ideal que lucha no por su propia victoria sino por contribuir al triunfo del bien. Y por último, podría ser también un regalo votivo de algún rey o noble importante a una iglesia como agradecimiento por alguna victoria militar, tal vez por intercesión divina. Sería muy interesante si se pudiera confirmar que este objeto tiene alguna relación con el culto visigodo a “Sancta Maria super Arbuscula” (hoy llamada Virgen de la Campana), pues el medallón es del mismo siglo en el que los visigodos, antes arrianos, se convirtieron al catolicismo.
Un hallazgo y su desaparición
En 2006, un aficionado cazatesoros utilizó como tantas veces su detector de metales en las inmediaciones de Peraleda de la Mata y descubrió el medallón. Consciente de su posible valor, contactó a un arqueólogo local para obtener más información. Al confirmar el experto la importancia de la pieza, el descubridor, en lugar de entregarlo, decidió venderla en el mercado negro. Cuando el arqueólogo intentó informar a las autoridades, el medallón ya había desaparecido. Una historia que lamentablemente se ha repetido demasiadas veces en nuestro pueblo.
Pero la importancia de esta pieza era tal, que la Guardia Civil comenzó a investigar para seguir su rastro. Había que recuperarla sí o sí.
El periplo internacional del medallón
Hoy sabemos que tras su venta ilícita, la pieza pasó por varias manos:
- Cataluña: El medallón llegó al anticuario barcelonés Félix Cervera Bea, quien supuestamente lo exportó a Ginebra sin los permisos legales correspondientes.
- Ginebra: En la ciudad suiza, la galería Phoenix Ancient Art adquirió la pieza, alegando que provenía de una colección privada. Esta galería ya ha estado más veces envuelta en otros casos de piezas de procedencia dudosa.
- Nueva York: Posteriormente, el medallón fue trasladado a Nueva York para su venta, con un precio de salida en subasta de 210.000 dólares, previendo que el precio final sería muy superior.
La investigación y recuperación
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que llevaba años tras la pista del medallón, lo identificó en junio de 2023 al publicarse el catálogo de la subasta neoyorquina. El Fiscal del Distrito de Manhattan, principal funcionario encargado de la persecución de delitos en el condado de Nueva York (en este caso Alvin L. Bragg, Jr) desempeñó un papel clave en este asunto, interviniendo rápidamente para detener la venta tras ser alertado por la UCO española a través de su Unidad de Tráfico de Antigüedades. Gracias a esta colaboración internacional, la pieza fue incautada y reconocida la propiedad española sobre ella el 12 de marzo de 2024, aunque los trámites necesarios para este tipo de repatriaciones, incluyendo la verificación de su origen y autenticidad, han durado un año y hasta ahora, marzo del 2025, no se ha podido anunciar públicamente la repatriación. La Junta de Extremadura ha pedido que esta obra regrese a su tierra (entendemos que por “su tierra” no se refieren a Peraleda).
El mito de Belerofonte y la Quimera
La imagen representada en el medallón muestra a Belerofonte, un héroe de la mitología griega, montando al caballo Pegaso y derrotando a la Quimera, una criatura monstruosa con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente que escupía fuego. El hecho de que el caballo Pegaso aparezca sin alas es probablemente una simple cuestión de estética ─si mira el dibujo de nuestro medallón estará de acuerdo en que dibujar alas al caballo destrozaría la composición─ pero de todos modos no es infrecuente en la Antigüedad encontrar representaciones de Pegaso sin alas. Este mito simboliza la lucha del bien contra el mal y el triunfo de la valentía sobre el caos (la propia Quimera es un monstruo formado por una mezcla caótica). En el mundo antiguo suele interpretarse como alegoría del heroísmo y la superación de obstáculos, así como de la victoria. No podemos olvidar que la imagen está encuadrada dentro de una corona de laureles, símbolo de la victoria.
Posible interpretación religiosa
Además de su simbolismo militar es fácil, como ya hemos comentado, que tenga un simbolismo cristiano. El uso de mitos paganos como puro elemento decorativo se extiende a partir del Renacimiento, pero no antes, y menos en los albores del cristianismo, cuando el paganismo se considera el gravísimo error del que había que huir. Sin embargo el arte paleocristiano y visigodo aún no habían desarrollado bien una iconografía propia del cristianismo, por lo que es frecuente encontrar imágenes paganas reinterpretadas con un significado cristiano, como por ejemplo la representación más frecuente de Jesús que era el pastor Orfeo con una oveja a los hombros, reinterpretada por los cristianos como Jesús, el Buen Pastor. Por eso es bastante probable que si encontramos esta representación mitológica esté siendo interpretada con un significado cristiano, que por supuesto sería una alegoría de la victoria del bien sobre el mal, un tema recurrente en la iconografía cristiana. Así, el héroe mitológico puede haberse reinterpretado como un precursor del caballero cristiano, anticipando imágenes como la de San Jorge matando al Dragón (Satanás).
Por qué es tan importante este medallón
Este medallón visigodo es una pieza excepcional por muchas razones. En primer lugar, tiene un tamaño inusualmente grande: 13,7 cm de diámetro, el doble que la mayoría de medallones militares de la época, lo que indica que no era un objeto común, sino algo reservado para una función muy especial, quizá una ofrenda o una condecoración de alto rango. Está hecho en plata y tiene casi 1.400 años de antigüedad, lo cual ya lo convierte en un tesoro. Pero además es único en el arte visigodo: apenas se han conservado piezas de orfebrería figurativa en metales preciosos de ese tiempo, y menos aún con escenas tan elaboradas. Aunque a simple vista el dibujo pueda parecer tosco a ojos modernos, en realidad está cuidadosamente compuesto, con equilibrio, volumen y movimiento, y demuestra una técnica depurada para lo que era el estilo visigodo. La escena que representa, de origen mitológico pagano, probablemente fue reinterpretada en clave cristiana, lo que la convierte en un testimonio fascinante de una época de transformación espiritual: el nacimiento del cristianismo visigodo. Que una joya así haya salido de Peraleda de la Mata no es casualidad: nuestra tierra, en pleno paso estratégico del Vado de Alarza, fue lugar de asentamiento e importancia en muchas épocas, y este medallón no hace más que confirmar con pruebas materiales el gran valor histórico que guarda nuestro suelo. No todos los pueblos pueden decir que han aportado una joya así a la historia de Europa.
Esta imagen será a partir de ahora, y con toda razón, uno de los símbolos de Peraleda, y una pieza más a añadir a nuestro rico patrimonio que no deja de aumentar.
Reconexión con nuestras raíces visigodas
Cuando nos roban una pieza arqueológica nos están robando un pedazo de nuestra historia, información sobre nuestro grandísimo pasado. La recuperación del medallón visigodo de Peraleda de la Mata es un triunfo en la lucha contra el expolio del patrimonio cultural y una importante pieza para comprender mejor nuestras raíces. Aunque la asociación Raíces de Peralêda celebra su retorno a España, comprende que su destino final sea un museo arqueológico nacional o provincial, donde estaría bien conservado y protegido. A pesar del interés de muchos porque sea “devuelto a Extremadura”, lo cierto es que "su tierra" es la Hispania goda, capital Toledo, y de no volver a Peraleda, tanto da dónde quede ahora custodiado. Por eso no entramos a valorar su posible destino final, pero dondequiera que acabe, Raíces de Peralêda espera que se considere la posibilidad de regalarnos una reproducción a tamaño real del medallón para que los habitantes de Peraleda puedan apreciar y conectar con esta pieza única de su historia local. Entonces sí que, en cierto modo, podremos decir que el medallón ha regresado a su tierra.
Escrito por Angel Castaño