Raíces de Peraleda

Memorias de Mari Flor Jiménez Moreno 1/2 (Mari Flor Jiménez Moreno)
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Descripción

En este vídeo Mari Flor nos cuenta cómo sobrevivieron ella y su familia durante su infancia.


Vea la segunda parte de esta entrevista aquí.

Transcripción

-Hoy es día 25 de septiembre de 2017. ¿Te llamas?
Maria Flol Jiménez Moreno
-¿Y cuántos años tienes?
61.
-¿Te parece bien que esta conversación que vamos se publique en internet?
Si, no me importa.
-Pues, ¿Tú nacistes aquí tía?
Sí. En la calle San Agustín. Y en la misma… en la misma casa nací, me crié, y en el mismo barrio estoy hasta el día de hoy. Polque no he salío de él.
-¿Qué recuerdas tu de chica de cuando eras chica?

Bueno pues de chica, pos recuerdo que estabâmos aquí todos juegando porque erâmos niños, entonces nosotros pa la plaza no ibâmos ni hacïâmos na polque aquello era como otro pueblo pa nosotros. Ibâmos por El Cristo más o menos y nada más. Y luego ya lo único que eso, que… me-  nos fuimos a los montes, yo era mu pequeña, no fui a colegios ni fui a nada. Solamente de nueve años ya me fui, entonces no se entraba con cuatro años ni mucho meno al colegio, se entraba cuando tú querías entral y un maestro como había tantos niños no se daba cuenta si tu faltabas o no faltabas.

Entonces pues nos fuimos a los montes, nos ibâmos en abril, más o menos y veniâmos pol Nochebuena, cuando telminas toda la tarea. Yo me fui con nueve años, mi helmano Antonio se fue con once y mi padre y mi helmano pos trabajaban. Y entonces pues yo me iba pol la mañana, me encalgaba de il a lleval-los el almuerzo. Me hacía mi madre el almuerzo, unas sopitas de tomate con tomatá y se los iba a llevar.  Tenía que precural de estal allí a las nueve y media pa que ellos desayunaran porque desde las seis de la mañana estaban trabajando. Había veces, yo era una… bueno igual que ahora, mu alegre, siempre iba cantando y iba por el camino y había unas rebollerass que eran unas matas más o menos como de encina pero no eran encina, se llamaban rebolleras, pol lo menos nosotros asín las llamabâmos. Y retumbaba la voss, y yo estuve un día que voy que vengo, polque creía que había alguien guardao por allí. Resulta que en vez de llegal a las nueve y media llegué a las diez, pos la que me montó mi padre fue chica. Y me arreó unos buenos azotazos. Pero en fin. Pol fin llegué. Y eso era en mi día a día aquel año. Yo no trabajaba en el campo pero mi trabajo era ese. Y aquel año pues la verdad pues salimos un poco mal. Mi padre el pobre, pues… llegaron a hacel cuentas pa Nochegüena con el encalgao y mi padre dejó pos trescientas pesetas a debel, pero bueno, mi padre decía, bueno, trescientas pesetas he dejao a debel pero pol lo menos mis hijos los he tupío de comel, digo asi esque, bueno, el pobre vino confolme. Pero vamos que no tenía que devolvel-lo al dueño ni nada que eso.

Luego al segundo año ya nos se dio mejol. Ya compraron unos cochinos y ya hicimos las matanzas y por ahí, con las cosas de… del güelto que nos daban, un trocito de tierra pa sembral huerto, pos con eso pos ya se criaban los cochinos. En los primeros meses se criaban con salvaoss, y ibâmos asín echándolos el salvao y por ahí, hasta que llegaba también que sembrabâmos un poquito de… de maísess y ya, pos mi padre ya cogía por la eso unas poquillas de piñas y las desgranabâmos por la noche mis hermanos y yo y ya se las echabâmos a los cochinos y ya empezaron a engordal los cochinos y ya teniâmos una buena matanza, y ya pasabâmos pues el año pues entre la matanza y lo que sembrabâmos del güelto, pues ya nos mantenïâmos. Polque antiguamente era así. Y yo trabajaba, pero lo que pasa que se trabajaba todoss, una familia entera se trabajaba por el mismo precio. Nosotros trabajabâmos al tercio pues eran tres paltes pal dueño y uno pa nosotros, pa mi padre, trabajara él, trabajarâmos cuatro, trabajarâmos ocho. Era la casa entera
- La familia
Era la familia entera la que trabajaba por ese mismo precio. Entonces, pos bueno, pero ahí tirabâmos, incluso luego ya, el tiempo que el tabaco, que llevabâmos el tabaco al secadero, pos mi madre también trabajaba. En la finca se sembraba tabaco, se sembraba bolass y se sembraba algodón.

-¿Las bolas qué son?
El pimiento, na más que entonces en vez de sel pimientos pues eran bolas, eran redondas. Y eran… y entonces se trabajaba en eso. Y a la mejol te dejaban un poquillo de maíz y en ese maíz pos nosotros aprovechabâmos. Y un día fue el encalgao que era mu güeno el hombre, se llamaba Agustín, y fue a vel los cochinos que se los enseñó mi padre y dice: “coño, coño Antonio, qué cochinos más güenos tiene , buena matanza vas a preparar” dice: “sí, sí tio Agustín sí”, dice, eso, dice, “coño los maíses como se notan”, digo, polque el hombre, claro, digo, el hombre no se la dabâmos, el hombre se reía que… que claro, que nosotros no teníamos para tenel los cochinos como los tenïâmos. Dice: “ Pos mire usted tío Agustín, la verdad sea dicha, ¿Cómo comprende usted que van a estal ahí las piñas y yo los mis cochinos van a pasal hambre? Pos los tengo que echal algunas piñas entre otras. No las echo mucho y… Y el hombre movía la cabeza, y dice:”¡oy madre!, y que no las echa mucho. “

Y asín pos nos ibâmos apañando. Y aquel año ya pol-lo menos salvamos un poquino, pero no salvamos asín dinero. Cuando mejol salimos fue al cualto año, que estuvimos cuatro añoss, que ya sí. Allí ya estuvimos en el Lote de D. Cal-los, pero total le tenía un D. José María que era de La Balquilla de Malqués y alquiló eso y nos estuvimos con él. Y ahí sí, ahí ya sacó mi padre 30.000 pesetas limp-, 3.000 pesetas, 3.000 pesetas limpias después de trabajal, y comel y bebel. Entonces nosotros erâmos vamos, el rey del bambo por aquellos años. Y ya nos vinimos y ya empezamos aquí. Pero mi helmano se fue con once años al… a los montes como bien digo, pero él ya había trabajao en los tejaress. Que él desde pequeñito él mi helmano tendría 9 años o porâhi. Mi helmano Antonio cuando empenzó a trabajal en los tejares. Estuvo pol lo menos tress años trabajando en la, en la temporá del tejal. Que mi helmano pues lleva mucho el pobre como las demás, pero él más que yo. Aunque son doss años mayol que yo pero esos doss años los lleva él trabajando más que yo, desde luego.

-¿Qué hacía allí en los tejares?
En los tejares pos hacías tejas, hacías la masa con… con arcilla esa, que la llamais hoy, antiguamente con el barro ese, pos se masaba se masaba, luego lo metías digo yo como en un morde, y se haciân las tejas, luego las poniâs que se secaran un poco al sol y luego ya las metías en el holno pa que se cocieran. Y estabas allí toa la noche atizando al holno, pa que se cociera to la noche y luego ya la tenías allí hasta que se enfriaban y las sacabas, las extendías pa que se secaran. Y eso era, y antes eran pos muchos niños los que hacían, que dicen que ahora que hay mucha explotación de niñoss polque son asín, digo, pero es que antes con esas edades yo también y toa la gente, entonces nos explotaban nuestros padres pero yo no lo veo ahora de que nos explotaran, es que lo que nos explotaba era el hambre.
- Um claro.
Lo que nos explotaba era el hambre, si queïiâmos comel, teniâmos que il a trabajal. Y nuestros padres nos tenían que sacal del colegio. Yo al colegio, no he puesto los pies en el colegio. Entonces, yo sí, sé escribil y leel pero pa mí. Y sé de máss.
- Sí, pa ti poco hace falta.
Sí polque [¿Cuándo se iba al colegio?], polque yo no he pisao, yo no he pisao la escuela. Y ahora un niño se va un matrimonio, se va a una finca, y hay coches para lleval-los al colegio pero es que antiguamente cuando nosotros no había coches ni había ná pa llevalnos al colegio, entonces nadie se daba cuenta si tú estabas en aquella finca o no. Tú era trabajal y trabajal en aquella finca. Nosotros trabajabâmos de sol a sol y erâmos niños. Y por ejemplo estabas trabajando allí en el lote y a ti te tocaba una sema-, una re- un día a la semana agua y eran las ventucuatro horas del día. Tenías que trabajal noche y día, regando.

-¿Cómo agua?¿Qué significa?
Que te daban agua pa regal. Te daban agua pa regal. Y entonces como erâmos tantos medieros, te partían una arroyá de agua que era agua, agua pa regal, te echaban la arroyá güena pa hacel como tres… entonces mi padre se ponía en un bancal, mi helmano Antonio en otro y yo en otro y estábamos hasta pol-la noche regando si querïâmos. Lo cual que yo mi helmano le daba más miedo que a mí y a mí me decía que cantara. Canta Flol, canta, canta pa que yo te oiga. Digo, siempre mi padre precuraba de ponelnos como a los dos juntos polque erâmos chicos que entonces erâmos doce, con mi helmano tenía trece años y yo tenía once. Que no podiâmos ni con la hazá. Y teniâmos que hacel eso lo que pasa que hoy en día no se puede explical como era eso a los jóvenes polque no lo entenderían nunca. Poque yo te hablo de un tolnaero, que nosotros [¿y qué era eso?]. A ver, un tolnaero y decías ¿qué es un tolnaero? Un tolnaero es según viene la arroyá, unas veces tenías que abril-lo, pos unas veces empezabas desde abajo, desde el tablero, que se llamaba, sulcos, sulcos, sulcos, digo y tenías que il-lo regando pol surcos. Y unas veces te tocaba abril el tolnaero y otras veces cerral-lo.

-¿Y cómo se cierra?¿Cómo se cerraba ahí…?
Pos se abría según… si empezabas por abajo, teniâs que il a abril-lo, digo, y ponel asín como una paré pa que no se fuera el agua pal otro lao. [¿De tierra o con un…?] Claro, con tierra. Le cogías la tierra y le abrías y luego ya si te tocaba desde arriba pos le tenías que il cerrando. Digo, le tenías que il cerrando y asín era la cosa, lo que pasa que hoy en día uno que sea de la mí edad si que sabe lo que es un tolnaero y sabe lo que es regal, pero yo digo un tolnaero y ¿Qué es un tolnaero? Pos un tolnaero es eso. Y si venía el agua mu fuelte tenías que poner un saco de plástico pa que no se llevara la… la tierra si no se reventaba tó y… y no veas. Llegaba mi padre y veía to aquello reventao y la que nos liaba era chica (risas). Asi es que y to eso fue pero la verdad que fue, pa mí fue una infancia trabajando pero fue bonita. Fue bonita y ya está. Y luego yo ya pos desde los diess años que empencé a trabajal yo ya no lo dejé hasta los ventiunos que me casé. Trabajando

- ¿Y luego aquí en el pueblo?
Luego aquí en el pueblo pos mientras que vinieron aquí ehh las parcelas y to eso, pues yo he trabajao muchísimo como toas las del pueblo en esas lomas, las Lomas del Puniente.
-¿Dónde está eso?
Eso está de Santa María de Las Lomas pallá. Están, son fincass, y ahí pos daba mucho, se iban a los melocotones, se sembraba mucha fruta, melocotones, peras, manzanass, luego también había tabaco, y cuando terminabâmos de recogel los melocotones ibâmos al tabaco. Y luego ibâmos a los secaderos, ibâmos a to las cosas.
-¿También te quedabas allí?
No.
-¿O eso ibas y venías?
No, eso ibâmos y veniâmos en un camión. Que nos llevaban en un camión a grané. En el remolque de un camión allí
-To los que entraban
venticinco ó trenta, cuarenta personas, to las que cogiâmos allí toas nos ponían a grané y ya está. Y sí, estabas mu cansá y mu doloría, ahora que al venil p’acá, una vez que dejabas de trabajal, se se quitaban to los dolores y pasabas por Santa María y por Talayuela. Y amos, y aquello era, cogïâmos hasta tomates podríos y cosass y cuando ibâmos pasando pol to la principal de to Talayuela pues nos liabâmos a tiral los tomates podríos. Cuando me acuerdo que había una muchacha asin, con una melenita rubia, iba tan bien arreglaíta y tan bien prepará en aquellos tiempos, claro, y mi compañero Manolo el pobre cogió un tomate podrío ¿ande va a paral? A la melena de la muchacha. Amos aquella se cagaría en to… nuestros vivos, y nuestros mueltos, y to nuestra gente je je. Digo pero nosotros en ese tiempo, bueno, pos disfrutabâmos ese rato, pos como gorriones. Pero era asín la cosa. Que era asín la cosa y… y asín estaba to. Luego ya vinieron el regadío al pueblo, ya nos quedabâmos aquí, ya nos buscaban aquí y ya trabajabâmos aquí en el pueblo. Y asín hasta que me casé. Luego ya me casé y ya no volví más a trabajar. Pero era asín, asi es que. Velahí, mi padre luego, era pescaol y él en tiempo de primavera y eso pues en el invielno se iban a coltal, a hacel picón, que iban a hacel picón. Cuando yo eso, no, no se quedaban en las chozas pero cuando yo era chiquitilla sobre to cuando mi hermano Antonio era chiquitillo que tenían, que le tenían na más que a él pos sí que se quedaban a dolmil en las chozas. Hacían picón, tres meses o asín el tiempo del picón y se quedaban a dolmil allí en las chozas.

-¿Allí los 3 meses sin venir pa el pueblo?
Sin ven-, venían una vez a la semana     a compral el avío, que se llamaba antes, a compral con la burra el avío pa la semana. [la comida o] El azúcar, la patata, el arroz, poco más polque no se podía compral otra cosa. Polque, y luego allí con la caza que había pos se mantenían casi eso, que si de lagaltos, que si de conejos, de liebres pos de to eso se mantenían y a la mejol con el puñaíllo de arroz y con la patata y con lo que sea pos iban apañándose asín y asín y otras veces a la mejol como llovía tanto se ponían a pasal los arroyos y se tenían que volvel pa atrás polque no podían pasar, polque estaban eso y a la burra la tapaba el arroyo y no podían pasal polque estaba hasta arriba de agua. Se teniân que volvel para atrás a las chozas y aquella semana pos se tenían que apañal como pudieran con lo que cogieran por ahí de caza.
-Cazar un poco más.
Exactamente. No había otra cosa y a la mejor eran cuatro o cinco matrimonios también en una choza grande, que decían una choza grande y me acuerdo que un año de sentílselo a ellos decir, que estuvieron viviendo mi tía Tina y mi tío Isac, con Olimpia y Tino, y mi padre y mi madre y mi helmano Antonio y allí tos juntos. Así es que mira.
-¿En la misma choza?
En la misma choza.
-Pues sí que sería grande ¿no?
Hacían una choza grande, y allí se metían toss. Pero como no era na más que el cacho jelgón pa acostalte y ya está. No había camas como es debío ni había na y el cacho candil y San Seacabó.

-¿Y allí que se cocinaba en…?
Y guisal, se guisaba fuera de la choza. Guisal y las lumbres y eso se hacían fuera de las chozas. Las chozas no eran na más que pa comel, cuando llovía y pa dolmil. Luego ya fuera pos se hacía la la lumbre pa hacel las comidas y las cenas se precuraba siempre de hacel-la con día pa luego a la, cuando vinieran ellos de hacel el picón, de recogel-lo, pos cenal y ya estaban aviaos o pa acostalte o pa lo que sea. Y era un candil con lo que se alumbraba que entonces no había ni calburo. Polque cuando nosotros nos fuimos a los montes ya llevabâmos calburo polque entonces allí tampoco había luz y ibas con calburo pero el calburo ya alumbraba un poco más, pero el candil no es ná.
-Y candil ¿de que…?
El candil era con un poquillo aceite que nunca se echaba aceite polque los pobres no se podía echal aceite, que era pringue. Y entonces con los trapos viejos, pos se hacía asín como un, como una, se retorcía, se retorcía el trapo, le untabas allí en la pringue y le sacabas asín y le encendías, y cuando criaba moco, que se decía moco, que era, estaba la ceniza colgando la quitabass y… y se, y se liaba otra vez ardel. Y asín era, y le tenías los menos ratos posible encendíos pa podel pa el otro día. Polque la pringue que se comía el candil no te la podías comel tú en la comida (risas). Y entonces pues era asín la cosa, todo eso era asín y to la vida de antiguamente era asín, lo que pasa es que hoy en día pues estamos mu mal acostumbraos polque lo tenemos to y no estamos entodavía satisfechos pero cuántos ricos de antiguamente, y la mi casa es normal y corriente, y cuántos ricos de antiguamente quisieran habel tenío la casa que yo hoy tengo. Sin embalgo pos nosotros antes pues no tenïâmos tres y na, no teniâmos tres y na. Polque yo en la casa de mi madre, ahí nos hemos acostao mi helmano Pepe, mi helmano Antonio y yo, los tres en una cama. [fíjate] Mi helmano Antonio y mi helmano Pepe a la cabecera, y yo a los pies, y que con- pol no acostalnos juntos pero nos acostabâmos, que nos acostabâmos juntos en las tres ca-, en la cama los tres así es que nos daba lo mismo hasta que ya vinimos de to esos montes y vinimos de to esos sitios y luego ya hicimos la… la obra y luego ya sí teníamos una habitación pa mi sola y otra habitación pa mis helmanos.

-Porque en las casa antes, mi padre me decía que, que se entremetía el burro pa dentro.
Claro, en casa la agüela estaba el patio, según se entraba, y estaba la habitación y luego de la habitación pa adentro había la cuadra hija, [tenía que pasar por mitá…] y tenía que pasal la cuadra, el burro por el cachino patio y la habitación y adentro. Si en esas entremedias el burro le entraba gana de cagal, se cagaba en la habitación o se cagaba en el patio. Eso era asín, eso era asín hija. Y venían como bien decïâmos antes, mi padre de pescal y los trasmayos los tendían ahí en la puelta de las escuelas, en to la paré de las escuelas, y los peces pos se liaban a derenreal-los y a to y entonces agüela Cecilia los llevaba a vendel-loss a las casas que no…  que no estaban fijas. Pos las lleva- iba pol las calles ella y tos los de por aquí a vendel los peces y a mí me lleva- me ponían una cestilla con los peces, a la mejor con los medios quilos de peces, y con el cualto de quilo ya me decía, ves a tal casa polque ya las teniâmos fijas y ya sabiâmos los peces que querían. Digo y yo, pues claro, me echaban a la mejol quilo y medio como mucho polque ya no podía, digo polque yo era chiquitilla y yo [no podías] yo ya no podía, no podía con más, y venga a echal viajes. Y en el tiempo de los espárragos y los caldillos pos tres cualtas de lo mismo

- ¿También se vendían?
Pues también se vendían, y en el tiempo de las ranas. También ibâmos a vendel ranas y ibâmos a vendel espárragos y a vendel to, a vendel todo, hija. Y claro, y agüela Cecilia la mujel, pues ella iba sola por un lao y a mí me mandaban a las casas que estaban seguras. Pero veías pol to el pueblo, na más que quien quiere espárragos y quien quiere cardillos. Eso no era más que asín. Y si no las vendías pos luego se cogían los burros y se iban a Navalmoral a vendel los espárragos y los cardillos. Y asín era la vida de antes, y asín era como nos apañâbamos y eso, que hoy en día ¿qué hacemos hoy de comida? Antes era sota, caballo y rey. Antes en el invierno era cocido y habichuelos, y habichuelos menos porque valían más caros que el galbanzo. Y amos, y el cocido, un cocido fuera, polque en el cocido había mu poco [se echaba poco]. Los huesos de la calne pegaban mu pocos porrazos en el azafate polque antes se comía también todos en un plato, como te descuidaras un poco [te quedabas sin-] se quedaba sin comel. Así es que ibâmos en ca la tía Laura calnicera y cogïâmos, pos claro, lo que los ricos no querían. El cachino sangre, las tripillas, cogïâmos la cuajareja, que se llama la cuajareja que es como… que se llamaba como la cuajareja del libro que tiene muchas muchas hojinas, asín se lavaba bien y la cuajareja la echabâmos en el cocido, y cuando nos tocaba, que esa vez estaba solicitá. Y entonces eso es lo que echabâmos… en la, en la olla y en el tiempo de los lagaltos echabâmos los lagartos [con cocido] el coci- [con el garbanzo] el galbanzo porque era la única calne que podîamos tenel y por cierto nos sabía mu bien polque como no había otra cosa pos estaba to mu bueno y estaba to mu bueno y ahí en un azafate lo echabas y ahí comïâmos tos, que ahí comïâmos tos, entonces no te tenías que entretener, como te entretuvieras… allí había pocos niños sin comel. Amos, desganaos. Allí to la gente había hambre polque una vez que se terminara eso del plato estabas aviá, así es que allí to el mundo estabâmos asín. Si te se caía un galbanzo pol la calle, amos, pol la… por el suelo en casa y corrías detrás de él que te matabas a por él. Polque ese galbanzo menos que te comías. Y eso pos no era na más que asín, hija. Y claro, a… a mi helmano Antonio y a mí nos tocó lo peor. Mi helmano Pepe ya nació en otros tiempos, ya estabâmos trabajando mi helmano y yo y ya él, ya no le tocó tanto. Él ya cuando empezó a trabajar ya fue de más grande polque él ya sí que estuvo en la escuela, polque él ya estuvo ahí en la escuela y ya… aprendió un poco y estuvo más en la escuela. Pero nosotros, mi hermano Antonio y yo no la pisamos [sí, al ser más chico, claro] claro, nos tocó más, polque él se lleva conmigo seiss años y con mi helmano ocho. Entonces quieras o no, eso son muchoss años y él, pues la verdá, cuando nosotros estabâmos allí en los lotes él se quedaba con mi agüela Cecilia aquí, doss años se quedó aquí en la escuela estudiando y entonces quieras o no pos él ya fue distinto a lo nuestro, que fue mu distinto a lo nuestro. Y él ya le vino Dios a vel. Con nosotros él ya le vino Dios a vel. Pero bueno oye, es lo que había, no había otra cosa, pero a pesal de to, pos nosotros erâmos felices, que nosotros erâmos felices pol custiones de eso, y nosotros sabïâmos que si echabâmos a trabajal, pues lo que mi padre decía, pol lo menos comïâmos. Y ya pues oyes, ya una vez que entonces lo hijos empenzaban a trabajal, esa familia levantaba un poco la cabeza.